Sociedad
La Junta de Castilla y León atiende a 35 mujeres víctimas de violencia de género con problemas de salud mental y de adicciones
Los programas, desarrollados en colaboración con las Fundaciones Intra y Aldaba-Proyecto Hombre, ofrecen recursos de alojamiento, manutención, apoyo psicológico, jurídico, social y para la inserción laboral de forma personalizada
La Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, que dirige Isabel Blanco, ofrece protección y apoyo a 35 mujeres víctimas de violencia de género en situación de vulnerabilidad añadida. Esta atención se facilita a través de dos servicios específicos prestados en colaboración con entidades del tercer sector.
El primero de ellos, gestionado por la Fundación Intras, ofrece atención a mujeres que han sufrido esta lacra y tienen además discapacidad por enfermedad mental. El segundo, impulsado de la mano de Fundación Aldaba–Proyecto Hombre, brinda una atención integral a víctimas de violencia de género con consumos problemáticos de drogas o adicción.
Se trata dos iniciativas de innovación social, entendido este concepto como la prestación de novedosos servicios, ideados para cubrir necesidades y dar solución a problemas sociales de una forma alternativa y más eficiente.
El auxilio a las víctimas por medio de ambos programas se fundamenta en los principios de personalización y profesionalización. A estas mujeres se les ofrecen un conjunto de recursos abordando de forma integral su doble problemática: por un lado, se les brinda protección frente a la violencia –ayudándolas a romper con ella y a sobreponerse a sus efectos– y, por otro, se atienden las necesidades derivadas de su discapacidad o trastorno –con el objetivo último de facilitar su rehabilitación y fomentar su autonomía personal en una situación libre de coacción–.
Colaboración con Fundación Intras
La atención especializada a víctimas de violencia de género con discapacidad por enfermedad mental es fruto de la colaboración entre la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades y la Fundación Intras.
El servicio, operativo desde 2012, está dirigido específicamente a víctimas residentes en Castilla y León que, por sus problemas de salud mental, tienen dificultades de adaptación a los recursos ordinarios de la Red de Atención a las Víctimas de Violencia de Género; se encuentran en una situación de riesgo que hace precisa una rápida intervención, y necesitan un recurso habitacional seguro. Son, por lo tanto, mujeres que han recibido ya una ayuda profesional previa, pero han de ser tratadas desde una óptica más especializada.
Este programa de la Fundación Intras ofrece a estas personas alojamiento y manutención en un entorno seguro e intervención psicológica, jurídica, social, formativa y para la inserción laboral de forma personalizada y adaptada a sus necesidades, y, en su caso, también dirigida a sus hijos. Se lleva a cabo en colaboración con otros recursos sanitarios (como los servicios de salud mental), con los Servicios Sociales, los de empleo y los educativos (para los menores), los órganos judiciales y los cuerpos y fuerzas de seguridad.
El servicio, voluntario para las usuarias, se presta desde Valladolid y Zamora, si bien tiene carácter autonómico. Para solicitarlo, basta con presentar un informe psiquiátrico o certificado de discapacidad por enfermedad mental ante las Secciones de Mujer de las Gerencias Territoriales de Servicios Sociales. Estos órganos canalizan las peticiones a la Fundación Intras, que entrevista a las mujeres para valorar la idoneidad del recurso en cada caso particular.
La detección de las posibles beneficiarias la llevan a cabo profesionales de los Centros de Acción Social (CEAS) de las corporaciones locales, de los centros de emergencia y de las casas de acogida de la Red de Atención a las Víctimas de Violencia de Género de Castilla y León.
La estancia máxima en el programa es de seis meses, aunque puede finalizarse antes si se consiguen los objetivos marcados en el plan personalizado de intervención. Cabe también la posibilidad de ampliarla por causa justificada hasta un máximo de nueve meses desde la fecha del ingreso.
Desde su puesta en marcha en 2012 hasta la actualidad, este servicio prestó atención integral a 30 mujeres, siete de ellas en los siete primeros meses de este año.
Víctimas con adicciones
El segundo programa especializado para mujeres víctimas de violencia de género en las que además concurre la adicción a sustancias psicoactivas es el ofrecido por la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades en colaboración con la Fundación Aldaba–Proyecto Hombre.
Este recurso asistencial se dirige a mujeres solas, o con hijos y otras personas a su cargo, en las que se detecta un consumo problemático o adicción a las drogas (no tratados o no estabilizados) cuando están en fase de valoración para su ingreso en un centro ordinario de la Red de Atención a las Víctimas de Violencia de Género o cuando ya residen en él.
El servicio, ubicado en Valladolid aunque de ámbito autonómico, dispone de una vivienda tutelada y de una comunidad terapéutica acreditada para el tratamiento residencial de drogodependencias. En los siete meses que lleva vigente, ha atendido ya a cinco mujeres.
Como en el caso del programa desarrollado por la Fundación Intras, los puntos de detección son los CEAS de las corporaciones locales y los centros de la Red de Atención a las Víctimas de Violencia de Género, mientras que el canal de acceso está en las Secciones de Mujer.
En función de la severidad inicialmente estimada, estos órganos derivan a la mujer para su valoración y diagnóstico al CAD (Centro de Atención a Drogodependientes) de su provincia de residencia o directamente al servicio de atención integral de la Fundación Aldaba, en situaciones de riesgo o urgencia. En este último caso, se ofrece a las víctimas acogida residencial, tratamiento ambulatorio y, en su caso, también terapéutico.
Los servicios de atención integral a víctimas de violencia de género especialmente vulnerables, puestos en marcha por la Junta en colaboración con el Tercer Sector, persiguen como objetivo último apoyar a las mujeres que sufren esta lacra y sus graves consecuencias –de tipo psicológico, aislamiento social, desarraigo familiar, destrucción del proyecto de vida, problemas de salud, lesiones físicas e incluso la muerte–, y ayudarlas en su proceso de rehabilitación y de recuperación de su autonomía personal.
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