Ayuntamiento de Madrid
Una piel muy fina
Las jornadas de Pleno del Ayuntamiento, en el Palacio de Cibeles, nos regalan siempre “perlas” para mi blog, en el que no pretendo mucho más que contar las “brillantes” ideas de nuestro inefable Gobierno municipal, nunca vi cosa igual y mira que llevo años en la política local. En esta semana hemos tenido ración doble, un pleno ordinario y otro extraordinario, dedicado este último, al Parque del Retiro y solicitado por el grupo municipal popular, al que pertenezco, con el fin de conocer las actuaciones realizadas como consecuencia del grave accidente que se produjo el pasado 24 de Marzo que acabó con la vida del pequeño patinador. Eso hizo que el lunes de esta semana no fuera un día especialmente alegre. Siempre pienso en la familia del pequeño con profunda tristeza. Tenía cuatro años.
Quede claro que no es mi intención hacerles una crónica del Pleno municipal, para este fin ya existen otros medios y otros documentos. Lo que quiero es transmitir mi percepción de la situación cada vez más insostenible y disparatada que se vive en el Ayuntamiento porque revierte en todos nosotros, los madrileños. Llevamos ya cerca de tres años y si echamos la vista atrás observamos que a la dispersa plataforma que nos gobierna con Manuela Carmena al mando solo le preocupan cinco cuestiones: El feminismo, la ideología de género, la memoria histórica, la municipalización de todos los servicios y lo que es peor, por lo que significa, organizar su futuro para cuando pierdan el poder ¿Alucinante verdad? Pues no aspiren a que se preocupen de nada más. Menos mal que, como dice la Alcaldesa, no vinieron con un programa electoral concreto porque si lo llegan a tener nos hunden. Mantienen además que no son dogmáticos, ¡me tranquiliza oírlo! Pero sinceramente la experiencia vivida me ha demostrado lo contrario.
De los sermones de la Alcaldesa tampoco nos hemos librado en estos días. Nos explica con una voz condescendiente y edulcorada, que hay que saber escuchar, actividad imprescindible en democracia; que hay que actuar con sentido común y tolerancia y que no debemos insultar. Quisiera yo saber quién les insulta porque más bien ocurre lo contrario, nunca he oído en los múltiples Plenos a los que he asistido en mi vida, en diferentes instituciones, la sarta de ofensas, agravios y calumnias que he tenido que escuchar en estos tres años. Eso sí, que nadie de la oposición ose a decirles nada a ellos porque tienen una “piel muy fina” y se irritan de una manera exagerada. Lo de la oposición y sus funciones no lo acaban de captar, tal vez prefieran no entenderlo, su ideología marcha por otros derroteros de tintes más totalitarios. Cinismo político le llamo yo a eso. Mientras tanto ni se ocupan de los asuntos reales, ni atienden a los comerciantes de Lavapiés, ni a los trabajadores de los polideportivos, ni a las trabajadoras sociales, ni a los vecinos de Bellas Vistas, ni siquiera al arbolado. Para que luego nos digan que en democracia es imprescindible escuchar. Aplíquense el cuento compañeros. Tampoco son muy amigos de la prensa, que también investiga los asuntos y opina, menuda intromisión en su magnífica labor. Son los mariachis mediáticos, según la propia Alcaldesa.
Pues aún me queda contarles lo mejor, porque tras sermonearnos con sus falsos códigos éticos y hablarnos de su superioridad ética, contemplamos atónitos como una de sus tareas prioritarias es crear su red clientelar para la cual han inventado, no se les puede negar su facilidad de manejo del lenguaje, las “instituciones populares de resistencia” en las cuales poder refugiarse cuando gobiernen otros. Las directrices las ha dado Iñigo Errejón con toda claridad y precisión. Conscientes de que van a perder Madrid en las próximas elecciones, están tejiendo una red de entidades, con fondos públicos, donde poder refugiarse cuando no estén en sus cargos actuales porque tengan que abandonar las Instituciones. ¿Cómo tenemos que llamar a esta actividad? Para que luego nos vengan con monsergas. No piensen que no soy consciente del momento político tan confuso que estamos viviendo en Madrid en los distintos grupos políticos, pero hay asuntos que merecen atención.
Mientras todo esto ocurre Ahora Madrid persiste en sus cambios de nombres de calles, sus jornadas sobre feminismo y sus conflictos innecesarios. Por supuesto y como era de esperar, no quieren dar una Medalla de Honor a nuestra Policía Municipal, ni poner cámaras de vigilancia en las zonas más vulnerables en lo que a seguridad se refiere, ni tampoco ocuparse de las personas mayores.
Sobre la medalla a la Policía, sostienen que ya tienen una, motivo por el cual se han abstenido en la votación a pesar del voto unánime, a favor, del resto de los grupos. No me extraña nada tras la serie de desplantes, de los que ya les he hablado en anteriores entradas, que el equipo de Gobierno ha hecho al Cuerpo de Policía, desde que llegó al poder. Ha tenido que ser la Comunidad de Madrid la que reconozca la intachable labor de los policías municipales con la Gran Cruz de la Comunidad. Suerte que tenemos un reconocimiento público de su magnífico e imprescindible servicio tan denostado últimamente.
Solo espero que la Alcaldesa cumpla con lo prometido y predique con el ejemplo, si hay que tener ética en la responsabilidad política, espero que la practique y no se quede el asunto en aquello de “consejos vendo que para mí no tengo”
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