Enfermedades
Tratar a todos los presos con hepatitis C reduce un 88% las muertes y ahorra costes
Un trabajo demuestra que abordar esta enfermedad en la población reclusa, un colectivo estratégico para conseguir erradicarla de nuestro país, ahorraría casi 3.500 euros por paciente
Si queremos eliminar la hepatitis C es necesario hacer una búsqueda activa de casos en los centros penitenciarios y tratar a los pacientes». Así de tajante se muestra José Quiñonero, presidente de la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria (SESP). Porque, aunque en la actualidad la población reclusa es uno de los grupos prioritarios en España, según el Plan Estratégico para el Abordaje de la hepatitis C, las estimaciones del doctor Quiñonero son que, pese a que a finales de 2017 se habían tratado alrededor de 2.360 pacientes afectados con esta enfermedad en los centros dependientes de la Administración General del Estado «aún quedan muchos pacientes por diagnosticar».
Y, si bien reconoce que es cierto que la prevalencia de estas enfermedades ha descendido de forma sostenida en los últimos años gracias a los programas de prevención y al tratamiento, «los centros penitenciarios son focos primarios de pacientes con hepatitis C», aseguró el presidente de la SESP con motivo de la XII edición del Congreso Nacional de esta sociedad, celebrado esta misma semana en Cartagena (Murcia).
El estudio
«Se trata de un colectivo estratégico epidemiológicamente y clave para erradicar la hepatitis C en España», asegura Andrés Marco, responsable de Enfermedades infecciosas del Programa de Salud Penintenciaria del Instituto Catalán de Salud, ya que debido al consumo de drogas tienden a propagar los contagios y reinfectarse.
«Diagnosticar en un sólo paso y poder tener acceso a los nuevos fármacos pangenotípicos, seguros y que tienen una eficacia superior al 95%, acortaría la demora de inicio del tratamiento e impediría que pacientes diagnosticados salieran en libertad sin ser tratados», coincide el doctor Quiñonero.
Por este motivo, y teniendo en cuenta que la prevalencia de la infección por el virus de la hepatitis C en las prisiones españolas es diez veces superior a la de la población general, y que los antivirales de acción directa consiguen la curación en un porcentaje de casos muy alto evitando, además, la transmisión de la enfermedad y reduciendo la prevalencia, la intervención directa sobre este colectivo resulta de sumo interés.
Y así lo demuestra el estudio «Análisis de coste-efectividad del tratamiento de la hepatitis C crónica en población reclusa», llevado a cabo por el doctor Marco y presentado en el congreso de la SESP y en el que se compara el impacto clínico y económico de ser tratados con los nuevos antivirales de acción directa frente a la opción de no tratar. Así, el trabajo plantea un modelo fármaco-económico hecho a partir de la literatura médica, para saber cuántos presos habría que tratar en la cárcel para eliminar la hepatitis C en España. Y los resultados no dejan lugar a dudas: «Tratar al total de la población reclusa es enormemente efectivo desde el punto de vista económico, pero también desde el sanitario», asevera Marco, autor principal del mismo.
«El acceso a tratamiento del colectivo de presos con hepatitis C crónica incrementa la supervivencia, mejora la calidad de vida y reduce significativamente la incidencia de complicaciones hepáticas, reduciendo, además, el coste asociado al manejo de dichas complicaciones».
Así, los principales resultados y conclusiones del estudio son una disminución de las muertes por causa hepática (88%), de los casos de cirrosis descompensada (92%), hepatocarcinoma (83%) y trasplantes hepáticos (90%). (Ver gráfico)
Además, es una estrategia eficiente en términos económicos, al conseguir un coste por años de vida ajustados por calidad (conocida por sus siglas como AVAC) muy inferior al umbral de eficiencia utilizado en España (se estima que una terapia es eficiente cuando su coste no supera los 30.000 euros por AVAC). «Los pacientes tratados consiguieron un incremento de 5,0 AVAC (21,2 frente 16,2) y un coste adicional de 3.473 euros por persona, ya que hacer este tratamiento nos costaría 24.000 euros, y no hacerlo 20.000 ya que el manejo de la enfermedad también tiene costes», explica el doctor Marco.
Test de un solo paso
La detección temprana es otro de los asuntos que más preocupa a los expertos en el tema. Así, el presidente de la SESP defendió las ventajas de la implementación de test rápidos como posible solución para los afectados con esta patología como, por ejemplo, el diagnóstico en un solo paso, que consiste en la investigación de viremia (enfermedad causada por la entrada de virus en el torrente sanguíneo desde donde se puede extender a todos los órganos) en todos los pacientes de nuevo diagnóstico serológico y que permite la disminución del tiempo de acceso al tratamiento.
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