Cultura

Uno de los castillos mejor conservados de España se encuentra en un pueblo de poco más de 600 habitantes

Se trata de una fortaleza medieval del siglo XV

Castillo de Ampudia
Castillo de AmpudiaBrágimoIcal

España es tierra de castillos, ya no solo por el número, sino por el estado de conservación en el que se encuentran muchos de ellos. Y es que a pesar de tener muchos años de antigüedad, las administraciones han apostado por su rehabilitación, ya que son los principales atractivos turísticos de muchos pequeños pueblos.

Es el caso de uno de los mejores conservados de nuestro país, que es el reclamo de un pequeño municipio de poco más de 600 habitantes. Además, esta fortaleza cuenta con la curiosidad de que en él se llevó a cabo la firma del documento que certificó el cambio de capitalidad de Valladolid a Madrid, en pleno siglo XVII. Madrid se estableció como capital permanente de la corte en el año 1561, o al menos esa era la idea del rey Felipe II. Y es que en 1601, su hijo Felipe III, decidió trasladar la capitalidad a Valladolid bajo el pretexto de activar la economía del norte de Castilla y, sobre todo, siguiendo las influencias de Francisco de Sandoval, más conocido como el duque de Lerma, quien veía peligros en la corte para su rey en Madrid. En consecuencia, Valladolid fue capital del reino hasta 1606, año en el que la corte volvió a la actual capital gracias a una importante donación a la casa real y a intereses políticos.

Y la firma definitiva del retorno de los nobles a tierras madrileñas tuvo lugar en la fortaleza que en esos momentos era un centro neurálgico del comercio. Tal es así que, en 1601 y a modo de agradecimiento, se concedió el permiso para organizar un mercado franco una vez al año y con una duración de diez días en las ferias de San Miguel, donde podían llegar mercaderes de toda Castilla y León a ofrecer sus productos.

El Castillo del que estamos hablando es el del municipio palentino de Ampudia. Se trata de una fortaleza medieval del siglo XV, y está considerado como el mejor castillo de la provincia de Palencia. Fue construido entre 1461 y 1488 por García López de Ayala, señor de Ayala y Salvatierra e hijo de Pedro García de Herrera, primer titular del Mayorazgo de Ampudia. El sucesor de García, Pedro Ayala y Rojas, se enfrentó con su propia madre, María Sarmiento, por la posesión del castillo, resultando él vencedor.

Acogió la causa comunera, dando lugar al hecho de armas conocido como la Batalla de Ampudia entre los partidarios del emperador Carlos I de España y las tropas acaudilladas por el obispo Antonio de Acuña. En 1522, tras la derrota comunera, el emperador confiscó el castillo, pero poco después lo devolvió a la familia, aunque a cambio de 20.000 ducados. En 1528 el castillo alojó a los hijos del monarca francés Francisco I, tras la Batalla de Pavía, en calidad de rehenes.

 

En 1597 asumió la titularidad del señorío Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, Duque de Lerma y favorito del rey Felipe III, al que atrajo en distintas ocasiones a la villa, convirtiéndose el castillo en sede ocasional de la Corte española. A partir de entonces la fortaleza entrará en un largo periodo de abandono, lo que no evitó su declaración como Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1931. En 1960 el empresario galletero Eugenio Fontaneda Pérez, natural de Aguilar de Campoo, lo adquirió a su penúltima dueña, la condesa de la Granja, y lo acondicionó como museo para su colección de objetos de arte y antigüedades procedentes de la cuenca del Duero.

Ejemplo temprano de castillo-palacio señorial castellano, es una joya de la arquitectura civil de la región y presenta un magnífico estado después de la cuidadosa restauración. La edificación tiene planta trapezoidal, posee torreones en los ángulos, correspondiendo el del sudoeste a la torre del Homenaje, y foso salvado mediante puente levadizo.

