Coronavirus
“El COVID no ha dejado espacio al seguimiento de los enfermos crónicos y vamos a encontrar patologías más graves”
En España, según las asociaciones de médicos, hay diez millones de pacientes con algún tipo de cronicidad
La emergencia sanitaria generada por el coronavirus llevó a destinar todos los recursos disponibles a la atención y gestión de la pandemia, lo que, en segundo término, supuso la suspensión de todos aquellos servicios y actividades de atención y seguimiento a las personas con enfermedades crónicas, un colectivo que se ha visto muy perjudicado por la situación de crisis sanitaria.
“Ha habido una desatención de la cronicidad por la derivación de los especialistas a otras funciones debido al COVID y, en consecuencia, ha habido muchos pacientes desatendidos durante cerca de tres meses”, asegura Santiago Alfonso, vicepresidente de Foro Español de Pacientes, algo en lo que coinciden los diferentes agentes que integran la plataforma Cronicidad: Horizonte 2025.
En este sentido, Marta Córdoba, trabajadora social en el ámbito de la salud y miembro del consejo de Trabajo Social, señala que “la percepción es que la pandemia ha ocupado todo y ha desbaratado todo lo relacionado con la atención continuada, el seguimiento ha sido suspendido por la emergencia, así como la atención especializada” y tal y como ella misma alerta, la falta de control y prevención, así como la de diagnóstico, “pueden haber agudizado los cuadros y empeorado la situación de los enfermos crónicos porque el COVID no ha dejado espacio al seguimiento de estas enfermedades”. “Nos vamos a encontrar patologías más graves”, afirma.
El doctor Francisco Sáez, responsable del Grupo de Trabajo de Cronicidad de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), comparte esta percepción. “En España, la inmensa mayoría de los pacientes son pacientes crónicos (en torno a 10 millones de personas) y, con la pandemia, los hemos olvidado”, constata el doctor, quien lamenta que “se suspendieran las citas y revisiones y éstas aún no se hayan recuperado, más bien se están suspendiendo por motivos de seguridad”. A su entender, esto conllevará importantes afectaciones para la salud de estos enfermos. “Habíamos conseguido que la mortalidad por motivos cardiovasculares bajara y me temo, que tras lo sucedido, es posible que vuelva a aumentar; también se estaba realizando el cribado de cáncer de colon, pero éste se ha suspendido y sigue suspendido, como tampoco se están haciendo las pruebas diagnósticas del asma”, comenta a modo de ejemplo.
La telemedicina, una herramienta insuficiente
En este sentido, se ha hecho un esfuerzo por sustituir esa atención presencial a través de la telemedicina y pese a que la opinión compartida por las entidades integrantes de la plataforma Cronicidad: Horizonte 2025 es que “éste es un recurso muy válido en el que se ha de avanzar más”, tal y como apunta Alfonso, “ésta solo se puso en práctica a partir de finales de abril y se centró principalmente en la atención de los episodios más agudos”, recuerda Córdoba. En cualquier caso, en este contexto lo que preocupa especialmente al Foro Español de Pacientes es “el asunto del primer diagnóstico, porque hay muchos pacientes no han podido ir al médico y por lo tanto no han recibido ese primer diagnóstico, así como también el abandono del tratamiento o la falta de adhesión a éste de muchos pacientes mientras no se les ha podido hacer el seguimiento ni las consultas de control”.
Por su parte, Sáez señala que “no se está haciendo seguimiento de los pacientes crónicos, porque si bien un cardiólogo, por ejemplo, puede ir llamando a sus pacientes para hacer un control, lo cierto es que no les está haciendo los electrocardiogramas o pruebas diagnósticas necesarias”. “La atención telefónica puede servir para algunas cosas, pero pensar que eso puede sustituir la atención presencial, es un error, porque son necesarias pruebas de control”. En este sentido, el doctor recuerda que en el centro médico en el que trabaja, “se realizan de media unas sesenta analíticas todos los días y ahora solo se lleva a cabo una veintena”.
Cambios en el modelo de atención sanitaria
Así pues, “como toda la atención sanitaria en los hospitales ha estado centrada en gestionar la pandemia, se ha dejado de atender a unos pacientes para atender a otros”, destaca Alfonso, por lo que “a partir de ahora las listas de espera se van a ver incrementadas”. “Va a haber un retraso importante en las visitas, ya que la capacidad de absorción de los hospitales es menor” debido a las medidas de seguridad que se deben seguir en los centros sanitarios y el “tema es que hemos de ir a los hospitales porque es allí donde se ha concentrado a los especialistas”, como también es el lugar en el que muchos pacientes han de ir a buscar su medicación, concretamente a la farmacia de hospital, algo que se tuvo que suspender durante la pandemia. Entonces, la alternativa fue recurrir a las farmacias comunitarias como punto de entrega de esas medicaciones, o bien a la entrega a domicilio gracias a los grupos de voluntarios, algo que para Alfonso pone de evidencia que “no es necesario ir a buscar los fármacos al hospital y que existen otras maneras más eficaces de organizar su entrega o distribución”.
En definitiva, tal y como apunta Francisco Sáez, la pandemia ha puesto de evidencia que “deberíamos haber actuado de otra manera para no llegar a la sobrecarga del sistema sanitario”. En cualquier caso, la lección que se puede extraer tras lo vivido es que “nuestro sistema sanitario ha de cambiar su organización, hacerla de forma más transversal” y recuerda que durante la crisis sanitaria “se derivó a traumatólogos a las urgencias para combatir el coronavirus desde la primera línea y los cirujanos plásticos dejaron su labor habitual para atender y gestionar la pandemia, por ejemplo”, lo que pone de evidencia que “es necesario trabajar en equipo para ofrecer una mejor atención a los pacientes y se puede aprovechar este aprendizaje para aplicarlo en la atención a los pacientes crónicos, que requieren de un abordaje transversal”.
En definitiva, “la pandemia ha puesto de evidencia que tenemos un sistema sanitario obsoleto, que precisa cambios de procesos y mecanismos y necesita planes específicos para los enfermos crónicos”, apunta el vicepresidente del Foro Español de Pacientes para a continuación apuntar que “es el momento de replantearnos la cronicidad, porque otro modelo es posible”. En este sentido, Alfonso lamenta que desde hace años “los social y lo sanitario ha ido desconectado” y ello ha sido especialmente evidente durante la pandemia. “Somos buenos dentro de los hospitales, pero fuera no y también tendríamos que serlo”, añade.
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