Libros

Entrevista

Cristina Fallarás: «Jesús tenía una idea muy clara de lo que es el feminismo»

La escritora y periodista regresa a la narrativa con la novela «El evangelio según María Magdalena»

Cristina Fallarás
Cristina FallarásLaura Muñoz Hermida

La periodista y escritora Cristina Fallarás se pone en la piel de una de las mujeres más importantes en la vida de Jesucristo en su nueva novela. «El evangelio según María Magdalena» (Ediciones B) de separar la realidad del mito con una lectura actual.

–Esta novela, ¿es su particular «Grito hacia Roma»?

–Sí, lo es, pero también hacia mi como fruto de Roma. En realidad es una revisión íntima, pero por supuesto es un «Grito hacia Roma». Somos «manzanas levemente heridas por finos espadines de plata». Somos hijos e hijas de Roma y Roma es hija de Pablo de Tarso y eso es la peste.

–Su libro reconstruye una época y podría ser visto como una novela histórica. Sin embargo, no creo que sea su objetivo.

–Este libro es una mirada, no solo sobre los evangelios sino sobre nuestra literatura en general. Los evangelios son el ejemplo de la cultura fundacional que es la nuestra, así como de lo masculino y de lo épico. En el libro aparece esa idea de que tal engendró a tal, venga a engendrar unos a otros, pero nada de parir, lo que es la supresión de presencia de la mujer y la voz femenina. Eso es algo que me daba vueltas desde hacía tiempo porque las tres mujeres que aparecen en el relato, Eva, la Virgen y la Magdalena, son tres construcciones sexuales que culpan y castigan a la mujer. Por un lado está Eva que por ser ella puta nos echaron del paraíso; la Virgen porque parió sin necesidad de coito; y la Magdalena me quedaba en el aire. El Papa Francisco la convirtió en apóstol entre los apóstoles. Así que más allá de la santidad, la consideración de jefa de apóstoles rompía la idea de la prostituta, aquella que está redimida y ligada a lo económico.

–Recupera en «El evangelio según María Magdalena» el papel de las mujeres en la vida del Nazareno. Por ejemplo, nos recuerda que durante la crucifixión no estuvieron los apóstoles, pero sí las mujeres que eran importantes en su vida.

–Sí, pero el tema es más bestia: cuando resucita solo lo hace ante una mujer. Tenemos una religión que está basada primero en la muerte, a la que solo asisten las mujeres, pero todo lo sagrado se justifica con la resurrección posterior. En los evangelios canónicos, la resurrección se produce solo ante María Magdalena con el posterior cabreo de Pedro. Si eso sucede así y está relatado así, si la base de nuestra construcción religiosa y espiritual es la resurrección de un hombre solo ante una mujer, ¿por qué no nos habíamos fijado? Más allá de eso, tomo el evangelio de Marcos y lo vuelvo a narrar todo exactamente igual, pero desde el punto de vista de una mujer. De repente, lo que es un relato épico se convierte en un relato casi cotidiano. Así que todo aquello que es mágico se convierte en verosímil. El ejemplo más claro es el de la multiplicación de los panes y los peces sabiendo que estamos en un tierra donde hay una industria de conserva de pescado.

–¿Qué ha pasado con ese evangelio de María Magdalena del que prácticamente no se conserva nada?

–Hay muy poco. Conservamos varios trozos. En Estados Unidos hay mucha literatura académica estudiando la epistemología de la Magdalena, sobre todo su significado, la aparición de ese evangelio y, sobre todo, cómo se cita en otros. Aparece la evidencia científica de que María Magdalena no era una prostituta. Con eso hay que abandonar el relato que nos han explicado a todos de que Jesús se hacía acompañar por prostitutas. No es eso: se hacía acompañar por mujeres. Se necesita decir que es prostituta de la misma manera que se dice que la Virgen es virgen y que Eva tenía un deseo sexual tan desacerbado que tuvo que darle una manzana a riesgo de perder el paraíso. Ahora hay un cambio esencial a raíz de la nueva consideración de la mujer dentro de la iglesia católica.

–¿A qué es debido eso?

–A la aparición de los papeles del Mar Muerto. Por tanto, es un interés científico en serio que no había habido antes. Aparecen restos que son innegables y tratan de un relato que habíamos recibido de otra manera y que convertían a la mujer en nada. No se puede olvidar lo que decían Santo Tomás o San Agustín que hablaban de la mujer como un error.

–Ha humanizado mucho a Jesús.

–En todo el evangelio él opta por la pobreza y las mujeres. Pero también es comunista porque combate la propiedad privada. No sé si es el primer feminista, pero si nos basamos en lo que dicen los evangelios tiene una idea muy clara de lo que es el feminismo.