Partido Popular
Elecciones en Cataluña: el PP, entre la recuperación y la posibilidad de «sorpasso» a Cs
Los populares recelan de una alianza con el partido naranja a la espera de ver cómo encara Arrimadas los presupuestos. Buenas perspectivas en los sondeos para Alejandro Fernández: de 4 a 7-12 escaños
Tras pagar un duro coste por la gestión del «procés» desde el Gobierno y bordear la desaparición del Parlament, el PP encara las elecciones catalanas como una oportunidad para recuperar parte del terreno perdido, alejarse del abismo y situar al partido en la pista de despegue a nivel nacional. Los populares catalanes disponen de un candidato de garantías (Alejandro Fernández) y las encuestas dan por hecho que mejorarán su representación parlamentaria, aunque la insistente oferta de Ciudadanos por fraguar una candidatura constitucionalista de amplio espectro puede alterar aún el panorama.
Como ejemplo del coste electoral que ha supuesto el «procés» para el PP en Cataluña basta con echar un ojo a su evolución en la última década: pasó de obtener los mejores resultados de su historia en las elecciones de 2010 y 2012 –18 y 19 escaños, respectivamente– y erigirse en una fuerza influyente en la política catalana –pactó los presupuestos con el Govern– a tener una representación testimonial en las elecciones de 2017 –4 escaños–.
Si bien, poco a poco ha conseguido doblegar la curva que conducía al partido al precipicio –salvó los muebles en las elecciones municipales del año pasado al obtener representación en el Ayuntamiento de Barcelona-– y la recuperación de la alcaldía de Badalona –cuarta ciudad de Cataluña por habitantes– gracias a Xavier García Albiol le ha dado impulso de cara las elecciones autonómicas. El último precedente electoral, las generales de noviembre de 2019, el PP quedó por delante de Vox y Ciudadanos.
Además de este cambio de dinámica, el nuevo contexto también puede favorecer al PP. El desplome que auguran las encuestas a Ciudadanos puede beneficiar notablemente a los populares, aunque ahora ha surgido la amenaza de Vox. No obstante, el partido de Santiago Abascal apenas ha conseguido hacerse hueco de momento –tiene tres concejales en toda la autonomía y en Barcelona se quedó muy lejos de lograr representación–, más allá de los buenos resultados obtenidos en las generales -dos diputados-.
Si bien, también es cierto que, en esta pugna entre Ciudadanos, PP y Vox, los populares han logrado recuperar la iniciativa en el sector constitucionalista y parte de la credibilidad y confianza perdida. En ello se ha volcado Alejandro Fernández, que tomó la batuta del partido en Cataluña en 2018 tras haber estado a punto de quedarse sin escaño en 2017 y ha logrado erigirse en una de las voces más destacadas y respetadas de todo el arco parlamentario catalán gracias a sus intervenciones, algo que poco a poco también se ha ido traduciendo en unas mejores perspectivas electorales.
Fernández y el PP han centrado grandes esfuerzos en recuperar la iniciativa para tratar de liderar al constitucionalismo y, en este sentido, han elaborado un libro blanco con una serie de propuestas para reforzar la presencia del Estado en la autonomía después de años de monopolio nacionalista. Este plan, que será presentado en la antesala de las elecciones catalanas si las circunstancias sanitarias lo permiten, también ha contado con la participación de Cayetana Álvarez de Toledo, apartada de la portavocía de los populares en el Congreso, aunque es aún una incógnita si conservará el escaño y si participará en Cataluña en la campaña electoral –los populares sostienen que es un activo–.
Pero, además de la defensa de España frente al desafío independentista, el PP catalán también ha ido forjando un discurso propio en materia económica y social, ámbitos que cobrarán protagonismo de nuevo tras años de «procés» en Cataluña. Así, se reivindica como única fuerza de centroderecha en el mapa político catalán y está haciendo bandera de la lucha contra la «okupación» y los problemas de inseguridad que se está derivando en algunos puntos de la autonomía, así como de la bajada impuestos en un territorio que es donde más tributos se pagan de toda España.
Ante este nuevo marco surgido de la crisis del coronavirus y tras el fiasco en la experiencia en el País Vasco, los populares han cerrado prácticamente la puerta a una coalición con Ciudadanos. El PP es muy crítico con los naranjas por el acercamiento al Gobierno, aunque, antes de tomar una decisión definitiva, está a la espera de ver cómo encara el partido de Arrimadas los presupuestos del Estado y de estudios demoscópicos internos que certifiquen que la coalición Cataluña Suma resta, como ha demostrado el País Vasco.
La repercusión de las elecciones catalanas a nivel nacional también puede convertirse en oportunidad para el PP. Un importante crecimiento electoral –las encuestas dan entre 7 y 12 escaños– coronado por un difícil, aunque factible, «sorpasso» a Ciudadanos -siempre que concurran por separado, naturalmente- impulsaría al partido y contribuiría, en cierta medida, a borrar las dudas que se ciernen sobre su liderazgo en el centroderecha tras la irrupción del partido Arrimadas y de Vox en el panorama político españolo.
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