Salud

Carrera por la vacuna: ¿A quién se inmuniza primero?

La Covid-19 seguirá circulando al menos en los próximos cuatro años porque no hay capacidad suficiente para producir en doce meses las dosis necesarias para cubrir a toda la población mundial

ESPECTÁCULO FURA DEL BAUS
Cuando esté lista la vacuna, ¿quién debe recibirla primero? Hay un acuerdo unánime en que los sanitarios serán los primeros, pero tras ellos, se abre un gran debate, en la imagen, profesionales del Hospital de Sant Pau disfrutan de un espectáculo de la Fura dels Baus con el que recauar fondos para ayudar a que los equipos investigadores. EFE/Enric FontcubertaEnric FontcubertaEFE

La futura vacuna de la covid-19 viene cargada de esperanza y pesadillas. En la frenética carrera por encontrar una fórmula para detener la pandemia, hay 200 candidatos. Diecisiete proyectos ya se están probando con humanos. Y algunos, como la vacuna de la Universidad de Oxford, en colaboración con el laboratorio AztraZeneca, o la vacuna de la alemana BioNTech, que trabaja con la farmacéutica estadounidense Pfizer, tienen resultados prometedores. Las empresas farmacéuticas dicen que en diciembre podrían estar ya fabricando cien millones de dosis, pero el director de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud, Mike Ryan, rebaja sus expectativas. “Sería poco inteligente predecir cuándo una vacuna estará lista”, matiza. Aunque con el ritmo con el que avanza la carrera científica, no descarta que a finales de este año se podrían tener resultados sobre la eficacia de las vacunas candidatas.

“Hay dos conceptos claves a la hora de saber si habrá vacuna rápido: ni todas las vacunas tienen el cien por cien de efectividad ni habrá vacunas para todos”, explica Rafael Vilasanjuán, director de Análisis y Desarrollo Global de ISGlobal, centro impulsado por la Fundación “la Caixa”. “La primera generación de vacunas no será la más eficaz”, matiza. Pero ahora “imaginemos que todo va bien y en otoño habemus vacuna, ¿quién debe recibirla de manera prioritaria?”, plantea. Como miembro de la junta directiva de Gavi, la Alianza Mundial por la Vacunación, que vacuna a millones de niños y que acaba de ganar el premio Princesa de Asturias de Cooperación 2020, Vilasanjuán sabe que una cosa es tener la vacuna y otra que llegue a todo el mundo. “Cada día, 2.000 niños mueren de neumonía, cuando hay una vacuna que podría evitarlo”, recuerda. Dicho esto, advierte de que “una vez tengamos la vacuna, tenemos un problema: la producción y la distribución”.

No hay capacidad para producir 7.000 millones de vacunas

En el mundo viven unos 7.000 millones de personas y para frenar la pandemia sería suficiente con tener un 60% de la población con anticuerpos. Una parte logrará anticuerpos después de pasar la enfermedad y otros con la vacuna. “Con una vacuna que tenga una eficacia del 50%, se puede empezar a hacer algo”. resume Vilasanjuán. “Sigamos imaginando que el trabajo de los científicos es excelente y desarrollan una solución que sólo requiere un pinchazo y no necesita recordatorio, se necesitarían un total de 4.500 millones de dosis para inmunizar a la mitad de la población. El problema es que la capacidad de producción de vacunas anual es de 1.500 millones de unidades. A un ritmo de producción de 100 millones al mes, en un año sólo vacunaríamos al 20% de la población mundial”. Aunque se duplique la capacidad de producción, no se puede dejar de fabricar vacunas para otras enfermedades, que juntas causan más muertes que la covid, como el sarampión, la meningitis o la neumonía. Hay más cosas a tener en cuenta. “Es probable que la vacuna de la covid necesite viales que soporten calor y frío, pero la producción anual de viales es de unos 500 millones y están todos agotados porque se están utilizando para los ensayos”, añade Vilasanjuán.

Si el virus no pierde fuerza por sí solo, hay que hacerse a la idea de que no habrá vacuna para todos a corto plazo y mentalizarnos con que “el SARS-CoV-2 seguirá circulando al menos durante los próximos cuatro años” advierte.

Después de los sanitarios, ¿a quién hay que vacunar?

Nadie pone en duda que primero se vacunará al personal sanitario. Incluso los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos, que hace una semana discutió sobre la cuestión, comparten este diagnóstico. Pero a partir de ahí se abre un gran debate. “No sabemos aún qué vacuna tendremos ni en qué grupos será más efectiva”, admite Vilasanjuán. Podría administrarse a las personas mayores, que son las que desarrollan formas más graves de la enfermedad, pero también son los que tienen una respuesta inmunitaria más débil tras vacunarse. Los niños, en cambio, tienen una respuesta más efectiva a las vacunas. También se podría pinchar a las personas más expuestas al virus, como cajeras, agentes de policía o personas que cuidan de ancianos. O a las personas con el grupo sanguíneo A que están menos protegidas contra la covid. La pregunta que hay que hacerse es cómo distribuir la vacuna para obtener el mayor beneficio social. Pero es una pregunta que los nacionalismos no quieren escuchar.

