Medio ambiente

Las "graves amenazas" que se ciernen sobre el abulense valle del Corneja

Tres expertos y biólogos advierten de las "nefastas" consecuencias para la flora y la fauna si se llevan a cabo los dos proyectos mineros a cielo abierto previstos en la zona

Marcha reivindicativa por el Valle del Corneja abulense en contra de las minas a cielo abierto
Marcha reivindicativa por el Valle del Corneja abulense en contra de las minas a cielo abiertoLa Razón

"El abulense Valle del Corneja podría ver morir una parte importante de la gran biodiversidad que posee si los dos proyectos mineros a cielo abierto que se pretenden poner en marcha (Sonsoles 1.138 y Polonia 1.152) se llevan a cabo".

Así lo advierten tres expertos, el biólogo y consultor ambiental Paco García; el profesor de Contaminación Atmosférica, Rodolfo Manuel; y la profesora de Biología y Geología, Mara Díaz, durante una charla coloquio celebrada este fin de semana en la localidad abulense de Piedrahíta impulsada por la Plataforma No a la Mina en el Valle del Corneja y por la Asociación Vive el Valle del Corneja, según informan fuentes de este movimiento ciudadano.

Un encuentro en el que los tres expertos han puesto el acento en preservar no sólo la flora y fauna del valle, también la necesidad de proteger dicho valle de la contaminación atmosférica y de la importancia de conocer el valor geológico de las rocas que forman su paisaje, que desaparecerían con la minería a cielo abierto.

Paco García, tras llevar a cabo un estudio en dos de las cuadrículas que afectarían al proyecto minero Polonia 1.152, ha subrayado la gran diversidad del valle, con un total de 162 especies apreciadas en una de las cuadrículas y de otras 179 especies en la segunda, con un gran número de especies que hay que preservar como el murciélago de herradura, la orquídea mariposa, la oruga de gran pavón o la culebra lisa, por poner algunos ejemplos.

El biólogo advierte que hay dos especies de peces y cuatro de aves que se encuentran en la categoría de vulnerables y otras dos especies de anfibios, tres de aves y siete de mamíferos en la categoría de “casi amenazados”, en una de las cuadrículas. En otra aparecen tres especies de aves y una planta en peligro, con 10 especies vulnerables que incluyen peces, anfibios, aves y mamíferos, por lo que incide en que hay que ser especialmente cuidadoso cuando se llevan a cabo alteraciones del medio, al tiempo que asegura que, si ampliamos el estudio al resto de hábitats y microhábitats del valle, como por ejemplo a la zona afectada por el expediente Sonsoles 1.138, la biodiversidad sería mucho más alta. “Aquí hemos encontrado 17 especies catalogadas como vulnerables o en peligro y unas 18 en la categoría de casi amenazadas, y de estas, varias son una especie que sólo aparece en la Península Ibérica", señala, mientras recuerda que "hay otras que, aunque se estén criando más alejadas, pueden venir a alimentarse a la zona de la mina”.

En este sentido, apunta a la sierra que hay detrás del Collado del Mirón, que es un buen ejemplo de ello ya que se empiezan a ver especies nuevas como la cigüeña negra o el águila imperial, ambas amenazadas, por lo que recuerda que en esta zona no se podrían llevar a cabo actividades mineras a menos de 1 km.

El experto denuncia que la empresa promotora del proyecto Polonia 1.152: Cerro el Rocil, matriz del Grupo Cosentino, “ha eludido" este tipo de información en su proyecto o aporta una información incompleta, incluyendo sólo una lista de especies sin ninguna consideración sobre su seguridad y protección. "Tampoco se hace un muestreo de plantas -denuncia- con el fin de situarlas para no afectarlas con los sondeos que incluyen el uso de maquinaria pesada". Asimismo, asegura que han obviado un informe del servicio del Servicio Territorial de Medio Ambiente que les obliga a no llevar a cabo trabajos en primavera y verano porque van a afectar a las aves que están criando. Y si lo hacen en otoño afectará a la reproducción de los anfibios.

En cuanto a la contaminación atmosférica, Rodolfo Manuel, por su parte, observa que las empresas mineras que pretenden llevar a cabo proyectos en el Valle del Corneja restan importancia a las emisiones atmosféricas que se generan (incluso en la fase de investigación), cuando estas son fundamentales. En estas emisiones el tamaño de las partículas importa, asegura, porque si bien las partículas grandes se quedan retenidas en nariz y tramo superior del sistema respiratorio, las de menor tamaño van a llegar incluso a nivel alveolar. Igualmente, las más pequeñas pueden trasladarse grandes distancias afectando por ello no sólo a las poblaciones cercanas sino también a las alejadas decenas de kilómetros.

Manuel expone que las actividades mineras pueden alcanzar un elevado nivel de ruido con equipos y maquinarias superando los 110-120 decibelios. Según la Organización Mundial de la Salud una exposición prolongada a partir de 55 dB determina que el ser humano pueda tener problemas no auditivos importantes como insomnio, hipertensión, estrés, ansiedad, cambios de comportamiento…

Además, advierte de que el gas radón es otro de los peligros de la minería a cielo abierto y señala que entre el l 3 y el 14 % del total de los casos del cáncer de pulmón están asociados a la exposición a radón y su progenie. Y apunta que estudios recientes también relacionan al radón con otros tipos de cáncer, sobre todo de piel o tumores cerebrales.

Igualmente, señala que hay otro contaminante a considerar, como es la sílice cristalina respirable porque se puede generar en procesos propios de la minería (como perforación o molienda) e incidir en diversas patologías respiratorias, cáncer de pulmón entre ellas.

Por último, el experto recuerda que la OMS clasificó la contaminación del aire y las partículas en suspensión como carcinógenas. A destacar especialmente las de tamaño inferior a 2,5 micras (PM2,5), puesto que alcanzan los alvéolos pulmonares y conllevan diferentes efectos sobre la salud (EPOC, cáncer de pulmón, arritmias, infartos, ...). En 2021 la AEMA atribuyó más de 300.000 muertes prematuras de personas sensibles a la exposición crónica a PM2,5. Este tipo de partículas también se pueden generar en diversas actividades mineras (voladuras, transporte, molienda, ...). Por todo ello aconseja que cuando las empresas mineras no den importancia en sus estudios de impacto ambiental a la contaminación atmosférica, tengamos en cuenta todos estos puntos.