Infraestructuras

La construcción de la autovía del Duero, una necesidad nacional

El objetivo es acabar de una vez con accidentes mortales como el producido este 26 de agosto en Peñafiel

Protestas de la Plataforma "A-11 Pasos"
Protestas de la Plataforma "A-11 Pasos"Miriam Chacón/Ical

La Plataforma “A-11 Pasos”, que reivindica desde Peñafiel (Valladolid) la construcción de la Autovía del Duero, se ha mostrado consternada tras el accidente de tráfico registrado en la madrugada de este viernes 26 de agosto a la salida de esta localidad por la N-122 y que ha costado la vida a un padre y a su hijo, y ha vuelto a exigir la ejecución de la A-11, una carretera que consideran una necesidad de todo el país.

No es una cuestión comarcal. La N-122 está vertebrando España de este a oeste. Por ahí pasa gente de toda España y es un peligro que tienen todos los que pasan por ahí. Porque no se puede permitir que en una carretera con el volumen de tráfico pesado y vehículos especiales que tiene se tenga que convivir con los miles de turismos que la usan también”, ha señalado a la Agencia EFE Alicia del Pozo, de la plataforma ciudadana.

Del Pozo ha recordado que hace más de 25 años se proyectó la conversión de la N-122 en la autovía A-11 y ya entonces se argumentó que se trata de una vía de comunicación transversal fundamental para España. Sin embargo, más de un cuarto de siglo después, sigue siendo una carretera convencional “y eso no se puede consentir”.

La portavoz de la Plataforma ha incidido en que la ejecución de esta infraestructura ha sufrido continuos parones desde su construcción. De hecho, ha recalcado, la continuidad de su construcción no está garantizada en el futuro ya que hay tramos, como el que discurre entre Quintanilla de Arriba (Peñafiel)-Castrillo de la Vega (Burgos), que ni siquiera cuentan con su proyecto redactado y su declaración de impacto ambiental caduca en 2023 sin posibilidad de prorrogarla. ”Si caduca, nos vamos a tirar otros 10 años para seguir adelante”, ha recalcado.

Las medidas adoptadas para intentar reducir la siniestralidad, a su juicio, han sido más contraproducentes que beneficiosas. En ese sentido, ha señalado que la reducción del límite a 90 kilómetros por hora, además de apreciarse por los usuarios como un castigo, ha incrementado la peligrosidad de la carretera puesto que impide alcanzar velocidad para adelantar a los camiones que transitan por ella, y que con frecuencia ya van a esa marcha.

Aunque la conversión en autovía de la N-122 se ha visto demorada años atrás por las presiones del sector bodeguero, que veían en este vial una amenaza a sus explotaciones vitícolas, Del Pozo ha considerado que este colectivo ha dejado de oponerse a su ejecución ya que, con el auge del enoturismo experimentado en los últimos años, necesitan sacar de la carretera nacional el tráfico pesado y convertirla en un vial de acceso a sus instalaciones.

Del Pozo ha confiado en que, “como poco”, cada uno de los accidentes y víctimas que se registran en la N-122 sean “un cargo de conciencia” para los dirigentes políticos que no dan soluciones a esta situación. ”Mandar a transitar a la población por esta carretera no se puede. Se puede considerar un crimen. Porque además ahora la población no está acostumbrada a transitar por una nacional de estas características. Los viajes largos se hacen por autovía. Y estas noticias nos parten el alma”, ha subrayado.