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Pros y contras del colecho. No se trata de juzgar, sólo de valorar

Pros y contras del colecho. No se trata de juzgar, sólo de valorar
Pros y contras del colecho. No se trata de juzgar, sólo de valorarlarazon

No me gusta nada eso de sentenciar: el colecho es malo o el colecho es lo que hay que hacer. Cada familia es un mundo y su situación y necesidades otro. No se debe desde mi punto de vista juzgar y menos si no has estado en idéntica situación, lo cual seguramente sea imposible. Todos intentamos hacer lo mejor para nuestros hijos, pero inevitablemente los padres también tenemos que estar bien. Por eso entran en juego mil variables que hacen que cada uno reaccione diferente ante el colecho, incluso que en la misma familia se cambie de opinión o de “estrategia” en diferentes circunstancias.

El colecho no es más que dormir con tu bebé, bien en la misma cama o en una cuna adosada a la cama del adulto.

Las ventajas y desventajas desde el punto de vista del adulto parecen obvias: como desventajas la incomodidad, la falta de intimidad, de espacio... y como ventajas el cariño, el compartir, el aprovechar que todavía es pequeño para tener esos momentos dulces... y en muchos casos poder dormir mejor y no tener que levantarte mil veces dando tumbos por el pasillo muerto de frío si los niños están enfermos o duermen mal por hambre, miedos o inquietudes.

Pero... ¿qué pasa con los niños? ¿es bueno para ellos o no?

Hasta hace poco el colecho se ha percibido como un antojo de los niños al que los padres sucumben por agotamiento. Una forma de “malcriar” a los niños y consentirles algo que luego se vuelve en tu contra porque los niños ya no podrán dormir solos.

Sin embargo cada vez se oyen más voces a favor del colecho y en defensa de sus beneficios. Estos la verdad es que no son “cualquier cosa”: los bebés y niños pequeños que duermen con sus padres duermen más tranquilos y descansan mejor, regulan mejor la temperatura, estabilizan su ritmo cardíaco y la respiración e incluso mejoran su sistema inmunitario. Incluso disminuye la fase profunda del sueño en el bebé, que es precisamente donde más riesgo hay de muerte súbita, por lo que ésta disminuye. Sorprendente, ¿verdad?

Si el bebé está siendo amamantado, come más si duerme con la madre cerca. Descansan mejor por la noche y por el día tienen más energía, lo que hace que se desarrollen mejor.

No debemos olvidar en cualquier caso que colechar también tiene riesgos (como que le puedas aplastar), y no siempre es recomendable. No se recomienda por ejemplo antes de los 3 meses, si uno de los padres es obeso o toma drogas, medicamentos o alcohol, si fuma, si se duerme en camas blandas o sofás... porque en esos casos aumenta el riesgo de muerte súbita.

Igualmente, se recomienda que para un colecho correcto la manta o colcha no debe ser muy pesada y la temperatura de la habitación no debe ser alta. Igualmente, el bebé no debe estar muy abrigado y debe dormir boca arriba.

Con todos estos datos podemos concluir que el colecho no es para nada perjudicial, más bien todo lo contrario. La única pega que puedo verle es la dependencia física. ¿Qué pasa si una noche quieres salir a cenar? ¿Y si te vas de viaje? ¿Será capaz de dormir bien a pesar de tu ausencia? Hay padres que disfrutan de esa dependencia (es mutua) y otros sin embargo que necesitan su intimidad e independencia ocasional.


Lo que sí creo que está claro es que ninguna opción es errónea. Cada uno decide decantarse por una u otra por unos motivos, y no por ello debe ser juzgado.