Vivimos un momento clave en la Oncología

Sí, sí soy consciente de que estoy teniendo la oportunidad de vivir un momento apasionante en la lucha contra el cáncer, los avances recientes impactan en la supervivencia de los pacientes, en su pronóstico que cada vez es mejor, y también en su propia forma de poder vivir, y este punto personalmente me aporta mucha satisfacción. El cáncer es una enfermedad que la padece alrededor de una tercera parte de la población, por tanto un verdadero problema de salud pública. En mis casi ya 30 años de recorrido profesional he ido viendo cómo lo podíamos tratar utilizando diferentes armas, al principio con cirugía, radioterapia, hormonoterapia y con la clásica quimioterapia, que a menudo no se tolera bien.

Más adelante dimos un paso de gigante, de esto hace unos 15 años, descubriendo con más detalle la biología de los tumores y aprendiendo a tratarlos con mayor precisión, más individualizadamente desde el punto de vista científico, con las llamadas terapias dirigidas contra dianas moleculares. Se llaman así porque el objetivo del tratamiento, su diana, se encuentra en la propia célula tumoral a nivel molecular. Estos nuevos fármacos, activos sólo en determinados pacientes que tienen determinadas características biológicas, vimos que eran más eficaces y se toleraban mucho mejor. Son tratamientos oncológicos para un uso yo diría más inteligente, pues ofrecemos un traje a medida para cada paciente. Los estamos utilizando en algunos tumores pero tenemos mucho que investigar en esta dirección, la de la genómica.

Y recientemente, ahora estoy hablando de hace menos de una década, comprendimos que contra el cáncer se podía luchar también utilizando nuestras propias armas naturales, las de nuestro sistema inmunitario, con nuestras propias defensas. Aquí el objetivo del tratamiento, la diana hacia la que apunta, está en el sistema inmune. Potenciando nuestro sistema inmunitario, ayudándole a mejorar su eficacia contra los tumores, hemos desarrollado una estrategia de tratamiento totalmente innovadora que estamos comprobando que es muy potente en muchos tipos de tumor, y que se tolera muy bien contribuyendo así a una mejor calidad de vida de nuestros enfermos. Estamos viendo que permite cronificar el cáncer porque ya tenemos pacientes que son muy largos supervivientes; pero que incluso empezamos a ver que pueden también ayudar a curarlo, objetivo clave de nuestro esfuerzo diario en la atención de los enfermos diagnosticados de cáncer.

Esta moderna arma terapéutica llamada inmunoterapia estamos observando que puede combinarse, utilizarse asociada a tratamientos contra el cáncer menos modernos, los que ya teníamos, o bien con otros también nuevos, para intentar mejorar su eficacia, y es esta hoy una importante línea de investigación en marcha que para nosotros los oncólogos es muy esperanzadora. La inmunoterapia también la queremos personalizar al máximo para que cada paciente tenga su traje a medida también con este tratamiento.

Además, para mi es fundamental el aspecto de la prevención y detección precoz como pilares fundamentales en oncología, porque localizar cuanto antes esta enfermedad, encontrarla cuando todavía incluso no molesta, es sinónimo de curarla más fácilmente. Se está avanzando muy deprisa con investigación en tecnología biológica, y parece que en la buena dirección.

No hay que olvidar que este excelente momento en la lucha contra el cáncer que ahora vivimos es fruto de un trabajo de investigación previa exhaustiva realizada por muchos profesionales y en la que han participado muchos pacientes, beneficiándose ellos y permitiendo ahora beneficiarse a los pacientes de hoy. Está claro que todos debemos apoyarla.

Todavía hay muchos retos por alcanzar, desde luego, pero nuestra velocidad de crucero hoy es mucho mayor que la de hace tres décadas cuando yo hice mi entrada en este increíble mundo que yo he descubierto que es la Oncología.