Política
Castilla y León celebra el 42 Aniversario de su Estatuto de Autonomía
Las Cortes regionales entregan la Medalla de Oro a las Semanas Santas de la comunidad
Un repleto parlamento autonómico celebró el 42 Aniversario del Estatuto de Autonomía de Castilla y León. El acto arrancó con la entrega de la Medala de Oro de las Cortes a las Semanas Santa de Castilla y León, que recogió en nombre de todas ellas el profesor Javier Burrieza, quien destacó que este reconocimiento supone un ejemplo de “conocimiento global” sobre el que llamó a fomentar un “aprecio mutuo” en el conjunto de las nueve provincias de la Comunidad.
Asimismo, reivindicó el papel “samaritano” de las cofradías, por su labor de atención “para con los necesitados, sin fronteras”, y su capacidad para “gobernarse desde órganos propios”, en un mensaje que quiso hacer llegar a las Cortes precisamente por representar las hermandades “ejemplos muy propios de las formas de asociarse de las gentes desde, al menos, el siglo XV”.
En su discurso, Burrieza afirmó sentirse “como Pilato en el Credo”, por erigirse hoy como “un personaje que poco tiene de sagrado pero que vincula lo sucedido con el tiempo de la historia”, en un papel que, en todo caso, supone “un honor” por “representar a tantas miles de personas que, desde las cofradías penitenciales, hacen posible la celebración solemne de la Pasión de Cristo”.
“La vida me ha permitido nacer en una familia cofrade, abrir desde mi infancia un balcón a una calle procesional y disponer de una profesión, la de historiador, que desde la dimensión docente e investigadora de una universidad pública me ha permitido estudiar y descubrir la gigantesca dimensión de nuestras muchas Semanas Santas”, apuntó Burrieza, significando entonces el “extraordinario patrimonio humano, histórico, artístico, antropológico y musical” de la Pasión castellana y leonesa.
Además, resaltó “la acción de las cofradías” y la “singularidad” de disponer en Castilla y León de “instituciones que superan, en muchos casos, los cuatro siglos de antigüedad”, con lo que ello supone por haber sido capaces de abordar “contextos históricos cambiantes y no siempre favorables”.
También puso de relieve “el enorme mérito de haber contribuido al engrandecimiento del patrimonio histórico y artístico” de Castilla y León y haber definido también “el urbanismo de pueblos y ciudades” a través de una “seña de identidad” de los propios ciudadanos y sus localidades.
Burrieza recordó, en su discurso de ensalzamiento de las cofradías, su papel de prestador social “cuando no existía un Estado”, atendiendo en sus hospitales “a convalecientes, peregrinos o niños abandonados”. Una labor a la que hoy contribuyen todavía con “la atención para con los necesitados, sin fronteras, como auténticos samaritanos”.
Esas distintas procedencias fueron también señaladas por Burrieza por suponer las cofradías un lugar de destino de “hermanos con numerosas procedencias sociales” que constituían hermandades “para gobernarse desde órganos propios”.
También hizo hincapié en la participación de la ciudadanía de a pie en las procesiones que, aunque no se acoge a las cofradías, “acude a participar en lo que conocemos como misterios de la fe”, forjando un público que también “se ve enriquecido por los visitantes que recibimos, que no todo lo comprenden, pero todo les impresiona”.
Como representante escogido para recoger la Medalla de Oro de las Cortes a la Semana Santa, Burrieza hizo un alegato de las “históricas imágenes devocionales que han concentrado las miradas y las rogativas de las gentes que han morado Castilla y León durante siglos”, en un “nuevo género de expresión” que se denomina como pasos procesionales pero que recoge “obras importantes de diversos escultores e imagineros que forman parte de la historia del arte internacional”.
Tras el discurso del profesor Burrieza, fue el turno del presidente de las Cortes de Castilla y León, Carlos Pollán, quien defendió que el Estatuto de Autonomía “ni en su espíritu ni en su letra” se busca la desigualdad entre españoles mediante “hechos diferenciales o separadores” y reivindica que la Cámara trate asuntos de fuera de la Comunidad desde el interés d sus ciudadanos.
