Patrimonio

La colorido y majestuoso pórtico medieval que mostró por vez primera el Purgatorio

Pese a sus 750 años de vida, esta obra de arte que se planteó como románica y terminó gótica se encuentra en un gran estado de conservación y se puede disfrutar de ella en todo su esplendor

Portada Occidental o de la Majestad de la Colegiata de Toro (Zamora)
Portada Occidental o de la Majestad de la Colegiata de Toro (Zamora)JcylLa Razón

Ahora que estamos en el esprint final de esta apasionante Semana Santa a la que apenas le queda este Sábado de Gloria y el Domingo de Resurrección, Castilla y León ofrece al visitante que se ha acercado estos días para disfrutar de estas celebraciones una visita también por su extenso y rico patrimonio religioso y monumental a través del Programa de Apertura de Monumentos que finaliza este lunes y que abre las puertas de 317 ermitas, iglesias, templos de 255 pueblos y dispuestos en dieciocho rutas o programas culturales temáticos distintos, como el 'Mudéjar, al Sur del Duero’, ‘Sierras del Sur’, ‘Gótico’, ‘Valle del Duero’, ‘Románico Norte’, ‘Campos y Páramos’, ‘Retablos renacentistas al este de León’, ‘Arribes del Duero’, ‘Románico Sur’ o ‘Soria Norte’, entre otros.

Objetivo: dar a conocer y el magnífico Patrimonio histórico-artístico de la comunidad, a través de colaboradores designados por cada parroquia, que son los encargados de abrir los templos y de ofrecer información sobre las condiciones de las visitas, y dinamizar el medio rural.

Y es que Castilla y León es un museo al aire libre en todos los sentidos. Una comunidad con una riqueza patromonial inigualable, forjada a lo largo de los siglos de historia de estos dos antiguos Reinos que en lo religioso han dejado un legado espectacular en forma de catedrales, basílicas, iglesias, conventos, monasterios o pequeñas ermitas. Se suele decir, y con acierto, que no hay pueblo en esta región, y eso que hay 2.248 municipios, que no tenga al menos un pequeño templo con una gran historia por detrás o un tesoro en su interior digno de mención.

Pero en estas líneas de este Sábado de Gloria en LA RAZÓN queremos acercar una de las joyas del gótico aunque fue planteada en estilo románico durante el reinado de Fernando III de Castilla, conocido como "El Santo", pero que se culminó en estilo gótico: La Portada de la Majestad de la Colegiata de Santa María la Mayor de la localidad zamorana de Toro, del siglo XIII y que se conserva casi en su totalidad en un gran estado. Se trata de una de las más importantes manifestaciones de la escultura gótica en la comunidad castellano y leonesa que destaca sobre todo por su especial policromía y su rico cromatismo en la vestiduras para dar viveza a las figuras, típico de la Edad Media, en el que predominan los colores naturales y tierra.

Una obra de Domingo Pérez, artista y criado del rey de León, Sancho IV, ya que así lo indica la inscripción de la parte inferior del dintel que reza lo siguiente: "Este lauor pinto Domingo Pérez criado del Rey Don Sancho".

Si bien, el autor intelectual de los dos programas iconográficos de esta espectacular portada fue el franciscano Juan Gil de Zamora, preceptor del monarca leonés.

La Virgen María protagoniza el primero de ellos a través de su paso por la tierra en el parteluz, por la muerte en el dintel, la asunción y coronación en el cielo, que se mustra en el tímpano. Mientras que la iglesia celestial, representada por triunfantes mártires, santas, vírgenes, ángeles o apóstoles en las arquivoltas junto a 18 reyes con un variado repertorio de instrumentos musicales, y El Juicio Final, en la última arquivolta concebida a modo de cornisa, con Cristo Juez, los ángeles redentores, la Virgen y San Juan, la resurrección de los muertos, y los bienaventurados y réprobos camino del cielo y del infierno, son los elementos protagonistas de este magnífico y brutal segundo programa, en el que el tormento de los condenados contrasta con la suerte de los elegidos que son acogidos en el jardín del Paraíso.

Una obra en la que por vez primera su representa el purgatorio, ese estado de purificación que, según la doctrina católica, atraviesan las almas de los que mueren en gracia de Dios, y el lugar, que no es físico sino más bien un estado, donde se expian los pecados veniales antes de entrar al Cielo.

A lo largo de sus 750 años de vida, la Portada de la Majestad de la Colegiata de Toro, una de las tres con las que cuenta este templo, ha sufrido hasta seis repintes que se han superpuesto a la capa original. Algo que, sumado a la exhaustiva restauración que se llevó a cabo en la década de los noventa del pasado siglo así como a la construcción de la Capilla de la Majestad, llamada también de Santo Tomé, a principios del siglo XV, ha permitido que hoy en día esta portada se encuentre en un gran estado de conservación y se pueda disfrutar de ella en todo su esplendor.

