Castilla y León

“Si en un año tenemos la vacuna contra el coronavirus será un hito importantísimo”

El virólogo Raúl Ortiz de Lejarazu recalca que la “seguridad” debe ser primordial a la hora de aplicarse y por ello apela a un tiempo prudencial

Raúl Ortíz de Lejarazu en entrevista con la Agencia EFE
El virólogo, consejero científico y director emérito del Centro Nacional de la Gripe en Valladolid, Raúl Ortíz de LejarazularazonEFE

Profesor de Microbiología y “fanático de los virus”, como le gusta definirse en twitter, además de consejero científico y asesor de numerosos organismos, así como director emérito del Centro Nacional de la Gripe de Valladolid, Raúl Ortiz de Lejarazu, analiza a LA RAZÓN. la incidencia que está causando el coronavirus en nuestras vidas y sus repercusiones. “Lo que ha sorprendido al mundo ha sido su alta capacidad de difusión y estaba visto que no estábamos preparados”, indica.

Ya en el mes de enero, el propio Ortiz de Lejarazu advertía en su cuenta de twitter de los peligros de este virus, al ser la tercera vez que se reproducía en China.

Directo y sin tapujos, el profesor declara que estamos “muy lejos” aún para lograr la vacuna, que “es lo más efectivo". “Es lo único que puede cambiar la situación. Si de aquí a un año tenemos la vacuna será un hito importantísimo”, indica.

Pero, ¿por qué tanto tiempo? La respuesta es simple y sencilla: “El factor más importante es la seguridad. Es fundamental. Si se pretende sacar al mercado la vacuna, antes se deben realizar pruebas seguridad que tardan más de cuatro meses como mínimo”, indica.

Y es que como señala el propio profesor, “las vacunas se ponen a gente sana, y no a personas enfermas.”. Por ello vuelve a recalcar sobre la necesidad de que dicha vacuna debe ser “segura” en todo momento ya que el 99% por ciento se trata de ciudadanos a los que hay que proteger.

Producción y transporte

Y otro de los retos es su producción. “Si queremos tener una vacuna que le ponga una presión biológica hay que producirla en gran cantidad, y todo ello en un corto espacio de tiempo, y eso, estratégicamente es otro reto”, manifiesta.

El profesor explica que de la vacuna de la gripe se fabrican al año 1.600 millones de dosis. La población mundial se sitúa en 7,000 millones de personas. “Si quieres fabricar una cuarta parte, lleva mucho tiempo. Hay que controlarlas, estandarizarlas, envasarlas, transportarlas en aviones y luego en camiones hasta los hospitales para llegar al brazo de los ciudadanos”.

El propio Ortiz de Lejarazu rememora tiempos pasado para recordar que una de las vacunas que menos tardó en elaborarse es cuando se produjo un brote de fiebre porcina en Fort Dix (Nueva Jersey en Estados Unidos). A consecuencia de ello, murieron varias personas, pero el sistema americano hiperreaccionó. En tres meses, ya se estaban fabricando vacunas de gripe, y aun así cuando se empezó a administrar se tuvo que suspender por que había algunos síntomas secundarios. En total se administraron 40 millones de vacunas.

El profesor no quiere entrar en cuestiones de si se podía haber actuado de una u otra manera, o que si las medidas adoptadas han sido la más adecuadas. “No aporta absolutamente nada, no es constructivo. He dado mi opinión como ciudadano, pero no me quiero pronunciar más sobre ello”, señala.

Sí que habla sobre el confinamiento y si ha sido la mejor solución para abordar la pandemia. Aunque considera que no es especialista en esta cuestión, sí que afirma que “es la unica medida que puede funcionar cuando tienes un virus sobre el que no hay otra presión farmacológica o inmunológica y tampoco tienes una vacuna”. Y a todo ello se deben sumar las medidas de distanciamiento social y de protección individual de las personas.

El virus va a continuar entre nosotros”, algo que tiene clarísimo, y muestra su preocupación por que aparezcan nuevas hondas. Si las hay, deben ser limitadas y afectar a la menor cantidad de población; que se puedan controlar, y que los recursos sanitarios puedan afrontar con garantía el diagnostico, el tratamiento y la hospitalización.

Por ello indica que se hace imprescindible explicarle a la gente la situación. “Hay que apelar a la responsabilidad de las personas. No pueden tener detrás de ellos a un policía o a un ángel de la guardia. De sus comportamientos individuales y colectivos dependerá el futuro del virus”, explica.

“Esta pandemia marcará un antes y un después”, indica Ortiz de Lejarazu, muy activo en redes sociales donde da sus impresiones cada día sobre el coronavirus y sus consecuencias. “Va a modificar drásticamente nuestras rutinas y cambiar, evidentemente nuestros hábitos”, concluye.