Castilla y León

Sr Presidente, hay soluciones

“¿Me podría, por favor, decir por qué forma gobierno con quien usted dijo que no lo haría nunca?”

Pleno en el Congreso de los Diputados
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sonríe desde el hemiciclo en el Pleno del Congreso de los DiputadosLuis Díaz / PoolLuis Díaz / Pool

Le escribe uno de los cuarenta y siete millones de españoles.

Quisiera decirle que seguramente estaremos de acuerdo en muchas cosas, y seguramente las cosas más importantes de la vida. Estaremos seguramente de acuerdo en que todos queremos el bienestar de los españoles. Estaremos de acuerdo en que queremos el bienestar de nuestros abuelos, padres, hijos, nietos o bisnietos. Estaremos de acuerdo que queremos lo mejor para quienes más lo necesitan. Estaremos de acuerdo en que queremos una democracia ejemplar y moderna en España, que tanto nos ha costado conseguir y que se la debemos a nuestros padres y abuelos, los de todos.

Estaremos de acuerdo que todos los españoles son iguales ante la ley e iguales en derechos y obligaciones. Estaremos de acuerdo que la soberanía de España reside en todos los españoles. Estaremos de acuerdo en que debemos todos respetar y cumplir la constitución y la ley.

Estaremos de acuerdo también, en que estamos en el siglo XXI, y en una democracia moderna, europea y occidental.

Si en todo esto supongo que estaremos de acuerdo, y seguramente en muchas cosas más, quisiera hacerle varias preguntas.

¿Me podría explicar por favor que necesidad hay de crear tanta crispación? Estaremos también de acuerdo que es el gobierno quien tiene la responsabilidad, muy por delante de los demás. No me diga lo que escuchamos al Presidente Zapatero, con eso de la crispación, en un programa de televisión, por favor, pues sería para echarse a temblar por irresponsabilidad.

¿Me podría, por favor, decir por qué forma gobierno con quien usted dijo que no lo haría nunca? Todos nos equivocamos, pero el compromiso ante el electorado creo, que debería respetarse y mantenerse, y además usted mismo no desdecirse de su palabra, pues no queda bien. Como rectificar es de sabios, ¿por qué no rectifica, por favor, y vuelve a lo que prometió? Se lo agradecerían la mayoría de sus votantes y de todos los españoles.

¿No cree, sinceramente, tal y como en su momento dijo, que un acuerdo de gobierno con quien negocia con presos por sedición o promueve referéndum ilegales y quiere cambiar nuestro sistema democrático no es el socio más recomendable?

¿No cree que el sistema tipo régimen chavista, como usted también dijo, no es ni mucho menos lo más moderno, ni " progresista "- todo lo contrario al progreso-, y además el sistema neo populista comunista, es algo de muy triste recuerdo, por mucho que se disfrace de neo , y como usted sabe el parlamento europeo nos pide muy recientemente condenar dicho sistema así como el nacional socialismo por ser dos sistemas trágicos y que trajeron el mayor crimen de la historia de la humanidad?

Estará de acuerdo que este sistema, además de arcaico y de llorado recuerdo, está relegado y muy mal considerado en toda Europa y crea un auténtico desconcierto y muy motivada desconfianza en España.

Por supuesto que usted preside un gobierno legal gracias a la Constitución de todos, pero precisamente por eso ¿no cree que ello comporta una auténtica responsabilidad para ser verdaderamente el gobierno de todos, pero en cambio, no contar usted con una mayoría moderada y constitucional? ¿de verdad son sus socios los ideales para un gobierno de cualquier democracia europea, de verdad lo cree?

Y es precisamente por ello también, que escuchar a su socio acusar de golpe de estado a los demás, cuando tiene una larga lista de constantes agravios y ataques al Estado, es una auténtica barbaridad que crea enorme alarma social en España y en Europa justificada prueba de nuestro descrédito como democracia.