Está rodeado por un muro de barbacana con torres cilíndricas. La fachada está decorada con dos escaraguaitas o garitas ornamentales y en la puerta principal cuelga el escudo del Duque de Lerma. El Patio de Armas tiene tres pandas porticadas de tres pisos con arquería escarzana, siendo el piso superior de más exiguas proporciones.

 

El interior alberga la Colección Eugenio Fontaneda, distribuida en seis salas: Arqueología (destacando una colección de útiles de guerra de la Edad del Bronce y otra de estelas funerarias y miliarios de la época romana); Arte Sacro (incluyendo tallas de los siglos XIII a XV, mobiliario litúrgico y pinturas de los siglos XV a XVIII); Juguetes; Armas y Aparatos Musicales; Farmacia; y Etnografía y Artes Populares. Cobijados en los flancos porticados del patio se muestran escudos nobiliarios, elementos arquitectónicos, pilas bautismales, etc.

Otras joyas de Ampudia

- Casco Histórico: La villa de Ampudia, presenta un trazado urbano característico de las villas de época bajomedieval, con una morfología urbana caracterizada por la presencia de un recinto fortificado que protegía la población, constituido por el castillo y la muralla, de la que se conservan restos que permiten seguir parcialmente su desarrollo, como dos cubos de mampostería en la carretera de Valoria del Alcor.

La presencia de la fortaleza, en una altura próxima al casco urbano, pero al mismo tiempo separado por su propia muralla y un espacio vacío, responden a una configuración urbana medieval propia de un lugar de señorío en la que el castillo, es a la vez elemento defensivo frente al exterior y símbolo de jurisdicción interior.

La villa se articula en torno a dos hitos definidores, por un lado el castillo y por otro la colegiata de San Miguel, que definen Ampudia como un típico ejemplo de estructura urbana medieval-bipolar.

 

- Colegiata de San Miguel: Constituye el foco polarizador del urbanismo de Ampudia, tanto en planta como en volumen. En planta por cuanto que la iglesia con sus tres grandes naves, unida a la plaza que la precede, constituye un centro regulador del trazado urbano, complementado por la existencia de otros edificios de carácter monástico y religioso como el convento de San Francisco, la ermita de la Cruz, configurando así un área urbana definida por la función religiosa. Lo mismo sucede en volumen, donde la silueta de su torre, conocida como la «Giralda» de Tierra de Campos constituye un elemento focal de la definición urbana de la villa.

En el inicio del siglo XVII, Felipe III a instancias del duque de Lerma, concede a la villa mercado franco en los viernes y la celebración de feria franca del 8 al 15 de septiembre, lo que convierte a Ampudia, en un importante centro de mercado.

De la pujanza comercial de la villa, es reflejo su entramado urbano, caracterizado por un viario de tipo regular definido por una serie de calles principales, de considerable anchura, que atraviesan el caserío de parte a parte. La presencia de estas calles cabe atribuirla al origen de la población como encrucijada de caminos en este valle de Tierra de Campos. Otras calles en las proximidades del castillo, más estrechas y sinuosas, hablan de la existencia de una población de ascendencia judía. Pero, son los soportales el conjunto que consagra la identidad de la villa, y constituyen un relevante ejemplo de arquitectura tradicional castellana.

 

Concentradas en las calles Corredera y Ontiveros, se han preservado con escasas alteraciones un conjunto de casas porticadas, se trata de viviendas de dos alturas, construidas con un entramado de madera y muros de adobe y cuya parte baja presenta un soportal organizado mediante pies derechos aislados del suelo por una basa de piedra, que reciben los esfuerzos a través de zapatas de madera.

El 11 de noviembre de 2010, el Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León declaró la Villa de Ampudia Bien de Interés Cultural con categoría de conjunto histórico y acordó la adecuación de los BIC Colegiata de Ampudia y Castillo de Ampudia, en las categorías de monumentos delimitando su entorno de protección.

Ampudia forma parte de la Asociación Los Pueblos más Bonitos de España desde enero de 2024.