
Sociedad
El Cristo del Amparo y La Dolorosa se reencuentran en el vía crucis de Medina de Rioseco
Un camino de la Pasión en el que han participado una pequeña representación de los miembros de la diecisiete cofradías de la localidad vallisoletana

Cientos de personas han arropado este Miércoles Santo a la Virgen Dolorosa y al Cristo del Amparo en su encuentro en la plaza Mayor, en uno de los puntos álgidos de un vía crucis de la Semana Santa de Medina de Rioseco, declarada de Interés Turístico Internacional en la provincia vallisoletana.
Un camino de la Pasión en el que han participado una pequeña representación de los miembros de la diecisiete cofradías de este municipio, cuya población a fecha de 2024 el INE cifra en 4.537 personas y que, según la Junta de Cofradías riosecana, roza los 4.300 cofrades.
“Según los últimos datos que tenemos son 4.292 cofrades, aunque podemos ser alguno más”, ha asegurado a EFE el presidente de la Junta de Cofradías, Antonio Herrera, una tradición que los vecinos de la 'Ciudad de los Almirantes' casi asumen desde su nacimiento.
La procesión ha arrancado tras el solemne triduo en la iglesia de Santa María, cuando la talla del Santo Cristo del Amparo - datada en el siglo XVI y de autor desconocido - ha cruzado las angostas calles y los centenarios soportales del casco histórico en dirección a la plaza Mayor.
Cientos de personas han seguido las diferentes 'estaciones' hasta darse cita frente al corazón de la Ciudad de los Almirantes, en una procesión solemne y recogida en comparación con las del Jueves y el Viernes Santo. “Se trata de un vía crucis más sentido, más reposado y que posiblemente dé mucho más al cofrade riosecano, al tener un momento más de reflexión que no tanto la espectacularidad o el protocolo que genera una profesión”, ha destacado Herrera.
Sin embargo, serán las procesiones del Mandato (Jueves Santo) y de la Sagrada Pasión del Redentor (Viernes Santo), en las que salen los llamados “Pasos grandes”, las que saquen a la calle a más de dos millares de cofrades que atraen a miles de personas a la localidad, en calles porticadas y angostas, donde se tapan señales y se apagan algunas farolas para incrementar la sensación de recogimiento.
A diferencia de las cofradías de otras ciudades cercanas como Valladolid o Medina del Campo, en Rioseco los cofrades no llevan capirote, sino que se cubren el rosto con una 'careta' de terciopelo que varía en función de cada una de las 17 hermandades que cuenta la ciudad, siendo la más antigua la de la Virgen Dolorosa, de época renacentista.
“Tenemos aún muchos ritos, muchas costumbres y muchos usos que se vienen transmitiendo desde hace siglos”, ha explicado Herrera, que también ha subrayado “la voz singular” de la Pasión riosecana, con un vocabulario y sonidos propios como el del 'pardal' – que toca una trompeta desafinada con un toque destemplado que marca el ritmo – o el 'tapetán', un niño que toca un tambor muy destemplado debajo del paso, que sólo salen el Jueves y el Viernes Santo.
Dos horas después y tras el regreso de Virgen Dolorosa a la Iglesia de Santiago, el Cristo del Amparo ha seguido su recorrido por la calle Mediana hasta la Iglesia de Santa María, lo que ha puesto fin a las celebraciones del Miércoles Santo en Medina de Rioseco.
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