¿No cree, sinceramente, que lo ocurrido en esta tragedia que vivimos merece un serio análisis y reconocer la negligencia - ya no voy a hablar de los motivos, pero usted los sabe-, y que ello exige la dimisión de todos los responsables en bloque y sinceramente la suya también, pero se lo digo sin acritud, ya que convendrá conmigo que en cualquier democracia así se hace? Imagínese en Gran Bretaña ahora, solo porque un asesor del primer ministro se salta la norma para viajar en la pandemia, poniendo en riesgo a todo el gobierno británico...o hace pocos días la dimisión de la ministra de Finanzas de Finlandia, por presuntamente utilizar 50.000 euros públicos para unas clases de redacción ... Convendrá conmigo que es esto lo que hay que hacer, y es una broma de niños, comparado con lo que aquí ocurre todos los días. Seguro que también sabe que un ministro de interior, por lo que ha hecho, y además conculcando la ley y el honor de la Guardia Civil debe también dimitir, y si usted le respalda, así mismo hacerlo. Estas son reglas básicas en democracia, y también creo, estoy seguro, que usted conoce esas reglas.

Seguro que también está de acuerdo que a nivel internacional, tenemos que mantener un prestigio, que nos viene bien para las ayudas que hemos de recibir y para seguir contando con su colaboración, y estoy seguro, por tanto, que no es lo mejor que los prestigiosos medios extranjeros denuncien que aquí no se sabe el número de fallecidos, que tampoco se sabe el número de test y que no se expliquen los contagios en más de 50.000 sanitarios. Añadamos a eso que vamos ya siendo campeones en la peor gestión en la crisis económica y social.

También no me cabe ninguna duda de que usted quiere que una industria tan importante para España como es el turismo no esté a merced de indecisiones o malas interpretaciones dada la importancia del sector, junto a contradicciones en el equipo de ministros. Seguro que ha sido un mal entendido decir que se pacta con un partido que no es el más recomendable por heredar a los causantes de tanto dolor en España, -justo en el momento del ataque a la libertad de la representante de su partido, sin que nadie la defienda -, la derogación de la reforma laboral, ya que, además, nuevamente Europa contempla con estupor todo ello.

En fin, podemos seguir tantas cosas que no acabaríamos. Cuestiones de control de la información, insultos al Jefe del Estado, nombramientos de altos cargos y amigos en medio de una pandemia y devastador panorama laboral y económico, ataques a la independencia judicial, inoperancia del portal de transparencia, no muy transparente tampoco el nombramiento de la máxima responsable de la fiscalía general, cuestionamiento de la labor de la abogacía del estado...en fin un largo

rosario de cuestiones.

Dicho todo ello, ¿no le parece que en un momento así, de quiebra total de rumbo, confianza y seguridad, en medio de la tragedia de la pandemia y sus devastadoras consecuencias, habría que buscar fórmulas imaginativas para afrontar de la manera más sensata e inteligente posible la grave crisis en la que estamos, no solo sanitaria, sino económica, social, institucional, de confianza, y de credibilidad internacional?

Le voy a sugerir desde la sociedad civil algunas:

Que usted permanezca de Presidente, aunque ya sabe lo que debiera ser seguir las reglas de países de nuestro entorno, y pueda rodearse de un gobierno con miembros de la oposición constitucional, tal y como se haría en cualquier país sensato donde se dispusiese de un muy limitado apoyo parlamentario y del peligroso nivel que es; y que por ejemplo, durante un año, se gobernara casi exclusivamente centrados en las medidas más eficaces para relanzar todo lo que urgentísimamente hay que hacer para que España tenga un rigor creíble con planes homologables europeos y podamos todos salir adelante inmediatamente, y de manera concreta en la cuestión sanitaria, la cuestión laboral, la empresarial, la social y la económica.

Ello le daría a usted mucho prestigio, como hombre de estado, y más, en tanto en cuanto la situación es excepcional y muy grave. Tras ese año, convocatoria de elecciones y renovar las cosas, tras una etapa muy transitoria y confusa en la que estamos. Insisto, su prestigio y también el internacional, cobraría muchos enteros.

