Una casa de comidas es algo más que un restaurante, es un lugar con prestigio y solera donde se da por hecho que todo lo que vas a comer te va a encantar porque se trata establecimientos donde siempre se ofrece comida casera.

Son lugares acogedores y un pelín informales, pero donde se da buena cuenta de que la tradición no está reñida con un servicio de excelencia. Hoy te descubrimos la casa de comidas que aman la mayoría de los cántabros y la verdad que no nos extraña, porque el éxito es más que merecido. En Cantabria, las casas de comidas forman parte de su tradición, de ahí que cuando encuentras una que cumple con todos los requisitos que se espera de una de ellas, lo mejor es que te quedes con el dato porque seguro que vas a repetir.

La casa de comidas de la que está enamorada media Cantabria es restaurante Solana, donde el cocinero cántabro Nacho Solana dirige una cocina que ha ido evolucionado con los años, quedándose con la mejor parte de las recetas tradicionales y versionando sabores y texturas hasta dar con los platos perfectos. Se trata de un negocio familiar que antes de ser restaurante fue tienda, y antes era un establo. Quienes ha comido en este lugar tienen claro cuáles son los básicos que hay que pedir sí o sí y que nunca fallan: croquetas de jamón, buñuelos de bacalao, bocartes, la marmita de bonito, la merluza ( de temporada) y de postre tienes que pedir su espectacular flan.

Este lugar, que está en Ampuero, ha recibido muchos reconocimientos por su cocina y cuenta don dos soles de Guía Repsol. Lo que distingue a esta casa de comidas de las demás es que además de tener una calidad garantizada en cada uno de sus platos, todos ellos llevan el sello especial de la casa, pero es que Nacho Solana es un enamorado de su profesión y eso se nota en cada una de sus propuestas.

Este lugar destaca por su excelencia en el trato y porque además sirve medias raciones, lo que te permite probar muchas más cosas de la carta. Un lugar con comida casera y tradicional con su toque personal, con un ambiente informal y a la vez acogedor. La relación calidad-precio es algo de lo que más valoran sus comensales que no dudan en deshacerse en elogios después de comer en este lugar.

No dudes en recomendarlo, porque vas a acertar seguro.