Precios abusivos

Una familia gasta 6.000 euros en Formentera por una escapada de fin de semana: "Hemos pagado 500 euros por una paella"

Los precios de las islas son cada vez más abusivos en verano, algo que hace que los visitantes se lo piensen cada vez más antes de elegirlas como destino para sus vacaciones

Todo lo que puedes ver en Formentera en tan solo un día
Todo lo que puedes ver en Formentera en tan solo un día iStock

El coste del ocio durante la temporada turística en Ibiza y Formentera ha vuelto a generar debate tras conocerse el testimonio de un turista que afirma haber gastado más de 6.000 euros en una escapada familiar a Formentera.

La cifra, revelada en un reportaje del programa televisivo El Intermedio, incluye una comida en un restaurante donde una sola paella ascendió a 500 euros. “Vaya con el ocio en su familia”, comentó la reportera con ironía, mientras el testimonio del protagonista reavivaba una conversación que, cada verano, se repite con idéntica indignación: los precios desorbitados de las Pitiusas.

No es una novedad que Ibiza y Formentera lideran los rankings de destinos turísticos más caros de España. En plena temporada alta, un almuerzo en un chiringuito de playa puede superar los 100 euros por comensal, una botella de agua puede costar hasta ocho euros y una noche en un hotel de tres estrellas puede rondar los 400 euros. A ello hay que sumar el precio del transporte, el alquiler de vehículos y los suplementos por servicios básicos, que convierten lo que debería ser una escapada relajada en un lujo al alcance de muy pocos.

Un destino exclusivo

El caso de Formentera es especialmente significativo. Con una capacidad hotelera limitada y una demanda desbordante durante los meses de verano, la isla ha cultivado una imagen de exclusividad que muchas veces se traduce en precios inflados.

Restaurantes con vistas al mar que cobran entre 40 y 60 euros por un plato de pescado, tumbonas a 100 euros el día y copas a más de 20 euros son ya parte del paisaje habitual. En los beach clubs más conocidos, no es extraño encontrar cartas sin precios, un gesto que delata que la discreción muchas veces esconde cifras poco accesibles.

El testimonio del hombre que se dejó 6.000 euros en pocos días no es aislado. Usuarios en redes sociales y creadores de contenido han publicado este verano decenas de vídeos enseñando facturas de consumiciones que rozan el disparate: desde desayunos de 60 euros a simples picoteos de playa por más de 90. Las reacciones son siempre las mismas: sorpresa, incredulidad y críticas a un modelo turístico que muchos consideran agotado.

Una paella por 500 euros

La situación ha despertado el malestar incluso entre los residentes, que denuncian una inflación sostenida año tras año, impulsada por la industria del lujo y la especulación estacional.

Para muchos, vivir en Ibiza o Formentera durante los meses de verano se ha convertido en una batalla diaria por mantener un nivel de vida digno ante una economía pensada solo para los visitantes de alto poder adquisitivo.

El caso de pagar una “paella por 500 euros” no es anecdótico: es el síntoma de una distorsión de precios que amenaza con expulsar del paraíso a quienes no pueden -o no quieren- pagar una fortuna por unas vacaciones.