Cisma por la mesa
Podemos agita la división en el Govern de Aragonès
Crisis en el independentismo: los comunes presionan y se ofrecen al president y a ERC como alternativa ante Junts
El inicio del curso político ha sido tan agitado como inesperado en Cataluña: a la severa crisis por la fallida ampliación del aeropuerto de Barcelona se suma ahora el cisma independentista por la mesa de negociación con el Gobierno. Junts está fuera tras un golpe de autoridad de Pere Aragonès al bloquear su delegación y el Ejecutivo de la Generalitat ha quedado muy tocado cuando aún no ha cumplido ni cuatro meses.
Con los dos socios a la greña y las heridas de la anterior legislatura reabiertas, un tercer actor en discordia reclama ahora su cuota protagonismo: se trata de los comunes, la facción catalana de Podemos que mueve ficha en el tablero, agita la división en el seno del Govern y presiona para que ERC acabe rompiendo con Junts. Así, la presidenta del partido en el Parlament, Jéssica Albiach, se ha ofrecido al propio Pere Aragonès para articular una mayoría alternativa «cuando asuma que este Govern con Junts no va a ninguna parte».
«Nosotros, como siempre, estaremos ahí, nos encontrará. Porque nos conoce, sabe quién somos, que nunca nos ponemos de perfil cuando se trata de tener un Govern en Cataluña que de una vez por todas funcione», ha asegurado la dirigente en una entrevista de Ràdio 4 y La 2. Si Aragonès decidiese romper con los posconvergentes, según Albiach, «en ningún caso» habría que ir a unas nuevas elecciones, sino que su «obligación sería gestionar las mayorías que hay».
Y, como contrapartida, el partido morado presta su apoyo a Esquerra y al president de la Generalitat para negociar con la Moncloa: «Si lo que quiere es un socio para ir a la mesa de diálogo y que realmente crea en el diálogo y lo defienda como siempre hemos hecho, nosotros estaremos. Y para blindar la sanidad pública, y para tirar adelante la transición ecológica», ha añadido tras criticar con dureza a Junts por querer boicotear el foro de diálogo. Cabe recordar que la facción morada ya pactó los presupuestos catalanes con Aragonès cuando era vicepresidente e incluso ambos llegaron a negociar para la investidura, unas conversaciones que se rompieron por el veto cruzado del partido de Puigdemont a los morados y a la inversa.
Sin embargo y pese a la presión de Podemos, el independentismo intenta atajar la crisis y ninguno de los dos partidos se plantea por ahora la ruptura en el seno del Govern. De hecho y en una reunión el jueves entre Aragonès y el vicepresidente Jordi Puigneró, el republicano exigió dejar fuera al Ejecutivo de las polémicas y pidió lealtad a sus socios.
Eso sí, las críticas continúan entre ambos partidos independentistas, en un clima de pugna permanente y con versiones antagónicas en los medios. Este viernes, el secretario general de Junts, Jordi Sànchez, ha defendido que Aragonès conocía la delegación de su partido para la mesa desde hace semanas, un extremo que ERC niega. Este sábado, los posconvergentes celebran su primer Consejo Nacional en plena crisis con ERC.
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