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La trombofilia es una tendencia hereditaria o adquirida a formar coágulos sanguíneos, comúnmente en las venas o en las arterias

La trombofilia es una tendencia hereditaria o adquirida a formar coágulos sanguíneos, comúnmente en las venas o en las arterias. Estos coágulos se manifiestan en las piernas (una condición conocida como trombosis venosa profunda) o en los pulmones (embolia pulmonar). Los coágulos en las arterias pueden causar ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares o bloqueo del flujo de sangre a un brazo o pierna. Existe una variedad de trombofilias, conocidas como trastornos de la coagulación o estados de hipercoagulación. La mayoría de las personas que las tienen nunca desarrollan un coágulo de sangre, porque para generar coágulos se necesita una combinación con otros factores de riesgo, como cirugía, hospitalización e inmovilidad extensa, terapia con estrógenos, embarazo, obesidad, tabaquismo, antecedentes familiares de coágulos de sangre y edad avanzada. La decisión sobre cuánto tiempo se debe tratar con un anticoagulante depende de la combinación de factores de riesgo, no sólo de la trombofilia. Cuando se produce un coágulo sin un factor desencadenante externo se denomina no provocado o idiopático. Las trombofilias se pueden agrupar en «leves y fuertes». Es importante darse cuenta de que existen datos científicos limitados sobre algunas de estas trombofilias «fuertes» porque son raras y no se han estudiado por el momento de forma exhaustiva. Las trombofilias aumentan el riesgo de desarrollar un primer coágulo de sangre. Todo aquel que lo haya tenido corre un riesgo algo mayor de padecer un segundo, pero la presencia de una trombofilia leve no aumenta ese peligro. Por lo tanto, las decisiones sobre cuánto tiempo tratar a un paciente que ha tenido un coágulo con anticoagulantes generalmente no están influenciadas por el hallazgo de una trombofilia «leve». Sin embargo, las personas con una trombofilia «fuerte» tienen un riesgo significativamente mayor de tener un segundo coágulo. Encontrar tal propensión puede ser una de las razones para considerar la terapia a largo plazo o indefinida con anticoagulantes. Las trombofilias se diagnostican mediante análisis de sangre. El momento de la prueba es importante porque algunos tests pueden ser anormales de forma temporal o falsa si el paciente ha tenido un coágulo de sangre reciente o está en ese momento con medicación anticoagulante. Por lo tanto, es posible que estas pruebas deban repetirse en un momento posterior para confirmar el diagnóstico de trombofilia. Es importante tener en cuenta que el paciente todavía puede tener una tendencia hereditaria o adquirida para formar coágulos sanguíneos, incluso si los resultados de todos los análisis de sangre de trombofilia disponibles son normales.