Jordi Pujol

Bernardo Domínguez, el editor investigado por hacer negocios con Pujol Ferrusola

El responsable de Malpaso aparece en numerosas ocasiones en el auto de la Audiencia Nacional

Jordi Pujol Ferrusola, hijo del expresidente de la Generalitat de Cataluña, a su salida de la Audiencia Nacional el pasado mes de septiembre
Jordi Pujol Ferrusola, hijo del expresidente de la Generalitat de Cataluña, a su salida de la Audiencia Nacional el pasado mes de septiembrelarazon

Desde hace tiempo que en el sector del libro se sabe que hay algo que no funciona bien en el sello Malpaso. De publicar a Bob Dylan tras ganar el Premio Nobel, por cuyos derechos pagaron 250.000 euros, se ha pasado a ser una editorial controvertida, conocida por acumular deudas entre sus autores, traductores y otros colaboradores. Al frente de la editorial se encuentra el empresario mexicano Bernardo Domínguez Cereceres, conocido también por haber puesto en marcha algunos negocios con Jordi Pujol Ferrusola.

El pasado jueves se hizo público que el juez de la Audiencia Nacional, José de la Mata, ha decidido enviar a juicio a la familia Pujol por “organización criminal” tras haber cerrado la instrucción del caso. En el auto judicial, al que ha podido tener acceso este diario, aparece Bernardo Domínguez como una de las personas investigadas en la causa, además de ser informado de sus derechos y ser citado en calidad de imputado para ser oído en declaración. El documento de De la Mata apunta que Domínguez ha sido investigado por “hechos pueden constituir un delito de organización o grupo criminal”, además de por otros “hechos pueden constituir delito de blanqueo de capitales”.

¿Cuáles son estos “hechos”? En el documento judicial encontramos algunos de los episodios en los que ha participado el editor y que demuestran su estrecha relación con el hijo de quien fuera presidente de la Generalitat de Cataluña. Se trata de la creación de contratos de préstamos ficticios para permitir a Pujol Ferrusola colocar la fortuna de su familia lejos de la justicia española. El caso más sonoro está vinculado con Ecrem, la sociedad con la que Pujol participó en el proyecto de un hotel llamado El Encanto. Siempre según el auto, aquella operación “no fue más que una simulación, y que la venta de la sociedad Ecrem SA de CV a Bernardo Domínguez Cereceres en 2014 fue una ficción utilizada para ocultar la verdadera titularidad de los activos acumulados en sus posiciones”. El juez sostiene que el propietario de la editorial Malpaso fue “la persona interpuesta (y no solo en este caso de ECREM), que de forma directa se encarga de la gestión de estos en nombre de Jordi Pujol Ferrusola y Mercé Gironés Riera [actualmente ex mujer de Pujol Ferrusola] y siguiendo sus dictados”.

También se ha demostrado en este tiempo, según el auto, la falsedad de todas las operaciones de préstamos supuestamente otorgados por Bernando Domínguez Moreno -padre del editor- y, según él afirma, “en un caso (el de los 2.300.000 dólares a ECREM), por Domínguez Cereceres, a Jordi Pujol Ferrusola y, por tanto, de todos los documentos relacionados con estos préstamos y con su devolución”.

El Juzgado autorizó que se pudieran seguir las comunicaciones telefónicas entre Jordi Pujol Ferrusola y su amigo mexicano. En una de ellas, el 11 de mayo de 2018, el segundo informa que está llevando a cabo gestiones en México para enviar dinero a España. “Sigo en la ilusión de tener todo preparado para poder mandar entre 2 y 5 millones para allá y estar en paz, y mientras no logre eso pues estoy acá, atorado”, apunta Bernardo Domínguez. En la misma conversación, Pujol Ferrusola habla sobre la “comisión” en un negocio en España con un ciudadano ucraniano llamado Serhy Kyrylenko y que trataría de cobrar mediante la sociedad Malpaso Holding de su amigo mexicano. “Tranquilo ya lo recibirás tuuuu, ya lo recibirás tú, no te preocupes, la cláusula permite que sea Malpaso quien cobre la comisión”, dice el hijo del ex president.

En la actualidad, tal y como reporta el juez, Pujol Ferrusola y Domínguez, quienes se definen como “un equipo”, siguen desarrollando negocios de manera conjunta de carácter inmobiliario. Para ello utilizan “testaferros, buscando incluso la colaboración de reclusos con los que Jordi Pujol Ferrusola compartió módulo durante su estancia de en centros penitenciarios”. En el auto aparecen los nombres de los presos que han colaborado en estas operaciones y las reuniones que han mantenido con ellos en Barcelona.

Bernardo Domínguez aterrizó en España para poner en marcha un grupo editorial llamado Malpaso que fue comprando otros sellos, como Biblioteca Nueva y Dibukks. Pese a su despegue con grandes apuestas, poco a poco esa empresa editorial empezó a ser objeto de controversias. El hecho de que a día de hoy no pague a muchos de los que han colaborado en el sello y las propias salidas de tono del editor en las redes sociales, han motivado que Malpaso acumule tantas críticas como deudas. Pese a todo, según el auto, Domínguez sigue haciendo negocios con su amigo Pujol Ferrusola.