Cataluña

Víctor García de Gomar: “Hemos de recuperar el talento local, no puede ser que nos lo descubran desde fuera”

El nuevo director artístico del Liceo anuncia una “La Flauta Mágica” con Gustavo Dudamel o el “Wozzeck” de Carlus Padrissas

El director quiere que el Liceo vuelva a ser la casa del talento local
El director quiere que el Liceo vuelva a ser la casa del talento localMiquel Gonzalez

El nuevo director artístico del Liceo, Víctor García de Gomar, arranca su andadura en el templo operístico con un optimismo inusitado y con el convencimiento de que la crisis empieza a quedar atrás y se abren nuevos puentes que han de otorgar al teatro con un presupuesto estable similar a los tiempos anteriores a la crisis económica. ¿Cómo conseguirlo? Convirtiendo su programa en referente y en la gran seña de identidad que presente al Liceo al mundo. Para García de Gomar, el Liceo tiene que estar basado en grandes voces, en convertirse en la casa del gran talento local, en hacer montajes que hablen directamente de los problemas de hoy día e que interpelen al público y en conseguir eso que todo el mundo persigue y pocos logran, renovar su público. ¿Un Liceo para gente joven? No, un Liceo para todos los públicos. “El balance de estos 100 primeros días es que teníamos un sueño, lo explicamos, y ahora estamos poniendo lo mejor de nosotros mismos para conseguir llevarlo acabo”, explica.

- ¿Hay que agitar un poco al mundo de la ópera, todavía algo anquilosado en el pasado?

- Existe esta idea de que la ópera es un género en decadencia porque no hay estrenos y el público no se renueva. Nuestra idea es que hay que actualizar dramaturgicamente las grandes obras de repertorio, que si por ejemplo hablamos de “Pagliacci/Caballeria Rusticana”, hemos de poner el foco en el maltrato a la mujer. Y así si hablamos de la crisis del medioambiente, de los abusos de las nuevas tecnologías, etc. La ópera no puede estar ausente de las discusiones de la opinión pública. No sólo queremos que la gente disfrute y juegue, sino que buscamos amplificar la experiencia y les despertemos un sentido crítico.

- ¡Esto significa que las óperas tendrán puestas en escena contemporáneas?

- No siempre, pero sí, eso es la voluntad y así lo hemos hablado con diferentes directores. La ambición del teatro es que la vida no es suficiente y que en la ópera puedes encontrar las preguntas y respuestas adecuadas. Además hemos de acompañar las obras con actividades paralelas que despierten esta curiosidad crítica.

- ¿Cuál será el papel de Alex Ollé, de la Fura dels Baus, como artista residente?

- Queremos huir de la idea personalista de dirección de un teatro. Mantendremos una mesa de trabajo con Ollé, Valentí Oviedo, el director general, y Josep Pons, el director de orquesta, para consensuar una programación. Yo presentaré la propuesta inicial y a partir de aquí se ira creando el marco de referencia donde trabajar. Ollé presentará cuatro títulos, dos recuperaciones y dos estrenos. De momento, ya podemos anunciar que recuperaremos su “Norma”, con Marina Rebeka y Sonia Yoncheva, que Ollé presentó en el Covent Garden. Y como estreno presentará “Lady Macbeth de Mtsink”, de Igor Shostakovich, con dirección musical de Pons.

- ¿El Liceo recuperará eventos culturales más que estrenos de nuevos espectáculos?

- El Liceo es un espacio con tradición de grandes voces y no lo abandonaremos. Tendremos a Camarena, a Netrebko, al parnaso de los más grandes ya sea en recitales o vis escénica. El ejemplo que podemos dar es que tendremos un mes con nosotros a Gustavo Dudamel trabajando en una “La flauta mágica” de Mozart con Camarena debutando en el rol de Tamino y el estreno en el Liceo de la soprano catalana Núria Rial, una anomalía absoluta que teníamos que corregir. Como ves, es una página notable de lo que queremos conseguir.

- ¿El talento local volverá así a la que siempre debería ser su casa?

- Por supuesto, y no sólo con los nuevos talentos, sino con los consolidados, que se iniciaron aquí y por no sé qué extraño motivo, por una especie de reacción alérgica, se han apartado de nuestro escenario. Estoy hablando de nombres como Carlus Padrissa, de Calixto Bieito, de Marta Matheu, peronas que están determinando el gusto estético mundial. Por ejemplo, podemos anunciar que programaremos el “Carlos V” de Krenek, que tuvo un absoluto éxito en Munich. Hemos de volver abrir los brazos abiertos a estos grandes prescriptores.

- ¿Y puede el Liceo convertirse en prescriptor de nuevos talentos?

