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Stop pseudociencias

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Parece que la popularidad de las pseudoterapias crece en la sociedad, a pesar de que no prueban su eficacia terapéutica y carecen de evidencia científica que justifique su uso clínico. ¿Cómo es posible que sean un lucrativo negocio prácticas que no curan? España vive el momento histórico en el que hay más personas con estudios universitarios y la ciudadanía tiene todo tipo de información a un solo «clic» en su teléfono móvil. Además, disfrutamos de uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, público y universal. Sin embargo, socialmente este tipo de prácticas fraudulentas se ven con cierta indulgencia y condescendencia como si se tratara de una de esas leyendas mágicas infantiles del «ratoncito Pérez» o del «sana, sana culito de rana». No se ha tomado aún conciencia colectiva de su peligro y es frecuente escuchar entre los usuarios razonamientos del tipo «por probar no pasa nada», «mal no te va a hacer», «por intentarlo que no quede». En general, desde las instituciones, las autoridades sanitarias o la Justicia se han consentido o no se ha actuado con la suficiente contundencia. Hoy es posible hallar secciones específicas en colegios profesionales y titulaciones universitarias. Mucho marketing mediático con testimonios, algunos de personas relevantes y famosas, y publicidad engañosa. Así que las pseudoterapias bajo el velo de lo natural, holístico, integrativo... han alcanzado posiciones casi en igualdad de condiciones que la práctica clínica científica. Esto hace que la ciudadanía caiga en el engaño y se tomen malas decisiones sanitarias. En un momento en el que en Europa surgen ideologías populistas, también en el ámbito sanitario, España marca la diferencia comenzando a dar interesantes pasos como el Plan para la protección de la salud frente a las pseudoterapias del Gobierno, entre otros. Sin olvidar todo el trabajo bien hecho y experiencia acumulada de los movimientos de «stop pseudociencias» que defienden el pensamiento científico para una asistencia sanitaria con las debidas garantías de seguridad y calidad.