“Nuestra misión no es proteger a la gente de gente misma. A la gente no se la tutela. A la gente se la escucha. Si no lo hacemos, mereceremos ser sepultados por nuestra arrogancia y arrinconados por el nuevo signo de los tiempos”, subrayó Pollán, que apeló al respeto, después de reprobar intervenciones que “buscan los cinco minutos de fama tuitera o la gloria efímera del zasca con la indeseable consecuencia de convertir este hemiciclo en un circo de varias pistas”, si bien apostilló que no son “la regla”, sino “la excepción”.
Asimismo, urgió a “achicar la brecha” entre la clase política y la sociedad civil, en aumento “en los últimos años, y pidió respeto y escucha a la gente para “no ser sepultados en una nueva arrogancia y arrinconado por el nuevo signo de los tiempos”, a la vez que reprobó “la búsqueda de la fama tuitera” y demandó hacer del Parlamento “una escuela de la critica, el argumento y la discusión”.
El presidente de las Cortes anunció la constitución de un grupo de trabajo para avanzar en dos de las asignaturas pendientes desde la constitución de las Cortes en 1983, como el régimen de incompatibilidades y la excepcionalidad de que la asamblea de Castilla y León sea la única en la que no todos sus parlamentarios tienen dedicación exclusiva.
Pollán explicó que el grupo ha tenido una primera reunión y pronto celebrará la segunda, en un asunto que ha creado polémica en los últimos meses, pero advirtió de que “nadie espere resultados inmediatos”, aunque sí expresó “la voluntad decidida por la transparencia”.
“Pesa en el ánimo de los miembros del grupo de trabajo la necesaria rendición de cuentas ante los ciudadanos de Castilla y León, el respeto debido a los funcionarios y trabajadores de esta casa y el buen nombre de todos quienes ostentamos el honor de ser procuradores en Cortes”, declaró.
Medalla al mérito parlamentario
El presidente de las Cortes tuvo palabras de reconocimiento para los procuradores Francisco Javier Carrera Noriega, para quien propuso la Medalla de las Cortes al mérito parlamentario a título póstumo, y para Inmaculada García Rioja, ambos fallecidos recientemente. En el reconocimiento, incluyó al letrado Edmundo Matía, que, aunque no es procurador, está vinculado a las Cortes desde sus inicios.
Pollán justificó en su alocución en el hemiciclo por qué propuso la Medalla para el procurador Javier Carrera Noriega, que hasta el último momento cumplió con su labor como parlamentario desde la vocación de lo público, y acató la voluntad expresada por los grupos, aunque mostró su “sorpresa, indignación y dolor”, cuando “alguien por negarse a sostener en público lo manifestado en privado” le responsabilizó de que no prosperara.
Así, rechazó que se dudara de que él mismo no tenía claro si el procurador reunía los requisitos que recoge el Reglamento de distinciones de las Cortes. “Falso de toda falsedad”. “Fui yo quien propuse a Carrera para la medalla”, alegó, después de lamentar “traer a colación tan desagradable episodio”, para manifestar que no va “a tolerar insidias” y dar por terminada la polémica en la que nunca deseó verse envuelto.
También, recordó que propuso la Medalla para Edmundo Matía, miembro del Cuerpo de Letrados de las Cortes de Castilla y León desde 1983, quien ha participado en la tramitación de más de 90 leyes, en las distintas reformas del Estatuto de Autonomía y en la aprobación del Reglamento de la Cámara.
De la socialista Inmaculada García Rioja, destacó sus numerosas sus intervenciones en las Cortes, tanto en pleno como en comisiones, en las que defendió la necesidad y la obligación de una sanidad pública de calidad, con mayor motivo en el medio rural.
Por último, Pollán agradeció la generosidad de las distintas juntas de confradías por entender que, por una cuestión de puro procedimiento, había que personificar la concesión de la medalla en un único nombre, en representación de toda la Semana Santa, en este caso en Javier Burrieza. “Si hay un momento en el que Castilla y León late con un mismo sentir, con un sentido común, ese es la Semana Santa”, concluyó.