Curiosidades

El castillo señorial castellano donde se firmó que Madrid volvía a ser la capital de España

Seis siglos después de su construcción, esta fortaleza se ha convertido en una de las referencias culturales de Castilla y León

Castillo de la localidad palentina de Ampudia
Castillo de la localidad palentina de AmpudiaEduardo MargaretoIcal

Al sur de la provincia de Palencia, y a poco más de una veintena de kilómetros de la capital del Cristo del Otero, se encuentra la bella e histórica localidad de Ampudia, en plena comarca de Tierra de Campos.

Un municipio que merece una visita, ya que, entre otras cosas, es Conjunto Histórico Artístico; en el que destaca su estilo medieval, que se aprecia muy bien en las calles y plazas porticadas de la localidad, con nombres relacionados con el trazado, los oficios y personajes que se dedicaron al bienestar de los ampudianos y por las que es una delicia pasear; que tiene al paloteo, antigua y vistosa danza tradicional que se remonta a tiempos ancestros, como tradición; y que, sobre todo, ofrece al turista innumerables puntos de interés con los que completar una visita inolvidable.

Entre ellos, su espectacular castillo, una de las mejores fortalezas de España y Monumento Nacional desde hace casi un siglo, en concreto desde 1931, con su foso y patio de armas, que se ubica sobre un ligero altozano que permite contemplar en toda su extensión la villa de Ampudia y sus dominios y el horizonte terracampino, pero también la imponente torre campanario de la colegiata de San Miguel.

Construida entre los siglos XIII y XIV por los descendientes de Pedro García Herrera, Mariscal de Castilla y sobrino del obispo de Palencia Sancho de Rojas, fundador del Mayorazgo de Ampudia., este castillo señorial castellano es de arquitectura gótica y se configuró en origen en planta trapezoidal, con tres torres cuadradas en las esquinas, siendo la mayor la torre del homenaje, también llamada del Malpique.

La cuarta torre se derrumbó debido a que las bodegas que había al lado del castillo, horadaron sus cimientos. Presenta una fachada de elegante aspecto, distribuida simétricamente y ornamentada con bellas escaraguaitas de traza flamenca y un escudo del Duque de Lerma.

Una fortaleza con mucha historia detrás entre sus piedras y que tuvo a varios Señores de enjundia, como Pedro de Ayala, Conde de Salvatierra, que abrazó la causa comunera dando lugar al hecho de armas conocido como la Batalla de Ampudia, entre los partidarios del emperador y las tropas acaudilladas por el obispo Acuña. También fue dueño y señor del castillo de Ampudia Juan de Alburquerque (1280-1354), Duque de Lerma, la Casa Ducal de Alba y el Conde de La Granja. Mientras que como huéspedes destacados del castillo destaca María de Molina, el Rey Fernando el Católico y Carlos V.

El recinto defensivo, uno de los más lujosos alcázares de Castilla, según descripciones antiguas, fue levantado sobre un pequeño montículo que destaca sobre el terreno. Estuvo rodeado por una muralla exterior de la que aún hoy podemos contemplar alguno de sus torreones. En su interior duerme la memoria del pasado de Tierra de Campos y resucita la Edad del Bronce, del Hierro, de Roma, del mundo visigodo y de culturas milenarias ya desaparecidas.

A principios del siglo XVII se convierte en titular del señorío Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, Duque de Lerma y favorito del rey Felipe III, al que atrajo en distintas ocasiones a la Villa, convirtiéndose el castillo en sede ocasional de la corte y siendo éste su periodo de máximo esplendor.

A partir de entonces el castillo entrará en un largo periodo de abandono hasta ser adquirido, en 1960, por D. Eugenio Fontaneda Pérez, su gran Mecenas, quien llevó a cabo un importante proceso de restauración que posibilitó la recuperación de este histórico edificio.

De hecho, hoy en día ofrece una amena visita ya que en su interior puede verse una variada colección de antigüedades arqueológicas o de arte sacro, pero también de artes populares, juguetes, armas y etnografía, y cuenta con interesantes actividades dirigidas a todos los públicos y edades, desde admirar sus colecciones o recorrer los diversos espacios de este magnánimo edificio para conocer sus secretos y leyendas.

