Europa
Factible sostenibilidad
Hay que poner de moda la sostenibilidad y premiar a aquellos que hacen que disminuya el nivel de ruido con pactos y acuerdos que consigan mejorar nuestro día a día. Acuerdos que respeten los recursos naturales y que vayan encaminados a lograr un equilibrio entre lo que consumimos, los métodos de producción y el entorno ambiental
José Francisco Sigüenza García
Vivimos tiempos llenos de ruido. La información busca el impacto, la sacudida y tocarnos la fibra que nos haga lanzar un grito indignado. Las redes sociales están llenas de un sarcasmo que hiere y nubla el entendimiento y entre tanto ruido apenas se escucha la voz sensata de la razón.
La Razón que es el medio que nos acoge y que ha cumplido 20 años, al que le damos las gracias y la enhorabuena, y en el que, desde Europeístas, humildemente, tratamos de concienciar a los lectores de que una Europa de las oportunidades es posible, de que en familia se está mucho mejor y que, para obtener ese amparo de los que nos quieren, no importan los modelos, que una economía basada en la sostenibilidad es sinónimo de futuro y de eso mismo, de sostenibilidad, quería hablar hoy.
El ruido del que hablaba al principio consigue que ciertas noticias queden silenciadas. Repasando el “time line” de mi Twitter, pareciera como si todo lo que me rodea fuese malo, que la política no sirviese para otra cosa que para los fines personales. Ruido de mentiras, ruido de peleas, ruido de “y tú más”, ruido y más ruido, como decía Sabina.
Y en mitad de ese ruido, La Palma.
Europea y africana, atlántica y puerto de América, La Palma acaba de recibir la “Certificación Biosphere” por su compromiso con la sostenibilidad turística. Un reconocimiento del compromiso por la sostenibilidad turística al que se han adherido inicialmente 190 empresas del sector. De este modo se ha comenzado a implementar un modelo que pretender ser una oportunidad para la reactivación socio-cultural y ambiental apostando por el desarrollo de modelos sostenibles, integrando a empresas turísticas y de servicios.
La Palma es un ejemplo de tantos en los que se pone de manifiesto que apostar por la sostenibilidad de la economía es apostar por un futuro próspero y saludable. No sólo es una oportunidad para que los investigadores abunden en nuevos procesos tecnológicos de tratamiento de residuos, de generación de energía o de creación de nuevos materiales, la sostenibilidad es sinónimo de generación de empleo estable, de recuperación de modelos arquitectónicos, de fauna y flora autóctona, de mejora de la calidad del aire y del agua, en definitiva, de conseguir aumentar significativamente, nuestra calidad de vida.
Por esto mismo hay que poner de moda la sostenibilidad y premiar a aquellos que hacen que disminuya el nivel de ruido con pactos y acuerdos que consigan mejorar nuestro día a día. Acuerdos que respeten los recursos naturales y que vayan encaminados a lograr un equilibrio entre lo que consumimos, los métodos de producción y el entorno ambiental.
La Palma es el ejemplo de que este tipo de políticas y compromisos son posibles, que aunando esfuerzos se consigue reducir la huella de CO2, se logra tener playas más limpias en las que poder observar la naturaleza en su máximo esplendor y se consiguen producir alimentos de mayor calidad.
Razón contra ruido, sostenibilidad contra destrucción.
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