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Almudena Grandes: “Cuidaros y quedaos en casa”

Los autores intentan poner buena cara ante la imposibilidad de celebrar el día de Sant Jordi como es debido, con una sobredosis de videollamadas e instagram live

Sant Jordi.- Almudena Grandes viaja al contexto "escalofriante" de su última novela
Sant Jordi.- Almudena Grandes ahonda en el contexto “escalofriante” de su última obraEUROPA PRESS23/04/2020larazonEUROPA PRESS

En un futuro, el mundo funcionará por avatares, unidades cibernéticas que encargaremos que vivan por nosotros mientras descansamos en la comodidad de nuestro hogar. Ellos abrazarán y nosotros sentiremos el abrazo, ellos correrán y nosotros sentiremos la brisa en la cara, ellos irán a las Ramblas a que les firme un libro en Sant Jordi nuestro autor favorito. Claro que firmará el avatar del autor, pero eso será lo mismo. La idea del cuerpo estará superada y proyectada más allá de nuestros límites. Viviremos, así, seguros y calentitos en casa, sin riesgo de enfermerar ni de colapsar los centros hospitalarios.

Hasta que eso ocurra, en crisis sanitarias como las del COVID-19, nos tendremos que conformar con ver a nuestros autores favoritos en una pantalla. Al menos así ha sucedido en este Sant Jordi que ha despertado con silencio en las calles, pero humo en los aparatos. La práctica de los instagram live y conversaciones por youtube no parece la mejor manera de comunicarnos, pero después de más de un mes confinados está claro que los escritores ya tienen práctica.

En la web de Planetadelibros, que también se puede seguir por LA RAZÓN estamos asistiendo a un interesantísimo desfile de escritores que conversan en directo y que nos permiten adentrarnos más profundamente en como piensan, en cómo están viviendo estos días y cuáles son los secretos inconfesables de sus obras. Arrancó esta interesante iniciativa Osito Tito a las once de la mañana, al que siguieron Arturo González Campos, Pedro Baños y Odile Rodríguez de la Fuente. La hija del mítico Félix Rodríguez de la Fuente presentaba “Félix, un hombre en la tierra” (GeoPlaneta), un interesante recorrido por el trabajo de su padre y el legado que ha dejado. “El recuerdo que tengo de mi padre está vinculado a sensaciones, a olores. Murió cuando tenía siete años pero recuerdo a un hombre que desprendía amor, que nos abrazaba, nos olía intensamente. Era muy animal en esto. Y no nos trataba con condescendencia, sino que se interesaba mucho por nuestra visión del mundo y no dejaba de preguntarnos cosas. Era un niño más. Lo decía siempre, “no hagas esto que tu madre nos reñirá””, asegura Odile.

Después le tocó el turno a Almudena Grandes que habló con Juan Ramon Lucas de “La madre de Frankenstein” (Tusquets), la última novela de su serie “Episodios de una guerra interminable”. “Claro que tiene un guiño galdosiano, a sus Episodios Nacionales. Todas son novelas de ficción basadas en acontecimientos reales, pero desde el punto de vista que nos enseñó Galdós, desde abajo. Los protagonistas no son los generales, los reyes, los políticos, sino que a través de meternos en la vida privada y las casas de la gente anónima llegamos a comprender mejor aquella época”, asegura Grandes.

Gemma Nierga y Jaume Figueras, cada uno en su casa, también hablaron de su último libro dedicado al séptimo arte, dentro del instagram live de megustaleer. Ella, en un estudio diáfano, y él, en la terraza de su casa, bajo el cielo encapotado que hizo un poco más triste este Sant Jordi virtual. Es interesante meterse en las casas de todos estos escritores y divertirse mirando lo que se descubre en el fondo, casas muy blancas, como la de Almudena Grandes o el sencillo despacho con la típica estantería de libros de Eva Gª Sáenz de Urturi, que habló de cómo el proceso de documentación de sus novelas es de los más intensos y felices de todo el proceso de creación.

El problema siempre viene con la conexión, con imágenes detenidos, con el granulado de la pantalla, con la frialdad de tonos que todas estas videollamadas llevan implícitas. Si esto es Sant Jordi a partir de ahora, está claro que la tradición no aguantará ni dos años. Es difícil escuchar a Eva Baltasar si cada dos minutos se para la imagen, queda en silencio, y arranca de nuevo en una conversación diferente. “Yo no estoy escribiendo nada”, reconoció ante la imposibilidad de encontrar la concentración necesaria para volver a escribir.

Najat El Hachmi por su parte asegura que lo mejor que se puede hacer en un Sant Jordi que no se puede salir a pasear es quedarse en casa y leer. En su caso, recomienda los cuentos de Pere Calders, “que por algún motivo me reconfortan en estos tiempos. Leer sobre pandemias o temas oscuros no me sienta bien a mi estado de ánimo”. Mecior Comes lo pasará en el balcón, siempre al sol, “esperando a ver si las golondrinas nos llevan un libro para firmar”. EN su caso recomienda, “La balada del café triste”, de Carson McCullers. Lo pasarán en familia intentando “ser felices que lo que tengamos y con lo que podamos”. En cuanto a Rafael Vallbona, Sant Jordi es “un día idóneo para dedicarlo exclusivamente a leer”. Estos días ha recuperado dos clásicos, “Intercanvis”; de David Lodge, clásico de las novelas de campus, y “El libro del desasosiego”, de Fernando de Pessoa. Gemma Lienas quiso recordar a las librerías y emplazar a todo el mundo a comprar un libro cuando vuelvan a abrir. “A mí la lectura me salva de todo”, dice. Y Carme Riera afirma que “leerá por partida doble, como todos los días, pero un poco más”. La académica recomienda el último libro de Núria Prades y los textos de Montserrat Roig.