Pero en la portada hay más detalles, no menos interesantes, como por ejemplo las figuras de los reyes David y Salomón, que destacan por enorme tamaño. acompañados por profetas y arcángeles. En total, ocho grandes esculturas ubicadas en un lateral que no dejan indiferente a nadie, a las que hay que sumar, por debajo, varias figuras geométricas y florales del arte mudéjar.

Colegiata de Toro

Esta portada es una de las entradas, en la parte occidental, a la Iglesia de la Colegiata de Toro, de estilo románico-gótico. De hecho, su construcción se llevó a cabo desde el último tercio del siglo XII en tiempos del reinado de Fernando II de León hasta bien entrado el XIII. Posee tres naves y crucero rematado por un cimborrio muy del estilo de la Catedral de Zamora o la Torre Galllonada de la Catedral Vieja de Salamanca. De hecho, las tres forman el grupo de cimborrios conocido como las "Cúpulas del Duero".

Se pueden distinguir dos épocas en la construcción del templo: un primer maestro utiliza piedra caliza clara, creando un estilo románico evolucionado; y el segundo maestro, que finaliza la construcción y cubre el templo, que emplea piedra arenisca rojiza y elementos arquitectónicos románicos menos evolucionados.

Son especialmente significativas sus tres portadas, la de la Majestad ya comentada y protagonista de estas líneas, así como la portada norte, con arcos de medio punto y cuatro arquivoltas, donde sobresales un Cristo en Majestad junto a la Virgen, San Juan y los 24 ancianos de la Apocalipsis, en una representación del Juicio Final; y la portada sur, más sencilla pero no menos espectacular y bella, compuesta por un arco apuntado con cuatro arquivoltas baquetonadas adornadas con sencillos motivos geométricos y vegetales.

Imagen de la Colegiata de Toro
Imagen de la Colegiata de ToroJcylLa Razón

En el interior también se aprecian las distintas etapas por las que pasó su construcción:, como el planteamiento de pilares cruciformes con columnas en sus caras y también en los codillos y que estarían proyectados para bóvedas de crucería, obra del primer maestro, o las bóvedas de medio cañón sobre arcos fajones en la nave central y la nave del transepto, idea del segundo artista. También sobresalen los capiteles de las columnas adosadas a los soportes de los arcos torales, algunos con temas vegetales y otros con escenas más labradas como Daniel entre los leones.

Asimismo, cabe señalar que dentro de la Colegiata, en el museo que se ubica en la sacristía, se conservan otras obras de arte que merecen especial atención, como es el caso de un calvario de marfil y carey de escuela italiana o un relieve de alabastro que representa la adoración de los Reyes Magos.

Y en cuanto a pintura, sobresale la excelente tabla flamenca de la Virgen de la Mosca, del círculo de Jan Gossaert.

Un templo considerado por la página web Traveler.es, especializada en viajes, como una de las siete iglesias románicas más bonitas de España.

Qué más ver en Toro

Pero Toro es mucho más que la Colegiata. Tierra de vino regada por el río Duero que nos une con Portugal, este municipio está declarado de interés turístico y conjunto monumental histórico-artístico. Sus orígenes se remontan a la época celtibérica. Sede real, morada de nobles, lugar de reunión de cortes, juega un papel destacado en el enfrentamiento entre Juana la Beltraneja e Isabel la Católica, siendo escenario de la famosa batalla de Toro. Más tarde el Rey Fernando el Católico convoca la célebre Cortes de 1505, promulgándose las famosas Leyes de Toro.

En Toro hay que ver la Iglesia de San Salvador de los Caballeros, sede del Museo de Arte Sacro de Toro y Monumento Nacional desde 1929. EUn templo que, además, perteneció a los Caballeros del Temple, y es conocida como «San Salvador El Pintado» porque su interior estuvo cubierto de pinturas renacentistas.

Plaza Mayor de Toro
Plaza Mayor de ToroLa RazónLa Razón

La Torre del Reloj; la puerta de la Corredera; la de Santa Catalina; la iglesia de San Lorenzo el Real, de estilo románico-mudéjar y las más antigua de la ciudad además de Monumento Nacional; la iglesia de San Sebastián de los Caballeros, que alberga el Museo de Pintura Gótica donde, entre otras cosas, puedes ver frescos procedentes del Real Monasterio de Santa Clara; la iglesia de San Julián de los Caballeros; el Palacio de las Leyes o el Palacio de los Condes de Requena son otros de los motivos que hacen obligatoria la visita a Toro, donde no hay que dejar de pasear por sus calles para conocer su arquitectura típica, formada por casas de ladrillo, viga vista y soportales por los que pasear cuando el calor aprieta.

Un paseo que ha de finalizar en la preciosa Plaza Mayor donde destaca la Casa Consistorial ubicada en un palacio renacentista, cuya fachada es fruto de una rehabilitación llevada a cabo tras un incendio en el siglo XVIII.