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Sociedad

Castilla y León “no debería recibir menos de 8.000 millones” de los fondos europeos de transformación, según el CES

La institución señala que la Comunidad necesita una “industrialización estratégica” para que el modelo actual sea “menos dependiente de terceros países

La Mesa de Gobierno del Consejo Económico y Social de Castilla y León presenta el informe ‘Situación económica y social de Castilla y León en 2023’. Rubén Cacho/Ical

El Consejo Económico y Social (CES) estima que Castilla y León no debería recibir menos de 8.000 millones de euros de los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, en consonancia con su participación en el PIB total español.

El órgano consultivo asegura en las recomendaciones de su Informe Anual de Situación Económica y Social de la Comunidad de 2023, que dada la estructura productiva de Castilla y León “estos recursos supondrían una oportunidad única que no debemos desaprovechar, puesto que esta cantidad supera el montante total de fondos estructurales recibidos por nuestra Comunidad Autónoma en lo que va de siglo”, informa Ical.

En este contexto, el CES muestra de nuevo “su firme voluntad de participar con la Junta y las Cortes de Castilla y León en la definición, el avance y la evaluación del desarrollo autonómico del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia”.

Advierten, desde el CES, de la necesidad de que haya una coordinación público-privada consensuada para lograr “una efectiva canalización y capilaridad de los préstamos, en tiempo y forma”. Asevera que se debe evitar, con un tejido productivo con elevado predominio de pymes, que “una parte importante” pueda quedar al margen de los beneficios que estos fondos pueden aportar para mejorar su competitividad”. “Este aspecto es clave y pensamos que es donde está el verdadero reto: modernizar las cadenas de valor en su integridad y alcanzar la autonomía estratégica abierta en el ámbito productivo a través de un proceso de reindustrialización de alto valor añadido”, agrega.

Por otro lado el Consejo Económico y Social (CES) apela a “promover una industrialización estratégica” en Castilla y León, que genera un entorno favorable a la generación de ecosistemas industriales e impulse proyectos tractores y de interés general, frente para que el modelo actual sea “menos dependiente de terceros países”.

El órgano consultivo aboga también, en las recomendaciones del informe ‘Situación económica y social de Castilla y León en 2023’, aprobado hoy por el pleno de la institución, por “salvaguardar la relevante base industrial existente” en Castilla y León, así como “dar difusión” a la actividad que generan las empresas punteras en diferentes sectores industriales.

En esta misma línea, la institución propia reitera la necesidad de dedicar recursos a la transformación del sistema energético, para reducir, por un lado, la dependencia de combustibles del exterior y escapar en lo posible, de la volatilidad de los precios, y por otro, avanzar hacia la plena descarbonización de la economía en el año 2050.

Al respecto, apela a una diversificación equilibrada, tomando en consideración las características individuales de cada empresa, incluyendo sus limitaciones y oportunidades. El CES apoya las transiciones tecnológicas limpias, como el hidrógeno, las energías renovables y las tecnologías de captura de carbono. No obstante, es necesario prever recursos presupuestarios suficientes para apoyar todas las líneas de investigación sobre almacenamiento de energía eléctrica en la Comunidad y prestar especial apoyo a su fase de desarrollo posterior.

El CES remarca el potencial de la Comunidad, en la industria de los biocombustibles que se presenta como una “magnífica oportunidad para revitalizar nuestras zonas rurales y luchar contra la despoblación”.

El Consejo destaca la necesidad de elevar la competitividad de la industria hacia la tecbnología 4.0, con la innovación tecnológica. En este sentido, relata también los beneficios de la IA y las nuevas oportunidades de crecimiento que ofrece en los procesos productivos. “La IA permite a las empresas disponer de más y mejor información al tomar decisiones y ofrece nuevas oportunidades de crecimiento”, indica. En línea a esta revolución 4.0, el CES apunta a la ciberseguridad se ha convertido en un elemento esencial para las empresas que operan en entornos industriales.

Pero va un paso más allá, y apunta a la industria 5.0, que “incorpora nuevos criterios como la eficiencia energética de las tecnologías, la priorización de las energías renovables y un enfoque de autosuficiencia”. El factor resiliencia también es fundamental para la industria 5.0, ante la necesidad constante de adaptación a un entorno macroeconómico y geopolíco en constante cambio.

Por último, llama la atención sobre la carencia de competencias digitales en general y de profesionales formados en carreras Ciencias Naturales, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM), que son “absolutamente imprescindibles para hacer evolucionar la industria hacia modelos 5.0”. Así, recomienda, por una parte a las instituciones educativas, que pongan en marcha programas que fomenten el interés y la demanda de este tipo de carreras, y por otra parte, que éstas en colaboración con a las empresas refuercen la formación de las personas.