Colau mantiene la subida de la tasa turística para junio pese a la pandemia

La legislatura municipal ha alcanzado esta semana el ecuador de su mandato y los diferentes partidos políticos han empezado a marcar perfil propio. El presidente del PSC, Jaume Collboni, desveló hace tres días su acuerdo con Manuel Valls para investir a Ada Colau y ERC ha intentado reprobar hoy a tres regidores del gobierno municipal en el pleno. El tiro, sin embargo, le ha salido por la culata y los republicanos han recibido una sonora reprimenda por parte de todos las formaciones del arco municipal.

El pleno debía debatir esta mañana sobre el aplazamiento del recargo la tasa turística, entrará en vigor el 1 de junio, y la gestión de la misma por parte del propio Collboni, Montserrat Ballarín y Xavier Marcé. ERC se las prometía muy felices ya que la reprobación era el primera etapa en su escalada de las hostilidades con el gobierno de Ada Colau en esta segunda mitad de la legislatura. Nada más lejos de la realidad. ERC se ha quedado sola ya que apenas ha logrado la abstención de Junts y el voto en contra del resto de la oposición y los partidos de gobierno. De hecho, el resto de formaciones han reprobado a ERC su exceso de electoralismo. Tal y como ha señalado el concejal de Presidencia, Jordi Martí: “La primavera ha disparado la fiebre de una precampaña electoral, que se nos hará larga”.

Las intenciones de ERC pasaban por denunciar la gestión del recargo de la tasa turística que entrará en vigor el 1 de junio mientras que la Generalitat ha aplazado su parte hasta el 1 de octubre. Este impuesto se cobra a partes iguales entre las dos administraciones. El concejal de ERC Miquel Puig ha señalado que la intransigencia del gobierno municipal es “inoportuna” e “indeseable”. El problema, y de ahí la soledad de los republicanos, es que fue precisamente ERC quien propuso en 2019 el incremento de esta tasa, por lo que el resto de formaciones han aprovechado para recordárselo. “Quizás fuisteis demasiado deprisa en haceros fotos y subir la tributación”, ha espetado Elsa Artadi (Junts), quien ha calificado el propio recargo de “tomadura de pelo al sector turístico”. Desde Cs, Luz Guilarte ha señalado que se debería reprobar a todo el grupo de ERC por formar parte del “tripartito de facto que gobierna la ciudad”. Josep Bou (PP) ha pedido autocrítica a ERC por haber aprobado el recargo y Eva Parera (BCN Canvi) calificó la reprobación como “un ejercicio de cinismo increíble”. Es decir, tal y como reza el refranero popular, ir a por lana y salir trasquilado.

El pleno, en cambio, ha aprobado una propuesta de Junts que pedía al gobierno municipal hacer todos los trámites necesarios para aplazar el cobro del impuesto. El concejal de Turismo, sin embargo, ha confirmado que el tributo entrará en vigor el 1 de junio. El recargo tendrá una aplicación progresiva hasta 2024. Este año se aplicará una cuota de 0,75 euros por persona y noche; 1 euro los años 2022 y 2023 y, finalmente, 1,25 euros el año 2024. Las cifras quedan lejos de las primeras previsiones, con la que se quería cobrar hasta 4 euros por persona y noche.

Marcé ha defendido que el impuesto no afecta a la economía de los barceloneses, sino de los turistas, y ha criticado que “vincular este debate a reprobaciones no hace justicia y tiene como intención enviar un mensaje falso y absurdo de que este es un Gobierno turismofóbico”. Ha subrayado que la reactivación del turismo “es un hecho” y ha expuesto que 162 hoteles de la ciudad están abiertos con el 49% de las reservas, que hay 43 congresos programados para este año, y que Barcelona es el segundo destino de todo el Estado con preferencia de reservas de alojamiento del sector.

Este recargo se planteó antes de la pandemia y tenía el objetivo de incrementar la parte que el Ayuntamiento de Barcelona se queda del impuesto turístico que pagan los visitantes que pernoctan en hoteles. La Generalitat, que es quien lo cobra, se queda la mitad de la recaudación pese a los intentos del Ayuntamiento de gestionar la totalidad de la tasa.