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Foro Schola

Sánchez-Tabernero: "La Universidad tiene que ver con universalidad, no con provincianismo"

LA RAZÓN habla con el doctor en Economía y Administración de Empresas de la UVa antes de un encuentro en Valladolid organizado por la Fundación Schola y el Foro de Empresarios de Castilla y León, donde llama a las universidades y las empresas a implicarse más en el bien común

El doctor en Economía y Administración de Empresas de la UVa, Alfonso Sánchez-tabernero, durante su ponencia Rubén CachoIcal

El catedrático de Empresa Informativa y doctor en Economía y Administración de Empresas por la Universidad de Valladolid, el salmantino Alfonso Sánchez-Tabernero, ha protoginazado esta tarde la segunda conferencia del presente curso que organiza la Fundación Schola y el Foro de Empresarios de Castilla y León, donde el también ex rector de la Universidad de Navarra ha disertado sobre el panorama universitario actual así como sobre los retos y desafíos a los que se enfrentan las universidades pero también las empresas y como ambas contribuyen al bien común.

Antes de este encuentro, Sánchez-Tabernero ha compartido unos minutos con LA RAZÓN donde ha aprovechado para hacer un llamamiento a la sociedad civil, y especialmente a la Universidad y la Empresa, a implicarse más para impulsar el bien común y conseguir que el mundo sea un lugar mejor para vivir, en vez de esperar a que sean las administraciones públicas o la política los que tengan que resolver las cosas.

Sánchez-Tabernero reivindica la relevancia de las empresas a la hora de crear empleo y riqueza pero también la importancia de las universidades, porque en ellas se forma el talento y se produce ciencia. "Por ello, es bueno que ambas estén cerca y avancen juntas de la mano, pero también que hablen más", apunta. En este sentido, destaca que la empresa necesita talento y gente bien preparada, así como innovar, mejorar o aplicar tecnología, pero que todo esto se encuentra principalmente en la Universidad. Y al contrario, igual, ya que en España hay alrededor de 92 instituciones universitarias en las que se forman 1,5 millones de jóvenes para ser buenos ciudadanos pero también para trabajar, "por lo que las posibilidades de encontrar un empleo -afirma- crecen cuando la Universidad se acerca a la empresa y entiende sus necesidades y demandas".

En cuanto a los retos a los que se enfrentan las empresas, el Doctor en Economía señala que estas tienen en estos momentos más competencia, lo que, a su juicio, implica más excelencia y profesionales mejor preparados. Además, asegura que los avances de hoy son más disruptivos y cambian las reglas del juego, por lo que las respuestas de las empresas ante esta situación deben ir encaminadas hacia una mayor capacidad de innovar.

"La gente ya no tolera que una empresa solo busque su rendimiento económico, sino que quiere que no contamine o que tenga propósitos, principios y valores además de favorecer a los empleados y al entorno donde se ubica", afirma Sánchez-Tabernero, quien cita cuatro palabras que considera clave y que las empresas deben manejar "si quieren sobrevivir en el mercado laboral actual": excelencia, innovación, propósitos y coherencia.

interdisciplinariedad

En lo que respecta a los desafíos a los que se enfrentan las universidades, apunta a la cada vez mayor competencia existente pero también a la formación presencial y online en un mundo en constante cambio. En este sentido, considera que la Universidad debe ser cada más innovadora en sus métodos docentes. "La atención de los alumnos en clase ha decrecido, esa es una realidad, por lo que hay que coger el toro por los cuernos y plantear clases más participativas", asegura.

Otro de los retos que tiene la Universidad, según Sánchez-Tabernero, tiene que ver con la investigación y lo que en argot universitario llaman la interdisciplinariedad, que no es otra cosa que varias áreas científicas puedan compartir sus conocimientos para conseguir avances más rápidos. "Si a un grupo de cien ingenieros le añades otro ingeniero, el avance no se nota, pero si un grupo de ingenieros se pone de acuerdo con un grupo de médicos, entonces se avanza más rápido", afirma. Al respecto, señala que cuando gente que nunca ha hablado entre sí se pone a hablar, salta la chispa.

Por todo ello, el ex rector de la Universidad de Navarra tiene claro que, de cara al futuro, hace falta una Universidad mucho más interdisciplinar y cercana a los problemas reales de la sociedad; con más conexión con la empresa y más capacidad para conseguir fondos, y no solo públicos o de las tasas de los alumnos; pero, sobre todo, con un sistema educativo más innovador.

