Economía

¿Ha perdido Cataluña su cultura emprendedora?

Las startups demuestran que hay ciencia, talento e industria, pero falta financiación y estrategia de país

Cada vez hay más startups que financian a otras startups
Cada vez hay más startups que financian a otras startupsLa Razón

Los jóvenes de los noventa, además de soñar con viajar al futuro con un coche de la marca DeLorean y dar cabezazos al aire con el “Smells like teen spirit” de Nirvana, como otras generaciones, en clase de Historia estudiaban la Revolución Industrial. La producción en serie, el fordismo, los sindicatos… Y en Barcelona, capítulo obligado para Poblenou. El barrio donde se erigían las fábricas, desde el año 2000, se se hace llamar 22@ y se esfuerza por reinventarse. Veinte años después, las empresas innovadoras no son exclusivas de este distrito tecnológico, están repartidas por toda la ciudad. Y esos niños, que reían con los chistes de Chiquito de la Calzada, son los protagonistas de otra revolución: la digital. La pandemia cogió al mundo con el paso cambiado. Los efectos de un cambio climático irreversible y el aumento de las desigualdades hace años que empujan a replantear los mercados y repensar las economías. No es la primera vez que un virus diminuto sienta a la humanidad en el diván del psicoanalista. Los historiadores cuentan que la peste del siglo XIV puso los cimientos del Renacimiento. ¿Qué pasará ahora? “La Covid-19 acelerará tendencias que ya existían”, cuenta Oriol Pascual, director del Instituto Químico de Sarrià Tech Factory. La Unión Europea apuesta por una transición ecológica y digital para ser más sostenibles y eficientes. Además, según un estudio de la Agencia de Innovación Nacional de Luxemburgo, los sectores con más futuro son las plataformas de datos, la inteligencia artificial, la comunicación máquina-máquina, la robótica o la ciberseguridad.

Pascual explica que la pandemia nos ha demostrado que la economía de nuestro país no está preparada. “Dependemos de terceros para producir mascarillas o vacunas”, lamenta. Los países con un fuerte tejido industrial, científico y tecnológico han resistido mejor que los que viven de los servicios. Alemania, líder en inversión en startups industriales de Europa levanta 962 millones de euros para proyectos, España, 135 millones.

“En España, se genera buena ciencia, pero no sabemos transformarla en productos de valor para el mercado. Tenemos los ingredientes, talento, ciencia e industria, pero nos falta financiación y una estrategia coordinada que nos permita transformar esta ciencia en propuestas concretas”, señala. La inversión privada dirigida a proyectos industriales sólo supone un 3%. Y la inversión pública apenas llega para desarrollar la idea y el prototipo. Muchos proyectos, cuando han demostrado que su tecnología funciona, no tienen cómo testear el producto y llevarlo al mercado.

El IQS Tech Factory funcionar como aceleradora de proyectos industriales innovadores. Conecta startups con proveedores y el tejido industrial existente para transformar ciencia en producto.

“El sector industrial en Cataluña representa el 19% del PIB, aunque sigue teniendo un peso importante, ha perdido diez puntos en los últimos diez años y si no se actualiza, seguirá menguando”, reflexiona Pascual. Las empresas emergentes que ayuda esta aceleradora se diferencian de las estrictamente digitales en que involucran un proceso productivo de algún producto físico que acompaña a la tecnología.

Pascual pone el ejemplo de los proyectos que han participado en el IQS Tech Fest, un evento para ponerse al día sobre el presente y futuro de las startups industriales. La cuarta edición, que se celebró la tercera semana de enero, tenía como invitado a Israel. “Es un país que ha hecho de la industria, la ciencia y la tecnología, la palanca de su economía. ¿Sabías que hay más startups israelíes cotizando en la Bolsa de Nueva York que toda Europa junta?”, explica. “Queremos ser Israel. Tenemos el diagnóstico. Ahora hace falta pasar a la acción, definir una estrategia de reindustalización con valor añadido y propuestas concretas”, resume. Pascual explica que las startups que han apoyado estos años están resistiendo bien la crisis. “Son proyectos sólidos y resilientes. En marzo, nos pusimos en contacto con todos y el 60% tenía financiación para nueve meses y un 24%, para más de un año”, cuenta. Hay proyectos que se han adaptado a la pandemia, como el de Talía Bonmatí.

