Cataluña

Diario de una cuarentena con niños: Día 34

Un neurólogo japonés, que por supuesto no tiene hijos, ha realizado el test de estrés definitivo y demuestra que todos los padres estamos locos

Si no ve movimiento, está usted bien. Si se mueve un poco, está usted estresado. Si se mueve como un tíovivo, usted está a punto de tener un ataque la corazón
Si no ve movimiento, está usted bien. Si se mueve un poco, está usted estresado. Si se mueve como un tíovivo, usted está a punto de tener un ataque la corazónLa Razón

¿Alguien ha recibido un reto viral estos días de un amigo o familiar muy divertido? Abundan, sobre todo en grupos de whatsup, y si tienes ocho años, no sólo abundan, sino que abumban y abundean y ya no sabes ni lo que estás diciendo. La pobre Camila tienes tantos estos días en cola que no tiene tiempo material para realizarlos y se estresa. “Papi, hazlo tú”, me dice y antes de decir directamente que no, lo pienso, lo que demuestra lo atento y preocupado que estoy por las necesidades de mi hija. Un “No” pensado suena mucho más rotundo.

El último reto era realmente complicado. Tenías que coger dos vasos y crear un ritmo específico a mucha velocidad mientras cantabas “Azuquita”, de Daddy Yankee. “Dame una de azucar, dame dos de azúcar, dame tres de azúcar, blanca y morena, blanca y morena”. Está claro que Daddy Yankee no pensó en esta canción para que niñas de ocho años hiciesen retos virales, pero oye, quién sabe, quizá sí, el muy miserable. ¿Qué manía tiene el reguetón en no decir las cosas por su nombre?

Hemos acabado las vacaciones de Semana Santa y hemos empezado de nuevo el colegio, que ahora se realiza a través de clases virtuales. Su profesora ha dividido la clase en grupos de ocho y ha comenzado una serie de videoconferencias. La cara de Camila era un poema mientras escuchaba a sus compañeros decir lo que habían hecho estos días. “Yo he leído un libro así”, ha dicho uno y ha separado tantos las manos que casi se le cae el libro al pie y le deja cojo.

Si esta es la actitud de Camila en clase, está claro por qué no es la niña con más buenas notas del mundo. Siempre parece que esté en otro lugar, que deje caer el cuerpo en un sitio para poder escaparse muy lejos, a un país donde nadie le habla, ni le manda deberes, ni le lanza retos. Conozco ese país, en 1993 hasta fui su presidente, y no, ahora está cerrado a los turistas, como el resto del mundo. “Camila, escucha”, digo y le doy un lápiz y un papel para que al menos tenga que apuntar lo que dice la profesora.

El pequeño también ha vuelto al colegio, pero su clase virtual no es hasta este jueves, así que todavía no sé cómo se suele comportar en clase. Lo que sí se es cómo es incapaz de sentarse a aprender a leer ni dos segundos. “Yo he leído un libro así”, le dirá a su profesora y le enseñará el dedo índice, el muy canalla. La paciencia que se requiere para enseñar a leer a un niño de cinco años es la misma para estar 34 días encerrado en casa y todavía pensar que la vida es maravillosa. Se puede hacer, claro que sí, pero Dios si requiere mucha fuerza de voluntad.

Si no ve movimiento, está usted bien. Si se mueve un poco, está usted estresado. Si se mueve como un tíovivo, usted está a punto de tener un ataque la corazón
Si no ve movimiento, está usted bien. Si se mueve un poco, está usted estresado. Si se mueve como un tíovivo, usted está a punto de tener un ataque la corazónLa Razón

Después de una hora de intentos, he salido al balcón a respirar un poco. Me he asustado cuando he notado que hacía sin parar un tic en el ojo. He decidido hacer el test de estrés de un neurólogo japonés en que te pones delante de un dibujo y si se mueve, es que tienes estrés, y si se mueve mucho, es que estás a punto de un colapso nervioso. Y vaya si se movía, se movía como si fuese un tiovivo a la enésima potencia. Estaba a punto de medirme la tensión y morder a un gato para intentar relajarme, cuando he recordado que esta imagen en realidad sólo es una creación del diseñador gráfico ucraniano Yuri Perepadia y que si ves al dibujo moverse a lo bestia es que simplemente estás loco.

Me ha alegrado saber que no tengo estrés, que sólo estoy loco, así que he vuelto a coger a Pablo y hemos vuelto a leer. “Papa i mama tenen una moto”, hemos leído y le he dicho al niño “¡aja!” Aprende a leer, cariño, es muy importante, pero nunca te creas nada de lo que leas, porque todo es mentira, papá y mamá no tienen ninguna moto, es falso.

¿Me pregunto si Yuri Perepadia tendrá hijos y ahora los estará enseñando a leer? Me gustaría pensar que sí. No le deseo el mal a nadie, pero oye, un poquito tampoco hace daño.