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Naturaleza

Por qué Maspalomas se llama Maspalomas: no tiene nada que ver con las palomas

La mayoría de ciudadanos no tiene ni idea de por qué el sur de Gran Canaria se llama Maspalomas, sin embargo, hay varias teorías al respecto

San Bartolomé de Tirajana, Dunas de Maspalomas. Patronato de Turismo de Gran Canaria Patronato de Turismo de Gran CanariaPatronato de Turismo de Gran Canaria

Maspalomas, el icónico enclave turístico del sur de Gran Canaria, es mucho más que sol y playa. Su mayor tesoro natural son las imponentes dunas que se extienden a lo largo de la costa, formando parte de la Reserva Natural Especial de las Dunas de Maspalomas. Este paraje único alberga una sorprendente diversidad de ecosistemas: desde la laguna de la Charca, refugio de numerosas aves migratorias, hasta frondosos palmerales y las vastas dunas que cambian de forma con el viento. Aquí coexisten especies como los chorlitejos, las agachadizas y las elegantes garzas, que encuentran en este oasis atlántico un hogar temporal o permanente.

Sin embargo, uno de los grandes misterios que rodea a Maspalomas es el origen de su nombre. Aunque su fonética sugiere una posible relación con las palomas, los expertos no logran ponerse de acuerdo.

Mucho antes de convertirse en uno de los destinos turísticos más emblemáticos de Gran Canaria, Maspalomas era un pequeño asentamiento dentro de lo que hoy se conoce como San Fernando de Maspalomas. Su historia se remonta a tiempos anteriores al auge del turismo, cuando la región era un territorio de dunas, marismas y paisajes casi intactos. Sin embargo, más allá de su transformación urbana, el origen de su nombre sigue siendo un enigma que ha dado pie a múltiples interpretaciones.

Un nombre con raíces guanches

Entre las diversas teorías que intentan explicar el significado de "Maspalomas", una de las más aceptadas se remonta al idioma guanche, la lengua de los aborígenes canarios. Según esta hipótesis, el nombre provendría del término "Masəbbă-əluməs", que puede traducirse como "lo que empapa y estropea el forraje". Esta explicación sugiere un vínculo directo con la geografía de la zona, particularmente con la marisma del Charco de Maspalomas, un ecosistema húmedo que, en su estado natural, habría dificultado el crecimiento de ciertas plantas utilizadas como forraje.

Si bien esta interpretación es una de las más plausibles, la etimología de Maspalomas sigue siendo un tema de debate entre historiadores, filólogos y expertos en toponimia. Lo cierto es que, con su evolución a lo largo de los siglos, el nombre ha trascendido su origen para convertirse en sinónimo de sol, arena y un paraíso que sigue cautivando a viajeros de todo el mundo.

Aunque la hipótesis guanche es la más aceptada, existe otra teoría que sitúa el origen del nombre Maspalomas en la época posterior a la conquista de Gran Canaria. Según esta versión, el topónimo podría tener raíces románicas, vinculadas a colonos europeos que se establecieron en la isla tras la llegada de los castellanos.

Algunos historiadores sugieren que el nombre podría derivar de Rodrigo Mas de Palomar, un mallorquín que habría dejado su huella en la región. Otros apuntan a Francisco Palomar, un genovés cercano a Alonso Fernández de Lugo, conquistador de Tenerife y La Palma, quien se habría asentado en la zona tras dedicarse al comercio de esclavos guanches.

Aunque esta teoría carece del misticismo de la versión aborigen, aporta una perspectiva distinta sobre la influencia europea en la toponimia canaria. Sea cual sea su verdadera raíz, el nombre Maspalomas sigue siendo un reflejo de la rica y compleja historia de la isla, marcada por la fusión de culturas y el paso del tiempo.