- Eso es parte de brujería, pero lo que está claro es que si no arriesgas no logras nada. Hay que estar atentos a las nuevas voces, a las dinámicas de los concursos y queremos abrir ese sueño de muchos años que está en el cajón, el Opera Studio, que pretendemos abrir en 2022 con el Concurso Viñas como partmers. Ellos propondrán la selección, la profesionalización y nosotros el acelerador de llevar su talento al teatro. Estamos viendo cómo lo hacen otros teatros y coger lo mejor de cada casa. Lo que no puede ser es que por falta de oportunidades existan cantantes que se marche fuera y que sea allí, en Dusseldorf o en Munich, donde nos descubran el talento de aquí.

- ¿Entrarán nuevas disciplinas artísticas al Liceo como ya hiciera en el Palau?

- Sí, y a una escala mayor, porque aquí tenemos la fuerza escénica para llevar más lejos la fusión con las artes plásticas. Va a ser una tónica trabajar con grandes artistas interactuando con los montajes. Por ejemplo, tendremos el “Wozzeck" con los escenarios de William Kentridge, cuyas maquetas se pudieron ver en el Reina Sofía en 2016, en un montaje que tendrá a Matthias Goerne como Wozzeck. Pero también trabajaremos con antropóloos, con poetas, con personas que puedan ampliar la idea estética de la ópera.

- ¿Y tendrá presupuesto para llevar acabo todas estas ideas?

- El presupuesto admite muchas cosas, es una hoja en blanco con la que hay que trabajar con prudencia. El objetivo es situar el presupuesto a lo que había antes de la crisis, pero sin querer tensar los números, sino ser fiel acompañante con esta idea y, sobre todo, sin la necesidad de subir las entradas. Buscaremos recursos a partir de la calidad de nuestro un programa. El modelo inicial es que habrá nueve títulos operísticos, tres ballets y dos operas en concierto, además de otras variables, que interprelarán de forma directa al público mostrando problemas de hoy día.

. ¿Habrá ejes temáticos que vehiculen toda la temporada?

- Sí, sin duda. Queremos ser la casa de la ópera del siglo XXI, no del XIX, y para ello hay que interrogarse del papel del arte en la sociedad, en la ópera de hoy, y del arte dentro de la propia ópera. Queremos promover montajes que obliguen al espectador a involucrarse y completar la pregunta que despierte la ópera, y así conseguiremos una relación más estrecha con nuestro público. No podemos quedarnos en hablar del olimpo de los dioses. Allí no hay urgencia.

- ¿Bajo estas premisas se puede renovar a un público y que la ópera vuelva a interesar a los jóvenes?

- Siempre se habla de estos temas de forma apocalíptica, como si la música clásica se estuviese quedando sin público, cuando lo cierto es que no ha habido nunca antes tanta oferta y tampoco hemos disfrutado de índices de ocupación tan altos. Sí, hemos de conectar con nuevos públicos y ahí tenemos iniciativas que funcionan muy bien como el under35.

- ¿Permite este nuevo escenario del Liceo apostar por la nueva creación y la autoría nacional?

- La crisis ha desdibujado la apuesta por la ópera contemporánea, pero queremos reforzar esta voluntad. Queremos presentar la nueva creación de cinco compositores locales en las próximas seis temporadas, algunas en el escenario grandes y otras en el foyer. Éste es el mínimo, pero podemos crecer a partir de aquí. Y también tendremos que recuperar nuestro patrimonio, porque el pueblo que no sabe releer su propia historia no puede saber quién es.

- ¿Esto quiere decir que se cierra el off Liceu que inauguró Scheppelmann?

- El Off Liceu venía a justificar la voluntad de apostar por la nueva creación, limitada por la entrada de una crisis terrible. Una vez superado este periodo podemos satisfacer esta voluntad con propuestas más ambiciosas e innovadoras. Superaremos ese muestrario de nuestros compositores, que ofrecían ejercicios de piano y voz o cancioneros y buscar nuevas vías, aunque sea en el Foyer y en pequeño formato.

- En tres semanas presenta la próxima temporada, ¿cuánto de esta hoja de ruta encontraremos?

- Christina Scheppelmann parece que ha sabido adivinar lo que pretendíamos a la vez que veía a la institución salir de la crisis, pero será en la 21/22, cuando celebremos el 175 aniversario de la inauguración del teatro, cuando esperamos coger velocidad de crucero.

- Y hablando de grandes voces, ¿sigue cantando o hemos perdido a un gran barítono?

- Bueno, canto para unos pocos amigos y ya está. La música es como una herida abierta que es imposible de cerrar y no puedes parar nunca. Muchos me han dicho que qué hago en el Liceo cuando vengo del Palau y del mundo sinfónico, cuando lo cierto es que la lírica siempre ha sido mi mundo.