Salud

El colegio empieza con una lección de normalidad y amenaza de huelga

El curso arranca con dos escuelas cerradas por covid, y 67 docentes y 23 niños positivos. Los sindicatos de profesores denuncian que los grupos burbuja son una «entelequia»

Los últimos alumnos del país vuelven al colegio después de seis meses con nuevas medidas para minimizar los contagios. (AP Photo/Emilio Morenatti)
Los últimos alumnos del país vuelven al colegio después de seis meses con nuevas medidas para minimizar los contagios. (AP Photo/Emilio Morenatti)Emilio MorenattiAgencia AP

En el aula se aprenden los contenidos que los niños llevan a la escuela. Es una de las reflexiones que Francesco Tonucci dejó en la conferencia inaugural del curso 2020-2021 en Cataluña, que oficialmente arrancó ayer con la vuelta al colegio de 1,6 millones de alumnos catalanes. De los 5.455 centros educativos que hay en Cataluña, sólo dos no pudieron abrir por culpa de la covid: la escuela Joan Juncadella de Sant Vicenç dels Horts y la escuela Ridolaina de Martinet de Cerdanya. La escuela Antoni Ubach de Terrassa tampoco abrió, pero en este caso porque encontraron un avispero. En el resto de colegios, las clases empezaron sin 67 profesores y 23 niños que han dado positivo en los últimos días, además de otros 253 profesores y 210 niños que están de cuarentena. Hay 9 grupos confinados de 8 centros educativos diferentes.

Los que fueron al colegio, lo hicieron con dudas y nervios, pero también con ganas de volver a la normalidad y con una mochila llena de lo que han aprendido estos meses sin ir al colegio. Son aprendizajes de los que no se encuentran en los libros y que Tonucci anima a los profesores a aprovechar.

El primer día de clase de Maia y Lía

Maia, que este año empieza 2º de Primaria, observando a las hormigas del patio de su casa durante el confinamiento aprendió que trabajan en grupo y son capaces de levantar 20 veces su peso, aunque hay algunas muy forzudas que llegan a levantar 50 veces su peso. Y su hermana Lía, que hace 5º de primaria, entre otras cosas aprendió que su abuelos no son superheroes, que para hacer un pastel necesita levadura química y para hacer pan, levadura fresca.

Maia y Lía volvieron al cole después de seis meses y una cuarentena de 14 días por haber estado en contacto estrecho con un positivo. Las dos hermanas dieron negativo en la prueba PCR. En la escuela privada en la que estudian, la misma a la que fue Artur Mas, todo está organizado para evitar el mínimo de contagios. «Sabemos que habrá incidencias, pero sabemos cómo tratarlas», admite el conseller de Educación, Josep Bargalló. Durante la visita de rigor a un centro de L’Hospitalet de Llobregat el primer día de colegio, también avanzó que las medidas se irán adaptando según evoluciones la epidemia y tengan más evidencia científica sobre cómo se comporta el virus en las escuelas. Los sindicatos no piensan lo mismo y amenazan con ir a la huelga.

En un manifiesto que firman Ustec-Stec, CCOO, Intersindical CSC, Sindicat de Professors de Secundària, CGT, UGT y Feusoc instan a Bargalló a reducir la ratio de infantil a 10 alumnos, y la de primaria, secundaria y bachillerato, a 15 niños. Piden más personal docente, el Govern ha reforzado este curso con 8.000 profesionales y ellos reclaman 40.000. Y denuncian que los grupos burbuja son una entelequia. Ahora, si hay un positivo en una aula, solo se van para casa los alumnos que conviven entre esas cuatro paredes. Pero según el portavoz de de Ustec-Stec, Ramon Font, los niños interactúan fuera del colegio.

Un esfuerzo para reducir ratios

Aunque las hermanas Maia y Lía se vean luego en casa y el fin de semana con los primos, que van al mismo centro, en la escuela han hecho un esfuerzo para reducir ratios, han pasado de tres a cuatro grupos por curso y por evitar que los niños se mezclen.

Los que llegan en autocar van con mascarilla, ocupan siempre el mismo asiente y a poder ser van sentados con hermanos o con compañeros de clase. Los que van en coche desembarcan en la puerta.

En las mochilas, además de lo de cada año, llevan una bolsa de tela con dos mascarillas de repuesto, gel hidroalcohólico y una cantimplora. Las fuentes de la escuela están fuera de servicio.

Maía lleva también la bolsa de educación física con la ropa para cambiarse en el aula. En cambio su hermana mayor, cuando tenga deporte irá vestida en chándal desde casa y no se cambiará. El colegio dice que no puede asegurar la desinfección de los vestuarios.

El primer día, las niñas preguntan a su madre por su clase. Para reducir las ratios, las clases llegaban a tener 34 alumnos y ahora no son más de 20, las han separado de algunos de sus mejores alumnos, con el plus de que en el patio no podrán jugar. Los alumnos no son los únicos que tienen que afrontar miedos e incertidumbres. Lo profesores también se han tenido que reinventar. Excepto en materias muy técnicas y específicas como idiomas, educación física, informática o dibujo, un mismo tutor impartirá varias materias como matemáticas, lengua castellana, catalana. Se acabó con el vaivén de profesores y las idas y venidas de alumnos en los pasillos.

Patios acordonados

En los patios, se reorganizan los espacios y los horarios para que no coincidan diferentes grupos. Incluso hay espacios acordonados, para evitar tentaciones. Mientras que en el comedor hay un riguroso horario de comidas por cursos y a cada alumno se le asigna un lugar.

Algo más complicado es reorganizar la salida. Solo en Primaria se establecen tres horarios de recogida del alumnado con un intervalo de 5 minutos de diferencia. Hay tres patios habilitados para la recogida y sólo puede acceder un padre al recinto. «Lo peor del día ha sido ir con la mascarilla todo el día y lo mejor volver a estar con niños», coinciden Lía y María.

Movilizaciones

Además de los sindicatos, profesores, alumnos y familias coinciden en reclamar a través de varias entidades la educación presencial como necesaria para garantizar aprendizajes, facilitar la equidad y contribuir a la conciliación.

Los sindicato docentes iniciarán una consulta unitaria sobre la posibilidad de empezar una huelga u otras movilizaciones durante el mes de septiembre para conseguir que los centros educativos sean lugares seguro. El Sindicato de Estudiantes ha convocado huelga para los próximos días 16, 17 y 18 de septiembre. Mientras que la plataforma “Així no tornem” (Así no volvemos) han denunciado que unas 5.000 familias no han llevado a sus hijos a clase en este primer día. Serían familias con hijos con patologías de base y que temen que contraigan la enfermedad debido a que su sistema inmunológico es más débil. Bargalló apuesta por la “empatía” y por “convencer” a las familias de que las escuelas son lugares seguros antes de perseguirlas judicialmente, como anunció que haría la Fiscalía en caso de ausencias reiteradas e injustificadas.

Unidades móviles para PCR

Por su parte, el Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado que enviará unidades móviles para hacer PCR cuando se detecten positivos en un grupo.