Otro obstáculo: los nacionalismos

El acopio de redemsivir por parte de los Estados Unidos es un mal preludio. El Gobierno de Donald Trump no sólo se ha hecho con casi toda la producción del único tratamiento aprobado hasta ahora contra la covid, también ha puesto en marcha la Operación Velocidad Warp, que coge el nombre de una imaginaria velocidad superior a la luz que aparece en la serie de ficción “Star Trek”. Además de un grandilocuente despliegue científico, tan pronto tenga la vacuna, Trump pretende producir 300 millones de vacunas para los americanos. “Hace años que la producción de vacunas se hace en países como Índia, Brasil, China a Sudáfrica. Pasa como con apple, diseñado en California y fabricado en China”, explica Vilasanjuán. Pero Trump ha puesto en marcha la maquinaria para fabricar 300 millones de dosis en Estados Unidos.“Esta medida no sirve de nada si no cierras fronteras y entra gente que no se ha podido proteger de la covid porque no tiene vacunas”, constata. A un virus de alcance global hay que responder con soluciones globales. Por ejemplo, ahora lo más sensato sería vacunar en Latinoamérica donde el SARS-CoV-2 está descontrolado. Si no, el virus acaba volviendo. La OMS trabaja en un estrategia de asignación de la vacuna basada en otras experiencias. Lo urgente es una coalición internacional que piense cómo distribuir las dosis para obtener más beneficios. Pero ,”los grandes países como Estados Unidos, Brasil o China no están por la labor”, lamenta Vilasanjuán. Europa tiene un papel clave. Los grandes países europeos están mirando de crear una plataforma. España también participa. Mientras, la OMS ha nombrado a GAVI que haga una propuesta mundial para que los países ricos compren dosis y financien a países en vías de desarrollo.

Pfizer y Sinovac están en la carrera de la vacuna de la covid
Pfizer y Sinovac están en la carrera de la vacuna de la covidStatista/UOC

De los grandes fabricantes de vacunas, Pfizer y Sinovac están en la carrera de la vacuna de la covid.

Probar que la vacuna sea eficaz

Para conocer el desenlace de este culebrón, primero hay que tener vacuna. Sarah Gilbert, la profesora que dirige los ensayos de la vacuna de Oxford, explicó esta semana a la Cámara de los Comunes que su proyecto ha entrado en la fase tres de los ensayos, la última etapa antes de su comercialización. Se probará con 8.000 personas del Reino Unido, 4.000 de Brasil y 2.000 en Sudáfrica. “Para comprobar si es eficaz, hay que testarla en diferentes grupos de población. Hay que asegurarse de que lo que funciona es la vacuna y no otros factores”, dice Vilasanjuán. Para entender el nivel de eficacia de una vacuna, explica qué les pasó con la malaria. “Probamos la vacuna en Mozambique, Kenya y Tanzania. Funcionó en los tres países. Pero a los 18 meses, en unos lugares, la inmunidad empezó a caer antes”, cuenta.

Una vacuna en tiempo récord

Vilasanjuán menciona 18 meses sólo para evaluar una fase. El virus de la covid no hace ni un año que se ha identificado, pero en menos de 200 días, la carrera por la vacuna ha llegado a la fase tres. La clave es que nunca antes se había invertido tanto esfuerzo y tanto dinero a investigar una sola enfermedad. “Yo siempre utilizo este símil: las enfermedades infecciosas iban por carreteras secundarias y ahora circulan en la Fórmula 1″, comenta.

Revista Vacunas. Esquema secuencial tradicional para obtener una vacuna
Revista Vacunas. Esquema secuencial tradicional para obtener una vacunaUOC

Lo cierto es que sólo hay 26 enfermedades con vacuna, que el promedio para desarrollar una es de 10 años y que la más rápida en obtenerse ha sido la del ébola, en cinco años y con las herramientas del siglo XXI. Una vacuna no es un medicamento, se prueba con gente sana. Se desarrolla en tres fases. En la primera se prueba la seguridad y quien no supera la prueba, no pasa a las otras fases, en las que se prueba la eficacia. Para acelerar los resultados, se ha permitido hacer la fase 2 y la fase 3 en paralelo.

La primera generación de vacunas será la más rápida de la historia, pero no será la más eficaz”, coincide la genetista Gemma Marfany, de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que estima que el coste para desarrollar una vacuna es de 2.000 millones de dólares. Aunque existen diferentes tipos de vacuna, en todos los casos el funcionamiento es similar: se trata de exponer el organismo a dosis seguras del virus, de manera que el sistema inmunológico lo reconozca y tenga disponible un mecanismo de defensa ante un posible contagio. Con la covid se están probando vacunas nuevas para entrenar el sistema inmune. La ciencia ha demostrado estar a la altura. Ha cooperado como nunca. ¿Lo estarán los políticos?