Fontaneda falleció en 1991 y desde entonces la fundación que lleva su nombre, dirigida por su viuda María Teresa Alicia Berthet Monet y sus cinco hijos, se dedica a la conservación del castillo y las valiosas obras que la Colección Eugenio Fontaneda contiene.

Seis siglos después de su construcción se ha convertido en una de las referencias culturales de Castilla y León.

 

Una fortaleza histórica

Pero lo más importante e histórico de este castillo es lo que ocurrió intramuros en el siglo XVII, cuando se llevó a cabo la firma del documento que certificó el cambio de capitalidad de Valladolid a Madrid.

Madrid se estableció como capital permanente de la corte en el año 1561, o al menos esa era la idea del rey Felipe II. Y es que en 1601, su hijo Felipe III, decidió trasladar la capitalidad a Valladolid bajo el pretexto de activar la economía del norte de Castilla y, sobre todo, siguiendo las influencias de Francisco de Sandoval, más conocido como el duque de Lerma, quien veía peligros en la corte para su rey en Madrid. En consecuencia, Valladolid fue capital del reino hasta 1606,año en el que la corte volvió a la actual capital gracias a una importante donación a la casa real y a intereses políticos.

Y la firma definitiva del retorno de los nobles a tierras madrileñas tuvo lugar en el castillo de Ampudia, localidad que en esos momentos era un centro neurálgico del comercio. Tal es así que, en 1601 y a modo de agradecimiento, se concedió el permiso para organizar un mercado franco una vez al año y con una duración de diez días en las ferias de San Miguel, donde podían llegar mercaderes de toda Castilla y León a ofrecer sus productos.

También en este siglo se produce otro hecho histórico en la fortaleza, cuando Francisco Gómez de Sandoval y Rojas, hombre de confianza del rey Felipe III, se hace con este señorío, por lo que el Castillo de Ampudia se convirtió en sede ocasional de la corte y, por tanto, tuviera una época de gran esplendor.

Horario "Puente diciembre"

5 a 9 de diciembre: de 12:00 a 14:00 y de 17:00 a 19:00 horas.

10 de diciembre: de 12:00 a 14:00 horas.

Entrada hasta media hora antes del cierre.

11 a 13 de diciembre: cerrado.

Qué ver en Ampudia

Aparte del castillo. Ampudia ofrece muchas otras cosas y un gran patrimonio artístico que ver y disfrutar. Por ejemplo, la mencionada anteriormente Colegiata de San Miguel,. de estilo gótico-renacentista. Por su espectacular factura, a su torre de 63 metros se la conoce como la “Giralda de Campos".

También merece la pena visitar el Museo de Arte Sacro, situado en el Convento de San Francisco, un bello edificio renacentista con decoración mudéjar, así como pasear por su casco histórico, especialmente por las calles Ontiveros y Corredera por las que deleitarse con sus casas típicas castellanas de dos pisos y construidas en adobe con soportales.

Calle Corredera de Ampudia con sus casas típicas castellanas de dos pisos y soportales
Calle Corredera de Ampudia con sus casas típicas castellanas de dos pisos y soportalesAyto. AmpudiaLa Razón

Fuera de Ampudia, a unos tres kilómetros, se sitúa el Santuario de Nuestra Señora de Alconada. otro lugar de obligada visita. Construido en piedra de sillería y mampostería, en su fachada norte permanecen los restos del templo románico sobre el que se edificó. Además, en las cercanías se han encontrado restos cerámicos de la Edad del Bronce.

También destacan los palomares y chozos típicos de esta zona de la Tierra de Campos palentina

También destaca el Hospital de Nuestra Señora de Clemencia, que actualmente alberga la Oficina Municipal de Turismo, además del Museo de la Medicina, que muestra el camino recorrido por la medicina occidental desde prácticamente sus orígenes, hasta mediados del siglo XIX y los años 50 del S. XX, una exposición de maquetas de edificios históricos y útiles de labranza de un vecino Sebastián Vaquero.

Y, para finalizar, la ermita de La Virgen de Castrillo, el único testimonio de un antiguo pueblo llamado Castrillejo o Castriello, cuya existencia se documenta ya a principios del siglo X y que perduró hasta la primera mitad del siglo XIV; y la ermita de Santiago, aneja al castillo, y construida entre los siglos XVI y XVII, cuyo interior alberga un retablo muy retocado y rehecho a partir de los restos del que se colocó en 1787 procedente del Santuario de Nuestra Señora de Alconada