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Primarias en el PP: la política se impone a la tecnocracia posibilista

Primarias en el PP: la política se impone a la tecnocracia posibilista
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Por Almudena Negro

Si hace seis meses nadie podía pensar que Pablo Casado sería el próximo presidente del PP, lo cierto es que ayer ya había indicios de que el ‘outsider’ podría lograrlo, cuando Soraya Sáenz de Santamaría abandonaba rápidamente el plenario del hotel Auditorium después del discurso de Mariano Rajoy. Como les contábamos en la crónica de ayer, la ex vicepresidenta del gobierno esperaba una palabra, un gesto de Rajoy que no llegó. El gallego ha mantenido la neutralidad hasta el final, hasta el punto de no ejercer hoy su derecho al voto.

Hoy, los discursos de los candidatos han acabado por decantar la balanza. Frente al discurso tecnocrático y en cierta medida tedioso de Soraya Sáenz de Santamaría, como avanzaba el politólogo Jorge Vilches, se ha impuesto el pensamiento liberal-conservador, la política sin complejos de Pablo Casado. Su discurso se ha centrado en España, familia, vida, bajadas de impuestos, libertad educativa, reforma de la administración y mucha libertad individual... Un alegato continuamente interrumpido por gritos de “presidente, presidente”. Casado sabe conectar con los votantes del PP. Nadie que haya estado en el Hotel Auditorium puede negarlo. Hasta en la sala de prensa se han oído tímidos “qué bien”, lo que no resulta nada habitual.

No extraña pues la exclamación tuitera del economista Daniel Lacalle al conocer los resultados: “We rocked!”.

Lo cierto es que hacia la una de la tarde los pasillos del Congreso eran un hervidero. “Vamos ganando”, susurraban los ‘casadistas’. Las caras de los llamados ‘sorayos’ lo decían todo. Poco después se conocía, se filtraba, te contaban que Casado se habría impuesto en todas y cada una de las mesas recontadas y cerradas. Primero ocho, luego 15, luego 17... “Hemos ganado en todas”, alegría sobretodo en la Comunidad Autónoma anfitriona. Pero también en Vizcaya, parte de Andalucía, Galicia... Finalmente casi 500 votos han dado una clara victoria a Casado, como ha proclamado Ana Pastor, quien ha ejercido impecablemente su labor como presidenta del cónclave. 1701 frente a 1250 sufragios, un 57,21%, votaron abrir una nueva etapa. “Cuando Pablo ha leído su junta directiva no conocía a nadie”, me contaba un compromisario. “Eso es lo bueno”, decía rápidamente otro, “eso es que va a haber renovación de verdad”. Lo cierto es que lleva entre sus filas a gallegos, vascos, madrileños, andaluces, extremeños, valencianos...

Con elegancia Pablo Casado ha abierto su alocución, ya como presidente del PP, afirmando “he trasladado a la Casa del Rey el resultado y el apoyo del PP a la Constitución y a la Corona” para a continuación reafirmar la unidad del centro-derecha: “hoy ha ganado el PP, todos habéis ganado, nos fortalecemos como partido”. “No os voy a defraudar”, le dijo a un auditorio lleno a rebosar. “No le preguntéis a nadie a quién ha votado”. Es complicado ser más generoso.

El lunes Casado anunciará su Comité Ejecutivo. Ya hay codazos entre los perdedores para integrarse en un proyecto que, hasta hoy mismo, no era el suyo.