El fracaso en la política de comunicación de Podemos es evidente. Hasta el PP, que no suele ser muy ducho en respuestas humorísticas, ha conseguido un éxito de comunicación a su costa.
Podemos también ha sacado el #TramaBUS de Ramón Espinar ?????? pic.twitter.com/FHVlRSq9U2
No es menos cierto que Podemos, con su autobús acusa (presuntamente) de la comisión de (presuntos) delitos a personas que no están inmersas en proceso judicial alguno. Eso en el Código Penal, artículo 206, tiene nombre y se llama calumnia. Veremos cómo responden los señalados.
Pero hablemos de comunicación: es de una torpeza galáctica el denunciar algo que se supone gravísimo (la corrupción) a través de un medio que produce risa y que no consigue que, pasado el impacto quede idea alguna. El recurso a “la trama"les sitúa como conspiranoicos, a la altura de los defensores de la exopolítica. Además, es un mensaje populista antiguo (la “casta”) que ya no cuela. No marca agenda política, pero coloca a Podemos como la agrupación más infantil del panorama político español.
Su obsesión por salir en los medios a toda costa (que hablen de mí aunque sea mal) está dejando al descubierto una organización vacía de talento.
El #TramaBUS tiene este conductor de excepción. Al fin y al cabo es el paga la parafernalia de Podemos y debe vigilar la inversión pic.twitter.com/PH1jm7Y8q8
Por otra parte, a nadie se le ocurriría sacar el #TramaBus justo después de la polémica de Hazte Oír, por eso de que no se note mucho el copieteo.
El fallo en la transmisión del mensaje y los sentimientos es tan gordo que debería de provocar una nueva purga, una vez superada la de los errejonistas. Claro que, lo mismo, la idea ha sido del Líder Máximo.