Narcotráfico
Uruguay abre una feria sobre marihuana
Generar un intercambio de información sobre las posibilidades medicinales, terapéuticas e industriales del cáñamo y el cannabis y rechazar estigmatismos hacia quien lo consume es la misión de Expocannabis, la primera «feria de la marihuana» de Uruguay, país que hace justo un año legalizó su producción y venta.
Talleres, proyecciones audiovisuales, stands con información y venta de productos y conferencias de expertos nacionales e internacionales completan el programa de actividades de un encuentro que se inauguró el domingo y que durante dos jornadas tratará de contribuir a la desmitificación del cannabis informando al público sobre los riesgos y daños que tiene su uso.
«La intención es tener un espacio de intercambio para los actores estatales, organizaciones sociales, centros de investigación, los agentes privados y el público presente», dijo a Efe la encargada de desarrollo y contenido de la exposición, Mercedes Ponce de León.
Esta feria, financiada por diferentes empresas privadas, se enmarca en la actual situación jurídica de Uruguay, tras la aprobación en el Parlamento, en diciembre de 2013, de la ley que regula el mercado de cannabis en el territorio nacional.
Así, desde hace cinco meses, todo ciudadano uruguayo o residente permanente en el país que desee cultivar marihuana en su casa puede acudir a una oficina de Correos y solicitar una licencia de productor para poder cultivar libre y legalmente hasta seis plantas de cannabis y cosechar hasta 480 gramos de marihuana al año para su consumo personal.
También se permite crear clubes cannábicos, que pueden tener hasta 45 socios y disponer de hasta 99 plantas.
«Mi impresión es que el aspecto más cuestionado tiene que ver con la distribución masiva de cannabis a través del sistema de farmacias», manifestó durante una conferencia el integrante de la Secretaría Técnica del Proyecto de Evaluación y Monitoreo de la Ley, Gustavo Robaina.
La implementación de la misma, observada internacionalmente a juicio de este licenciado en Trabajo Social, se encuentra al 40-50 %, ya que el autocultivo y la existencia de clubes de miembros ya funcionan casi «en su plenitud» pero falta por definir cómo será el proceso de venta en los establecimientos farmacéuticos.
El pasado 1 de agosto, el Estado uruguayo realizó una petición a las empresas interesadas en producir marihuana para su venta en farmacias, tanto con fines terapéuticos como recreativos.
«Si bien estamos muy contentos de haber aprobado como país esta ley, éste es el principio, que nos tiene que seguir encontrando juntos en el camino de la aplicación y la mejora de la ley, tanto a la sociedad civil que la impulsó y la reclamó como el lugar que le toca al Estado», señaló por su parte el miembro del Instituto de Regulación y Control del Cannabis de Uruguay, Augusto Vitale.
Junto a las conferencias, una gran variedad de talleres muestran aspectos que van desde consejos en el cultivo de cannabis a los beneficios de la bioconstrucción con bloques de cáñamo, pero también multitud de empresas buscan con sus stands el apoyo del nuevo público «legal» uruguayo.
Es el caso de Garden High Pro, dedicada a la producción de armarios de cultivo iluminados y refrigerados.
«Uruguay es un objetivo debido al incremento de los club sociales y de los cultivadores particulares, que están en auge», explicó uno de sus encargados junto a un armario con cuatro focos que permitiría acoger hasta 60 plantas.
La «desestigmatización» es fundamental para la coordinadora de la feria, ya que en su opinión la gente que «consume» marihuana no comete ningún delito, por lo que apostó por seguir trabajando para la promoción del cáñamo y del cannabis medicinal, que es «muy importante».
Por su parte, la coordinadora del programa para las Américas de la Drug Policy Alliance, con sede en Nueva York, Hannah Hetzer, opinó que mientras se está «luchando» por la legalización de la marihuana se lucha por algo «más grande», que es la «justicia social», tanto para las personas de este país como de otros como el suyo, Estados Unidos.
La marihuana sigue clasificada como una droga ilegal bajo la ley federal estadounidense, aunque el Gobierno de Barack Obama ha dado margen a los estados para desarrollar sus propias normativas.
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