La investidura de Rajoy
Política social de pancarta
La vocación de un político debe ser siempre la del servicio público, la lucha por mejorar la vida de las personas y desarrollar un proyecto basado en las ideas que debe ser compatible con la gestión y los medios de los que se dispone para hacerla eficaz y eficiente. Vivimos tiempos convulsos donde los recursos son escasos para quienes están al frente de una Administración y eso exige a los dirigentes ser capaces e impregnarse de la realidad para baremar con acierto las prioridades.
Por desgracia para los valencianos la llegada al poder del tripartito que conforman los socialistas, los nacionalistas de Compromís y la izquierda radical de Podemos, no ha supuesto disponer de gestores brillantes sino todo lo contrario. El tiempo es implacable a la hora de juzgar la labor que desempeña una persona con responsabilidades destacadas -también para cualquiera de los mortales en su día a día- y en este caso después de casi año y medio el Gobierno regional ha revelado su incapacidad para llevar las riendas de la región.
Los eslóganes de estos tres partidos cuando estaban en la oposición se centraban de manera muy especial en criticar la gestión del PP en políticas sociales. Vendían a los valencianos que si gobernaban lo harían para “rescatar personas” y mejorar los datos en atención a la población que padece algún tipo de problemática y que les debe hacer beneficiarios de las ayudas públicas.
Consumido el 30% de la legislatura la mala praxis en políticas sociales de la Generalitat que preside Ximo Puig –donde Mónica Oltra es la encargada de esa materia– es tristemente constatable. Presupuestariamente no se ha hecho el esfuerzo necesario para mejorar la situación y se ha derivado en los ayuntamientos las responsabilidades de atención a personas dependientes.
Las cifras que revela el Imserso al respecto de la Dependencia no ofrecen dudas. Hasta el pasado mes de agosto había 101.823 solicitudes de personas para ser beneficiarias de las ayudas a la dependencia, mientras que hay solo 84.027 dictámenes. Quedan así un total de 17.796 por valorar. Estas cifras contrastan con las 91.984 solicitudes y 89.447 dictámenes que heredó el tripartito en julio de 2015. Había entonces un total de 2.537 personas por valorar.
La realidad contable confirma que las decisiones adoptadas por la Generalitat de despedir a equipos completos e interdisciplinares de evaluadores de la dependencia han sido un enorme fracaso, ya que han provocado una evidente desprofesionalización del sector y han sumado un alarmante bloqueo de expedientes.
En un alarde de irresponsabilidad la vicepresidenta Mónica Oltra airea que hay 15.264 personas más que perciben ayudas o prestaciones. El Imserso contradice estas cifras y la deja en mal lugar, puesto que si en julio de 2015 había un total de 41.337 personas beneficiarias con derecho a prestación en el año siguiente –ya bajo la gestión del tripartito– son un total de 47.572 los ciudadanos con derecho a tener esas percepciones. O sea sólo 6.000 personas más. Es el engaño permanente. La Comunidad Valenciana se coloca de esta forma en el puesto número 11 si atendemos al incremento del número de personas atendidas en el último año.
Cuando estaban en la oposición manipulaban a los ciudadanos desde sus manifestaciones callejeras, sus pegatinas, sus pancartas y sus gritos, pero gobernar es otra cosa y hay que tener una preparación que no están demostrando los inquilinos temporales del Palau de la Generalitat. Ahora los datos les impiden mentir con éxito, aunque lo intentan, y hasta el Observatorio Estatal de la Dependencia de julio de este año les retrata.
Y es que hay Comunidades Autónomas que han avanzado significativamente en el último año en la atención a la dependencia. En Madrid el porcentaje de desatendidos en la valoración de la dependencia es de un 17% y en Asturias alcanza el 18%. Son cifras a mejorar pero destaca el esfuerzo de esos gobiernos regionales frente a la inacción del Gobierno valenciano que ha situado ese porcentaje en un sonrojante 31%. Es decir, uno de cada tres valencianos es desatendido por Mónica Oltra en la valoración de la dependencia. Estamos cerca de doblar la cifra de desatendidos en la Comunidad de Madrid, pero la diferencia es que mientras Cristina Cifuentes no va a incrementar la presión fiscal sobre los madrileños, pese a sus cifras mejoradas, Ximo Puig va a presentar unos presupuestos donde se produce una destacable subida de impuestos.
La máscara del bien común que el PSOE, Compromís y Podemos se colocaron para pactar contra el PP se ha caído apenas un año y medio después demostrando que son incapaces de gestionar bien y llevando a los valencianos a una vivencia complicada donde empeoran las políticas sociales, sanitarias, educativas y las cifras del paro se rebajan pero a un ritmo más lento que en el resto de España.
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