Había desarrollado un arnés con sensores para tomar las constantes vitales de los animales cuando van al veterinario. cuando los animales van al veterinario cuesta leer su temperatura y ritmo cardíaco porque están nerviosos. Este arnés permite medir las constantes durante 24 horas en casa para ajustar más el diagnóstico. En la primera ola, Bonmatí vio que los hospitales de campaña tenían problemas para monitorizar a los pacientes porque tenían aparatos demasiado grandes para moverlos. A través del IQS contactó con el Hospital Germans Trias i Pujol y han adaptado su aparato para testar a personas.

Un test para reducir la mortalidad de la sepsis

Enrique Hernández

Loop

Pocas horas después de nacer, las analíticas de Marc alertaban de que algo no iba bien. En caso de sepsis, un infección en la sangre, el diagnóstico es clave para aumentar las opciones de supervivencia. Como los resultados de Marc tardaban mucho, el pediatra de guardia se la jugó y le avanzó una terapia antibiótica. Acertó y hoy Marc es un niño sano de seis años. Cada año fallecen ocho millones de personas a causa de una sepsis, unas 17.000 en España. La Covid-19 ha dado a conocer esta patología: una grave respuesta inflamatoria del organismo antes una infección que puede causar fallo multiorgánico. Enrique Hernández, doctor en Inmunología y Enfermadades Infecciosas detectó hace unos años que los test de microbiología para detectar una infección en la sangra tardaban mucho y tenían mala sensibilidad y se puso a investigar. Junto a un farmacéutico, compañero de máster, encontró una solución. Desarrollaron Loop DX, el primer test rápido que detecta infecciones bacterianas en la sangre y es capaz de decir si el organismo está luchando correctamente contra una infección. El Loop DX se ha testado ya en el Hospital de Bellvitge y ahora está en esa fase de buscar inversión para convertirlo en un producto útil para el mercado. El IQS Tech Factory le ha dado un empujón y ya hay varios hospitales, de Holanda, Estados Unidos y estatales, como el Vall d’Hebron, que se han interesado por este test, que se parece a una prueba de embarazo y puede ayudar a los médicos a avanzar una terapia antibiótica a pacientes con sepsis y reducir así la mortalidad.

Industria con futuro

Mar Masulli

Bitmetrics

Durante el primer confinamiento, en casa de Mar Masulli y David Picado, la luz se apagaba sólo tres horas. David, matemático y doctor en inteligencia artificial, alargaba el trabajo hasta altas horas de la noche y Mar madrugaba para poder avanzar en su proyecto sin descuidar a sus hijos. En 2017, David y Mar fundaron Bitmetrics, una startup especializada en inteligencia artificial y robótica. “Hemos desarrollado un brazo robótico con una cámara que es capaz de automatizar procesos de una cadena de montaje con la ayuda de inteligencia artificial”, cuenta Mar. “Muy resumidamente, a través de un software damos al robot capacidad de pensar e identificar objetos que no ha visto antes”, añade. Para mover objetos de un lado a otros o colocar una arandela, las máquinas necesitan acciones predefinidas. Bitmetrics se ha llevado el premio de “Startuo Industrial Más Prometedora de 2020” de la cuarta edición del IQS Tech Fest con este proyecto que democratiza el acceso a las pymes a la inteligencia artificial gracias a una solución universal, económica y fácil de utilizar. Mar destaca que automatizar procesos favorece que no se interrumpa la cadena de montaje, reduce el impacto de la huella de carbono y en un contexto de cambio, en el que muchas empresas regresan a Europa para producir de una manera más eficiente, permite cambiar puestos de trabajo por repetitivos por otros de valor añadido.