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Los trabajadores con rentas inferiores a 8.000 euros podrán circular por la Zona de Bajas Emisiones

ERC facilita que se apruebe la medida después de que Colau acepte la exención social

Todos los indicadores de contaminación en el aire de Barcelona han aumentado en los dos últimos años y superan los límites establecidos por la OMS
Todos los indicadores de contaminación en el aire de Barcelona han aumentado en los dos últimos años y superan los límites establecidos por la OMSlarazon

Quedan 21 días para que entre en vigor la Zona de Bajas Emisiones de Barcelona, 21 días para que los vehículos contaminantes, aquellos que no tienen la etiqueta ambiental de la Dirección General de Tráfico (DGT), se hagan a la idea de que no podrán circular dentro del perímetro que marcan las rondas. Tras el periodo de alegaciones, el equipo de Ada Colau ha introducido algunas variaciones, como permitir circular con un coche que contamina a las personas que ingresen menos de 8.000 euros anuales y que acrediten que necesitan el vehículo para trabajar. Es una alegación que presentó ERC y que el gobierno municipal ha introducido en la nueva ordenanza que esta tarde, en la comisión de Ecología, Urbanismo, Infraestructuras y Movilidad, superará su primer trámite.

Después de aceptar la exención social, Colau cuenta con los votos de ERC y del grupo de Manuel Valls para sacar adelante uno de los proyectos estratégicos con los que pretende garantizar la salud publica de sus vecinos. Porque el aire contaminado perjudica seriamente la salud. Cada año mata a 424 personas prematuramente en Barcelona. La mayoría por problemas cardiovasculares y respiratorios que causan las partículas en suspensión de menos de 2,5 micras (PM2,5), que emiten los vehículos diésel, sobre todo, y tienen una gran capacidad de penetrar en las vías respiratorias.

EEximir a las rentas bajas el primer año, no es la única novedad tras el periodo de alegaciones. De las 1.815 peticiones que se han recibido, se han aceptado un 45%, según explicaron la concejal de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, y el concejal de Emergencia Climática, Eloi Badia. Muchas eran de profesionales que reivindicaban el coste que tiene para ellos cambiar un vehículo que todavía no han rentabilizado, como una hormigonera, o una foodtruck. A raíz de estas alegaciones, el Ayuntamiento de Barcelona ha elaborado un listado de vehículos en los que se han hecho una fuerte inversión o hacen servicios especiales a los que se permitirá circular aunque sean anteriores del año 2000, en caso de ser de gasolina, y del año 2006, en caso de ser diésel. A esta lista se suman los coches de personas con movilidad reducida, en tratamiento médico o con sensibilidad química múltiple a las que les perjudica ir en transporte público. Los coches «históricos» no están dentro y sólo podan entrar a la ciudad los días que tengan concentraciones.

Las personas con rentas bajas deberán hacer trámites. Primero tendrán que acreditar el uso real de su vehículo para una actividad económica y en el registro tienen permiso ya para chequear su renta. “Calculamos que puede afectar a unas 2.000 vehículos”, comenta Badia. Estos 8.000 euros de referencia salen de unos ingresos inferiores al IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples) más un 10%.

En el apartado de las multas, que no entrarán en vigor hasta abril, también se han introducido cambios. Las sanciones leves costarán 100 euros; las graves, 200 y las muy graves, 500 euros. Si pasados 90 minutos después de haberse notificado la primera infracción, las cámaras ven que el vehículo sancionado sigue circulando, se podrá poner una segunda multa.

Sanz aplaudió que Barcelona es la “primera” ciudad española donde entra en vigor una Zona de Bajas Emisiones como esta. Primera, entre comillas, porque Madrid cuenta con Madrid Central, aunque el área en 20 veces menor que la de la capital catalana. Pese a mostrarse contenta, la concejal de Ecología, Urbanismo y Movilidad, Janet Sanz, admite que la medida llega tarde. Llega con retraso porque hace más de una década la ciudad sobrepasa los límites de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y porque 250 ciudades europeas cuentan ya con zonas de bajas emisiones y algunas estudian medidas más duras. Londres que tiene tres veces menos tráfico que Barcelona, por ejemplo, cuenta desde hace años con un peaje urbano. “Era urgente que nos pusiéramos en marcha”, ha admitido. Pero para que el proyecto funcione, Barcelona necesita otras medidas. Algunas están en manos de administraciones superiores como que se acabe la Línea 9 del Metro, que Cercanías funciones mejor y con más frecuencia, más carriles VAO o que el puerto y el aeropuerto se comprometan a emitir menos gases de efecto invernadero.