
Faro
El mirador más espectacular de España que casi toca África: naturaleza, historia y horizonte
Su construcción fue idea del ingeniero Carlos Alcón Sanz, quien le dio un aire art decó que todavía hoy luce como recién salido de un set de cine

Hay lugares donde el tiempo parece echar el freno de mano, y uno de ellos está en Fuerteventura, al borde de un acantilado que desafía al Atlántico. Se trata del Faro de la Entallada, una joya de piedra y luz que no solo guía barcos, sino también corazones de ciudadanos que buscan vistas increíbles, historias con sabor a salitre y un buen chute de naturaleza.
Una linterna gigante con alma de vigía
Situado a unos 200 metros sobre el nivel del mar, el Faro de la Entallada es el más cercano al continente africano y, por si fuera poco, el más potente del Archipiélago. Vamos, que si los faros hicieran casting para una película de superhéroes, este se llevaría el papel principal.
Su construcción, finalizada en 1953, fue idea del ingeniero Carlos Alcón Sanz, quien le dio un aire art decó que todavía hoy luce como recién salido de un set de cine. Con sus tres torres que vigilan el horizonte y sus muros de piedra, el edificio parece un híbrido entre fortaleza marinera y palacio minimalista.
¿Cómo llegar a este mirador de sueños?
Spoiler: no se llega en patinete eléctrico. Para encontrar esta maravilla, hay que emprender ruta desde el municipio de Tuineje en dirección a Las Playitas, un encantador pueblo costero. Desde allí, una carretera que se mueve entre montañas y miradores te llevará, curva tras curva, hasta la cima donde se alza el faro.
¿Eres más de piernas que de volante? También hay una opción de senderismo que parte desde Las Playitas, ideal para quienes disfrutan del calor, el polvo del camino y los selfies con cabras majoreras. Eso sí, no olvides llevar agua, crema solar y calzado decente. Aquí el sol pega como si no hubiera un mañana.
Un balcón infinito
El mirador del faro no necesita filtros de Instagram. Desde aquí, el océano se convierte en un lienzo de azules, y si el día está despejado, se pueden ver los perfiles lejanos del continente africano. Aves marinas planean en silencio, las olas rugen a lo lejos, y los atardeceres… ¡ay, las puestas de sol! Son dignas de aplauso.
Los más románticos deberían programar la visita para cuando el sol empieza a despedirse. Es entonces cuando el faro cobra vida y su luz empieza a girar, como un viejo sabio que aún tiene historias por contar.
Una brújula cultural
Además de su función como guía luminosa para marinos, este faro tiene su historia. Durante décadas, fue una referencia clave para los barcos que cruzaban el Atlántico y, en tiempos más recientes, ha sido parte del Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE), ayudando a monitorizar las costas españolas.
Pero más allá de su función técnica, el Faro de la Entallada representa algo más profundo: la conexión de Canarias con el mundo, una especie de abrazo entre continentes desde un balcón de piedra. Es símbolo de resistencia, de orientación, y sí, también de inspiración para artistas, fotógrafos y aventureros que se pierden por estos parajes de Fuerteventura.
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