Otros dos puntos que vuelan de Zorrilla

El Real Valladolid desperdició una buena oportunidad de conseguir su tercera victoria consecutiva ante un triste y ramplón Levante que aprovechó la oportunidad que le bridaba el conjunto local cuando el partido finalizaba, al cometer Joaquín, un error de principiante y provocar un penalti que Campaña transformaba.

Los locales no supieron matar el partido, y a esto ayudó de nuevo la dirección en el banquillo, de un Sergio que realizó tarde y mal los cambios y que parece que no está sabiendo gestionar bien la amplia plantilla que tiene. Hasta el minuto 82, después del gol visitante, hacía el segundo cambio, Jota, el chaval portugués que pide a voces más minutos, como otros jugadores que se hallan en el ostracismo más absoluto, Toni, Weissman, Kike, o un Roque Mesa que vio casi toda la segunda parte calentando en la banda. Y son diez jornadas, además, sin dejar la portería a cero. Y hoy parecía el día ideal, ya que el rival se prestaba a ello.

Con el antecedente de las dos victorias consecutivas, Sergio González decidió repetir el mismo once, ante un rival que se jugaba la vida. Y es por eso, que no había discurrido ni un par de minutos cuando Masip atajaba el primer balón envenenado de Morales. Pero el Valladolid respondió rápido con sendos disparos de Marcos André, uno de los cuales atajaba el joven debutante Dani Cárdenas.

Tras varios minutos de intercambio de golpes, el encuentro se trasladó al medio del campo, saliendo vencedor el conjunto levantino, que se hizo con el mando del balón y que comenzaba a encerrar en el área a los vallisoletanos, pero sin ocasiones claras. Joaquín se convertía en todo un valladar, desbaratando una y otra vez, cualquier acercamiento visitante.

Hervías, un pelín fallón en los primeros compases del encuentro, ponía un balón medido al área levantino, donde Guardiola con todo a su favor, lanzaba su cabezazo al muñeco, privando a los de Sergio adelantarse en el marcador. El Valladolid fue creciendo en el partido, aunque con poca mordiente arriba, con un Orellana desaparecido en combate y un Marcos André, incisivo y con atisbos de jugador grande futurible. El partido moría en los primeros 45 minutos con el empate a cero inicial, pero con sendas tarjetas para Postigo y Melero.

Mismos veintidós protagonistas en la segunda parte y mismo ritmo de partido. Poca chicha en los primeros compases por lo que tanto Sergio como Paco López ponían a calentar a efectivos en la banda para cambiar el rumbo del partido. O al menos intentarlo. Pero el juego se balanceaba entre lo anodino y lo insustancial, hasta que en una galopada de Plano, arrancando desde casi el propio área, se paraba en el medio campo para templar un preciso centro al área, llegaba el primer tanto del partido con un remate sobresaliente de Marcos André, que lograba el tercero de la temporada.

El Valladolid, con todo a favor, empezó a parecerse al de temporadas pasadas. Es decir, jugar a favor con un gol, y maniatando al equipo rival. Y el Levante era incapaz de achuchar y hacer cosquillas ante un conjunto local muy bien plantado, a pesar de los cambios.

Los minutos iban pasando sin nada reseñable en el campo, con múltiples interrupciones, que beneficiaban a los locales que no sabían materializar el partido en una contra que dejaba sólo a Alcaraz que era incapaz de tirar entre los tres palos, tras un pase al hueco de Orellana.

Pero un error de Joaquín al derribar a Dani Gómez en el área provocaba el empate de los visitantes, sin apenas hacer nada. Campaña ponía las tablas a siete minutos del final. Tocaba sufrir, a costa de balón parado, pero fue Jota el que pudo marcar el gol de la victoria al final, pero su vaselina se quedó corta.

Tablas al final, quizás inmerecida para las prestaciones de unos y otros, pero la falta de osadía se paga, y eso, otra vez castigó al Valladolid. Y el próximo fin de semana toca el Atlético. ¿Jugarán otra vez los mismos once casi la totalidad del partido?