Libros cual joyas

Una auténtica joya es el propio edificio histórico de La Salina, sede de la Diputación Provincial de Salamanca, cuyo patio pude volver a apreciar en toda su dimensión en octubre pasado, visitando la hermosa exposición “Llama de Amor Viva”, obras de Miguel Elías “El pintor de los poetas”, y realizadas en comunión con los versos de San Juan de la Cruz, homenajeado en el XXII Encuentro de Poetas Iberoamericanos que organiza la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes. Dentro del propio edificio también se albergan otras joyas, sean lienzos o trajes de antaño, por citar parte de ese tesoro que a todos nos alcanza.

Pero en esta ocasión deseo centrarme en unas pequeñas joyas que están siendo ampliamente conocidas no sólo en Salamanca y Castilla y León, sino allende el Atlántico, por los vastos territorios de la lengua castellana, desde Argentina hasta México.

Me refiero a los libros que salen enmarcados en la Colección Lengua y Literatura de la Diputación de Salamanca, y concretamente en los poemarios que han sido ganadores o accésits del prestigioso Premio Internacional de Poesía “Pilar Fernández Labrador”. Cada uno de ellos resulta de especial gozo para cualquier amante de la Palabra más decantada, de la poesía-poesía que no conoce de fronteras ni se pliega a contubernios alejados de la excelencia que debe primar en estos reconocimientos: estoy hablando de la Poesía que se defiende sola, de aquella que resiste los embates del tiempo, de las modas y los postureos.

Ediciones de la Diputación ofrece unos libros extremadamente cuidados pero sin fastuosidades: discretos y hermosos a la vez, todos los poemarios llevan en portada una pintura inédita de Miguel Elías, otro “premio” para cada autor, del que también, en el interior, se incluye un retrato del mismo artista. El listado termina, por el momento, con “UMIT”, el soberbio libro ganador de la VI edición del premio que lleva el nombre de la Dama de la Cultura salmantina. Su autor, un joven poeta salvadoreño llamado Luis Borja, un nombre a recordar.

Y aquí enumero los primeros libros ganadores, publicados en la citada colección: ‘Invertebrados’ (2014), del argentino-español Boris Rozas; “Fragmentos de un cuaderno con vista al mar” (2015), del chileno Juan Cameron; “La metáfora del corazón” (2016), del español José Pulido Navas, y “Oscúrame” (2016), de la mexicana Ingrid Valencia; “Contracorriente” (2017), de la cubano-española Lilliam Moro; y, finalmente, “El año de la necesidad” (2018), del costarricense Juan Carlos Olivas. A estos hay que sumar los respectivos accésits: “Juego de damas” (2015), del español Enrique Gracia Trinidad; “Pequeñas mudanzas” (2017), de la boliviana Paura Rodríguez Leytón; “Persistencia” (2018), de la española María Sanz; y “Un hombre lento” (2019), del ecuatoriano Juan José Rodinás.

Libros para atesorar; joyas para leer aquende y allende el idioma castellano.