Otra fórmula. Que usted durante un año presida un gobierno exclusivamente con técnicos independientes de máximo prestigio, consensuados con los partidos constitucionalistas, con todas las garantías y también con el principalísimo objetivo anterior. Tras ese año, convocatoria de elecciones y desde luego en este caso también usted retomaría un prestigio que fuera el que le acompañara siempre a su balance de participación en la política, máxime , como también decíamos antes, cuando este hecho es sin duda posible, y únicamente posible, en estas circunstancias tan excepcionales por la pandemia, en el que usted se convertiría en líder mundial e innovador de la alta política, sacrificándose en una fórmula que al ser absolutamente necesaria por la situación sanitaria y económica, difícil para cualquiera, lograría dar un ejemplo admirado siempre por todos.

Claro, estas dos fórmulas tienen obligatoriamente, cómo podrá comprenderse la condición lógica de cambiar de socios, que no puede ser difícil en absoluto de hacer, dado que ahora son también distintos a los previstos y comprometidos.

Hay más fórmulas. Por ejemplo, dar usted el paso generoso a una persona de su partido o independiente pero cercana a su partido, bien vista por todos, para presidir un gobierno durante un año, con el compromiso de que esa persona consensuara el resto del equipo con los partidos constitucionalistas, integrando a representantes de esos partidos y a técnicos prestigiosos, y sacar adelante la gravedad de la situación en todos los órdenes dichos anteriormente.

Ello sería también para usted una entrada de caudal de prestigio indudable, al permitir unir las mejores fuerzas en un gobierno y por tanto atesorar ya para siempre ese esfuerzo indudable, y convertirlo en prestigio reconocido a todos los niveles y tanto en el panorama nacional como en el internacional. Ello supone, también, como en las dos fórmulas anteriores, cambiar de socios actuales, que sinceramente, estará también conmigo, no puede ser en ese aspecto un gran sacrificio dado lo que usted siempre ha pensado de ellos.

La situación es tan grave, y los hechos, no opiniones, diarios, son tan escandalosos, que esto hay que saber hacerlo y urgentísimamente, en muy breves semanas,

precisamente por esa situación tan grave, cuyo diagnóstico compartido, se piense lo que se piense, y se tengan las ideas que se tengan, es ya clamor y alarma general aquí, en Europa y en todo Occidente. Son hechos. Ya nadie se llama a engaño. Una situación como en la que estamos, - ya no tiene que ver con ideologías -, convendrá conmigo que no puede ser prorrogada todos los días, y a todas horas, por muy buenos parches que se quieran poner.

Los parches, servirán para muchos pinchazos pero por muy bueno que sea ese parche, si toda la rueda está ya recauchutada, y ya lo está, seguro que me da la razón, esa rueda se romperá ya no por un clavo, sino por una pequeña piedrecita del camino, en la que nadie reparó, pues nunca fue para hacerlo, y entonces la única solución es parar, cambiar de rueda y procurar un mejor equipo, pertrecharse con todo lo óptimo para subir la dificultad de la aguda montaña, con ningún parche, y con renovado y experto guía, junto a todos los honores para quien haya sabido hacerlo.

Por tanto, usted tiene en la mano esta gran oportunidad, repito, que le brinda la situación excepcional, y que, desde el conjunto de la sociedad, e internacionalmente sería muy bien valorada. Al ser muy bien valorada, es una única y excelente oportunidad libre de hacer, o de no hacer, pero si se hace, tiene aparejada el pasaporte permanente de la dignidad, de la ética política y de la altura política, convertido todo ello en la solución para el embudo intransitable en el que estamos, y por tanto lo que necesita España y todos los españoles, como muy bien sabe; y también, para un merecido y permanente reconocimiento a su persona, por parte de todos, tanto aquí como en el extranjero. Un país moderno y dinámico como es España merece olvidar los fantasmas antiguos y los desencuentros que no llevan a ninguna parte. Hay que sumar y hacer las cosas de forma sencilla y bien para todos.

Las oportunidades, son una verdadera suerte que hay que saber aprovechar. De no hacerlo, todo puede volverse, además de innecesario, oscuro y de ingrato recuerdo permanente. En este lado, los amigos y los aduladores desaparecen en un segundo y los lamentos son interminables y permanentes.

Si se tiende la mano a la oportunidad, el tesoro de las cosas bien hechas, será mérito de quién las pone en práctica y trascenderá siempre y para bien su persona.