La empresa debe aportar también

Preguntado por este periódico por si la Universidad está sabiendo dar respuesta a las demandas de las empresas, en un momento como el actual, donde hay sectores que no encuentran mano de obra por falta de cualificación, Sánchez-Tabernero no se muerde la lengua y tras recordar que la empresa lleva quejándose de la universidad más de 900 años advierte de que "lloriquear" no sirve de nada ni resuelve los problemas. En este sentido, considera que la Universidad no puede estar al servicio exclusivo de las empresas y cree que estas también tienen que ofrecer algo a cambio, como financiar un programa de becas o contribuir al desarrollo de un grupo de investigación. "Si una empresa quiere que la Universidad escuche y se comprometa tiene que aportar algo y hacer que la institución académica mejore", afirma.

Asimismo, advierte de que muchas veces se habla de la Universidad en general pero hay muchas y variadas instituciones universitarias, grandes o pequeñas, especializadas o generalistas, con o sin ánimo de lucro, con sensibilidad social o sin ella, o buenas y malas. Si bien, asegura que lo importante son las buenas prácticas de las universidades y conseguir que estas inspiren a otras. "La variedad es grande y lo ideal es que haya cada vez más universidades cercanas a las demandas de las empresas y comprometidas con los problemas de su entorno", señala.

También defiende que surjan nuevas universidades mientras no sean malas. "Creo que el número es irrelevante, ya que lo importante es que esas universidades formen bien , produzcan ciencia y se complemente con el entorno", asegura, mientras deja claro también que las que sobran o a las que no deberían llamarse universidad son aquellas que no investigan ni producen ciencia o que suponen una experiencia negativa para los alumnos.

Y aunque no se moja del todo sobre la polémica suscitada entre la comunidad universitaria de Castilla y León a cuenta de los Grados de Medicina que se van a impartir en un par de años en las universidades de Burgos y León sumándose a Valladolid, porque dice que le faltan datos para opinar, sí que apunta a la necesidad de "despolitizar" los debates en la Universidad, ya que, en su opinión, la política solo busca votos y debilitar al contrincante y así no llega lejos.

Si bien, y aunque reconoce que es verdad que en España hacen falta médicos y que estas facultades podrían ayudar a que haya más sanitarios, advierte de que de nada sirve formar médicos si luego el sistema sanitario no los absorbe porque no hay hospitales o financiación. Igualmente, huye de esa idea de que los alumnos estudien en su ciudad de origen. "Es bueno que haya una oferta educativa que pueda atraer a gente de otros lugares porque universidad tiene que ver con universalidad no con provincianismo", afirma Sánchez-Tabernero, quien apuesta, por ejemplo, por que en un lugar se impartan veinte Grados Extraordinarios que fueran capaces de atraer estudiantes de todo el mundo en lugar de tener ochenta titulaciones mediocres que solo estudian los que viven en esa ciudad o su entorno porque es más cómodo para ellos.

Sánchez-Tabernero junto a Enrique Cabero, presidente del CES Castilla y LeónRubén CachoIcal

Principios y valores cristianos

Finalmente, el economista salmantino, cuyo abuelo y tatarabuelo fueron rectores de la Universidad de Salamanca, reivindica el protagonismo de las universidades como el mejor lugar para defender ideas, valores y principios. Tambien apela a la necesidad de que, además de su excelencia técnica -o lo que es lo mismo, formar a un ingeniero para que no se le caiga un puente el día de mañana-, la Universidad ha de formar ciudadanos honrados, además de reflexivos y que no entren al trapo de la polarización política, también generosos y que resuelvan conflictos priorizando el bien común, e incluso esperanzados y que no se quejen. Igualmente, apuesta por universidades que propongan modelos de conducta y que eleven el punto de mira de la sociedad.

Unos principios y valores de identidad cristiana que reivindica también Sánchez-Tabernero, entre otras cosas, "porque no reciben el don de la fe para ser vividos y forman parte de la conciencia y la naturaleza humana de cada uno", según dice, pero que considera que en la medida de que se puedan preservar en la sociedad se conseguirá hacer de este mundo un sitio más humano. "Si nos olvidamos de estos principios, el mundo se deshumaniza y se convertiría en una especie de selva donde se impondría la ley del más fuerte", finaliza.