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Qué son las varices y por qué es mejor tratarlas en otoño e invierno

Una de cada tres mujeres sufre este trastorno de las venas, cuya causa exacta se desconoce

Qué son las varices y por qué es mejor tratarlas en otoño e invierno
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Las varices son un trastorno de las venas que generalmente no reviste riesgos para la salud, pero que suele provocar molestias y, en los casos más graves, presentar complicaciones más serias como úlceras, trombosis o hemorragias. A todo ello se le suma su aspecto poco estético, que suele ser la principal preocupación de quienes la padecen. Pero, ¿por qué se producen? ¿Se pueden prevenir? ¿Tienen tratamiento?

Para entender qué es y por qué aparece una variz hay que recordar primero unas nociones elementales sobre nuestro sistema circulatorio, compuesto básicamente por venas y arterias. Las venas recogen la sangre de todo el cuerpo y la llevan al corazón, que la bombea a los pulmones para captar oxígeno. A partir de ahí, la sangre ya oxigenada se envía de nuevo al corazón, y de éste a todo el cuerpo a través de las arterias. Y vuelta a empezar.

En el interior de las venas hay unas válvulas que permiten el paso de la sangre en una sola dirección, hacia el corazón. Por diversas causas, esas válvulas pueden debilitarse, siendo incapaces de cumplir su función. Cuando esto ocurre, la sangre se acumula en la vena haciendo que ésta se dilate, pudiendo producir edemas e incluso úlceras o flebitis en fases más avanzadas.

Factores de riesgo y prevención

“Las mujeres tienen mayor predisposición para sufrir varices”, afirma el doctor Francisco Manresa, especialista del servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla. De hecho, esta dolencia es “cinco veces más frecuente en mujeres que en hombres y es habitual que aparezcan durante el embarazo”.

La herencia genética, la edad avanzada, permanecer mucho tiempo de pie, el sobrepeso y la vida sedentaria también propician la aparición de varices, cuya localización más reconocible es en las piernas, aunque pueden aparecer en otras partes del cuerpo, como es el caso de las hemorroides.

Existen otras formas de trastornos venosos comunes que no deben confundirse con las varices, como son las varículas, telangiectasias, vénulas o capilares, que también se manifiestan con manchas en la piel en forma de racimos o ramas de árbol “pero que no son una enfermedad y generalmente no suelen dar síntomas”.

Según admite el especialista de Quirónsalud Infanta Luisa, “las varices no se pueden prevenir, pero sí se puede retrasar su aparición o evitar que empeoren cuando ya están presentes”. Para ello, hay que evitar los factores de riesgo que dependan de nosotros. “Medidas que pueden ayudar son no permanecer demasiado tiempo seguido de pie o sentado, evitar el sobrepeso y la obesidad, realizar ejercicio físico de forma regular, mantener las piernas elevadas cuando se esté sentado, descansando o durmiendo y evitar las prendas ajustadas y los tacones altos”.

Tratamientos: mejor con el frío

Ya sea por las molestias como dolor y sensación de pesadez que producen las varices, por las complicaciones que generan o por motivaciones estéticas, muchas personas deciden hacerlas desaparecer por completo. “Afortunadamente -explica el doctor Manresa-, los tratamientos han avanzado mucho y hoy son menos invasivos que hace unos años, a la vez que más eficaces”.

Algunos de los métodos quirúrgicos disponibles actualmente se pueden realizar en régimen ambulatorio y permiten una recuperación más rápida y confortable. Por ejemplo, la denominada ligadura de cayado de vena safena y esclerosis retrógrada “es una técnica que se realiza con anestesia local y sin necesidad de hospitalización mediante una pequeña incisión en la ingle o detrás de la rodilla.

De esta forma, subraya el especialista, “se evita que vuelvan a salir varices, así como la necesidad de realizar múltiples incisiones y la aparición de hematomas, al tiempo que se acelera la recuperación: a la semana se retiran los puntos y a los diez días se puede hacer una vida completamente normal, salvo por el uso de unas medias elásticas de compresión de forma temporal”.

La necesidad de comprimir temporalmente la zona afectada es una de las razones por las que el especialista del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa recomienda hacerlo en otoño o invierno, cuando las medias no molestan tanto como con el calor del verano.

Además, como consecuencia de la intervención, la piel puede enrojecerse o incluso salir algún hematoma transitorio. Estos efectos secundarios leves desaparecerán por sí solos en poco tiempo, pero si les da el sol pueden convertirse en manchas permanentes en la piel”, advierte el doctor Francisco Manresa.