Cultura
La recuperación del Lope de Vega abrirá “un panorama cultural muy importante para Valladolid” en 2026
Así lo destaca el alcalde Óscar Puente durante la presentación del proyecto que contará con una inversión de casi 6,8 millones
Valladolid contará en 2026 con siete teatros abiertos al público durante todo el año. Para entonces está previsto que concluyan las obras de recuperación del Teatro Lope de Vega, el coliseo más antiguo de la ciudad, fundado en 1861 y que cumplirá 165 años en funcionamiento cuando de nuevo pueda levantar su telón. Para lograrlo será precisa una inversión de 6,8 millones de euros, de los cuales el Ayuntamiento espera conseguir tres millones de los fondos europeos, y con su reapertura se abrirá para la ciudad, a juicio de su alcalde, Óscar Puente, “un panorama cultural muy importante”, puesto que ese enclave ofrece “una versatilidad y posibilidades muy grandes”, en las que ya están trabajando desde el Consistorio.
“La densidad cultural de Valladolid es altísima. No hay en Europa otra ciudad de un tamaño similar con una oferta así, y la recuperación del Lope de Vega será un refuerzo y un paso adelante muy grandes. Con esta actuación recuperamos historia, patrimonio y un elemento cultural central de Valladolid”, subrayó Puente, que confirmó que “la licitación saldrá adelante previsiblemente en el primer semestre del próximo año o, a más tardar, en el segundo”, abriendo así un plazo de ejecución de las obras de “dos años como mínimo”.
El alcalde destacó la “polivalencia y flexibilidad” del espacio, como un elemento clave que han buscado en el proyecto de rehabilitación, que correrá a cargo de dos estudios de arquitectos, los madrileños Paredes Pedrosa y el vallisoletano Contextos de Arquitectura y Urbanismo, dirigido por Óscar M. Ares.
Este último subrayó el “gran reto” que supone este proyecto, que pretenden rebautizar como Espacios Lope de Vega, dado que albergará “tres espacios que podrán funcionar de forma totalmente independiente”: la sala principal, que tiene un aforo de 934 butacas (168 de ellas de visibilidad reducida, en el gallinero), precisará una intervención de restauración “pura y dura” después de permanecer cerrada desde 2006, si bien su estado actual es “mejor del esperado”, en valoración del concejal de Planeamiento Urbanístico y Vivienda, Manuel Saravia; el acceso al recinto por María de Molina albergará en su parte superior un “espacio polivalente” con una grada retráctil que “facilitará que ahí puedan pasar muchas cosas” como teatro para niños, cuentacuentos o “actividades que requieran un aforo limitado”; mientras que en el acceso lateral, por la calle Veinte de Febrero, la primera planta podría funcionar “como ambigú, zona de congresos, sala de exposiciones o teatro experimental”, e incluso albergar una hipotética cafetería.
Las intervenciones del proyecto de rehabilitación se centrarán, explicó Ares, se centrarán en el perímetro de la herradura italiana que alberga la sala principal, puesto que es ahí donde el edificio presenta “peor estado”. “El problema principal es la zona de entrada, que está apeada, y los antiguos camerinos”, explicó. Ahí se actuará “sin tener que hacer intervenciones muy drásticas salvo las imprescindibles para el acondicionamiento técnico” y para convertir el recinto en “un edificio que piensa en el medioambiente, con un consumo energético prácticamente nulo”.
Además, la torre escénica actual se destruirá para levantar otra de 24 metros de altura, que tendrá en uno de sus costados paneles fotovoltáicos y una torre de contención para recuperar e impulsar calor de una forma más natural, apoyando los sistemas de calefacción del recinto. Asimismo, el patio de butacas será móvil y podrá disponerse hasta en seis posiciones, en función de los requisitos de la representación que se quiera llevar a cabo, y un gran lucernario se creará en un espacio intermedio de transición entre la entrada y la llegada a la gran sala escénica del teatro, que contará con “espacios de varias alturas”. “La arquitectura es el gran teatro para la vida, y con esta actuación queremos generar espacios para la cultura y para la vida en la ciudad”, resumió el arquitecto.
En la presentación, Saravia recordó los seis pasos que la corporación municipal se ha visto obligada a dar antes de llegar al pasado 24 de agosto, cuando se anunció la adjudicación del contrato de servicios de redacción del proyecto básico y de ejecución y dirección facultativa de las obras de consolidación estructural y rehabilitación del edificio, por importe de 242.669 euros (IVA incluido), informa Ical.
“Desde que entramos a gobernar, decidimos frenar las propuestas de modificación del uso del Teatro Lope de Vega para convertirlo en otra cosa. Queríamos mantener la vinculación de este espacio con las artes escénicas. Posteriormente mantuvimos muchas reuniones con su propietario, Unicaja, antes Caja Duero, para que se hicieran cargo de la restauración. En tercer lugar, hablamos con la Junta durante 2016 y 2017, solicitando la declaración como BIC del edificio, ante lo cual nos respondieron sorprendentemente que era un asunto municipal. Tras ello, en febrero de 2020 decidimos adquirir el inmueble, valorado en unos dos millones de euros, mediante una permuta con una parcela municipal en el Callejón de la Alcoholera. Posteriormente desarrollamos un estudio de conservación y emprendimos ese mismo año actuaciones inmediatas de conservación. Y por último promovimos el concurso de proyectos entre equipos especializados para seleccionar al equipo redactor”, declaró.
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