Sociedad
Cómo es Quintos de Mora, el escondite en plena naturaleza donde Sánchez ha pasado este fin de semana
Este terreno, que abarca más de 6.800 hectáreas en la provincia de Toledo, es propiedad del Organismo Autónomo Parques Nacionales y por él han pasado mandatarios como Felipe González, Aznar o Zapatero
Pedro Sánchez ha pasado el fin de semana en la finca de Quintos de Mora, un espacio natural de la provincia de Toledo al que se trasladaba junto a su mujer, Begoña Gómez, el pasado viernes poco después de las cuatro de la tarde desde el Palacio de la Moncloa para disfrutar de un fin de semana de descanso en un contexto marcado por una intensa presión y agitación política para el jefe del Ejecutivo.
Ya han sido varias las ocasiones en las que el presidente del Gobierno ha acudido a esta finca como lugar de retiro. La última visita se daba hace exactamente hace un mes. Además de sus visitas, a lo largo de los años, jefes del Ejecutivo como Felipe González, José María Aznar o José Luis Rodríguez Zapatero también la han utilizado tanto para encuentros con ministros y líderes internacionales como para estancias vacacionales.
La finca dispone de una casa dotada de todas las comodidades, incluyendo salones habilitados para reuniones, piscina, amplias terrazas con vistas al entorno natural y un helipuerto. Las paredes del interior están adornadas con trofeos de caza. Además, cuenta con vigilancia permanente y acceso restringido, lo que garantiza un alto nivel de seguridad y privacidad.
Historia
El Coto Nacional de Quintos de Mora se extiende a lo largo de 6.864 hectáreas ubicadas dentro del término municipal de Los Yébenes. En el año 1246, el rey Fernando III El Santo vendió a la ciudad de Toledo los terrenos que hoy comprenden Quintos de Mora y sus alrededores, una zona montañosa, agreste y entonces aún bajo amenaza musulmana.
El precio fue de 45.000 maravedíes alfonsíes, una suma considerable que obligó a los toledanos a desprenderse de vajillas, joyas y otros objetos de valor para reunir el dinero necesario. Así nació el Señorío Municipal de los Montes de Toledo, bajo la administración de la ciudad imperial.
Esta pertenencia se mantuvo mucho tiempo, hasta que las desamortizaciones del siglo XIX pusieron fin a la propiedad municipal entre 1827 y 1856. En una de estas operaciones, el 22 de diciembre de 1829, varios montes fueron adjudicados al municipio de Mora de Toledo. A partir de entonces, el territorio pasó a conocerse como Quintos de Mora.
Esta asignación se hizo, al parecer, como compensación de los derechos de pastoreo y otros aprovechamientos que el pueblo de Mora disfrutaba en los Montes de Toledo y que perdía con su desamortización. En la actualidad, forma parte del Patrimonio Forestal del Estado y está gestionado por el organismo de Parques Nacionales.
Encinas, melojos o jarales
La finca se sitúa en una extensa raña, "nombre que recibe la llanura del bosque mediterráneo propia de los Montes de Toledo, y que tan popular ha hecho el Parque Nacional de Cabañeros", tal y como recoge Turismo de Castilla-La Mancha.
En su dehesa, la vegetación ha crecido de forma natural, predominando encinas, robles melojos, jarales, brezales y pinares. Este entorno constituye un hábitat ideal para especies como el ciervo ibérico y el corzo, así como para aves como el búho real y el buitre negro. Además, en ocasiones, es posible avistar águilas reales e imperiales.
El coto representa un espacio clave para la gestión sostenible del ecosistema mediterráneo, incluyendo actividades de caza regulada. Fue, de hecho, el primer lugar donde se crio la perdiz roja con fines de reintroducción en cotos sociales. Más recientemente, y en colaboración con el Ayuntamiento de Los Yébenes, se ha reactivado su uso cinegético como herramienta para controlar las poblaciones de fauna silvestre.