Sociedad

El obispo de León traslada su “plena confianza” en el párroco de La Magdalena y asegura que no habrá medidas disciplinarias

El sacerdote asegura que al finalizar el funeral del joven de 24 años fallecido en un accidente de tráfico, su novia "dirigió a los asistentes unas palabras" sin que él "se lo impidiera"

Parroquia de La Magdalena
Parroquia de La MagdalenaPeio GarcíaIcal

El obispo de León, Luis Ángel de las Heras, trasladó su “plena confianza” en el trabajo del párroco de la localidad de La Magdalena, José Riesco, y aseguró que no va a haber medidas disciplinarias tras lo sucedido el pasado miércoles en el funeral de un joven de 24 años fallecido en un accidente de tráfico.

Así lo informaron fuentes de la Diócesis de León a la Agencia de Noticias Ical, al tiempo que afirmaron que hasta última hora de la noche de ayer no se había producido ninguna petición de reunión con el obispo para abordar la cuestión.

Mientras que varios vecinos de la localidad se concentraron hoy ante la iglesia de La Magdalena para pedir la expulsión del párroco por no haber dejado hablar a la novia y la madre del fallecido al finalizar el funeral, desde la Diócesis quisieron exponer la versión del sacerdote.

Según su testimonio, Riesco llegó a la iglesia 30 minutos antes de la hora prevista para celebrar la misa funeral y preparar todas las cosas y, al comenzar la homilía, “con el fin de empatizar con los familiares y amigos del difunto en un momento de especial sensibilidad por las circunstancias en las que había fallecido y su juventud”, dijo que se trataba de “una de las ocasiones en las que uno no querría tener que predicar”.

Fue entonces, de acuerdo al relato del párroco, cuando “varias personas se levantaron con la intención de hablar”, mientras que él les indicó que “no era el momento para hacerlo”, ya que “la homilía debe hacerla el ministro ordenado según las normas litúrgicas”. Al final del funeral, “la novia del difunto se acercó a un micrófono junto al altar mayor y dirigió a los asistentes las palabras que ella creyó oportunas durante el tiempo que quiso sin que el párroco, que permaneció junto al altar durante la alocución, se lo impidiera en ningún momento”, informa Ical.