Fiestas incívicas

Barcelona respira por fin tras tres noches de macrobotellones

El Ayuntamiento califica de “punto de inflexión” los graves altercados de las fiestas de la Mercè

El propietario de uno de los locales afectados retira una cristalera tras los incidentes registrados la pasada noche a raíz de un botellón en las playas de Barcelona que se han saldado, según un balance provisional, con 30 detenciones y 39 heridos, han informado fuentes de la Policía de la Generalitat y del Sistema de Emergencias Médicas (SEM). EFE/Quique García
El propietario de uno de los locales afectados retira una cristalera tras los incidentes registrados la pasada noche a raíz de un botellón en las playas de Barcelona que se han saldado, según un balance provisional, con 30 detenciones y 39 heridos, han informado fuentes de la Policía de la Generalitat y del Sistema de Emergencias Médicas (SEM). EFE/Quique GarcíaQuique GarcíaEFE

El teniente de alcalde de Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, ha asegurado que la última noche de las fiestas de la Mercè, que se han terminado este domingo, ha sido “muy tranquila” y no se han repetido grandes botellones en la calle.

En una entrevista este lunes en Catalunya Ràdio, ha lamentado que durante todo el verano se han vivido botellones, tanto en Barcelona como en otros lugares, aunque este fin de semana se ha producido “un punto de inflexión”.

Ha dicho que el macrobotellón en la plaza Espanya con 40.000 personas “fue una sorpresa” y que, si bien no se podía excluir, hasta ahora no se habían producido situaciones de tal violencia extrema en Barcelona, en sus palabras, y que habrá que ajustar los dispositivos policiales.

También ha afirmado que los botellones son “un pretexto para la delincuencia y el pillaje”, y ha mantenido que muchos de los participantes en estas fiestas callejeras no son clientes del ocio nocturno, sino personas que buscan formas de ocio más baratas.

Según Batlle, la posible cronificación de estos fenómenos “es un tema que debe preocupar a todos los responsables”, tanto de seguridad como de sanidad, educación y ocio, a los que ha instado a abordar el consumo masivo de alcohol en el espacio público.

En otra entrevista en Rac1, Batlle ha pedido no estigmatizar la ciudad de Barcelona y ha recordado que los botellones se han producido en otros lugares a lo largo del verano.

Preguntado por si los responsables de los disturbios están organizados, ha dicho que “ya es habitual” que lo hagan a través de las redes, y que les preocupa que convocatorias de este tipo tengan lugar por medio de estas tecnologías.

Y sobre por si el Ayuntamiento se equivocó al afrontar esta situación, ha dicho que conviene reflexionar siempre que uno se encuentra con un resultado que no esperaba, y que lo analizarán.

En una entrevista en TV3, Batlle ha explicado que el Ayuntamiento creará una mesa ciudadana “por una noche cívica y segura”.

“Siempre hay el oportunista que aprovecha las concentraciones para delinquir, va a hacer claramente el gamberro”, ha añadido.

Respecto a los próximos fines de semana, ha explicado que seguirán realizando dispositivos policiales como han hecho durante todo el verano, “intentando anticiparse a los conflictos que puede haber”.

“Coja la crónica de ayer y cambie el nombre de plaza de España por el de playa de Bogatell. Eso es lo que ha pasado esta noche”. De esta manera, fuentes policiales explicaron ayer a este diario los incidentes vividos en la tercera noche de las fiestas de la Mercè. Unas 30.000 personas, según la Guardia Urbana, se dieron cita en las playas barceloneses para hacer botellón al encontrarse cerrados todos los accesos de la plaza España a consecuencia de un fuerte dispositivo policial de Mossos d’Esquadra y Guardia Urbana. El balance es de 30 personas detenidos, algo más que el viernes, cuando se registraron 22.

Sin embargo, la violencia volvió el sábado por la noche a aparecer en Barcelona, en esta ocasión en el Bogatell. Otra vez, según fuentes policiales consultadas por este diario, se han repetido las agresiones con arma blanca y la de carácter sexual. Igualmente han tenido lugar varios episodios de vandalismo que han tenido como consecuencia el destrozo de escaparates y saqueo de dos restaurantes de la zona.

Tanto Mossos como Guardia Urbana estuvieron trabajando hasta casi las seis de la mañana para poder mantener el orden en una zona en el que hubo lanzamiento de objetos, además de la quema de mobiliario urbano y motocicletas.

Los Mossos y la Guardia Urbana de Barcelona blindaron la noche del sábado la zona de plaza Espanya después de que en la madrugada del viernes al sábado tuviera ahí lugar un macrobotellón de 40.000 jóvenes, que derivó en actos de vandalismo y agresiones, con un saldo de 22 detenidos, unos 40 heridos -13 por arma blanca- y cuantiosos daños materiales.

Así, en la plaza España se realizaron controles y filtros de acceso y cierres perimetrales, lo que ha evitado que se reunieran jóvenes en esta zona para consumir bebidas alcohólicas y escuchar música, pero esta vez el macrobotellón se ha trasladado a las playas de la ciudad, principalmente la del Bogatell, en la que se ha acumulado grandes cantidades de envases y residuos.

Según diversos testigos, la presencia policial en las playas del litoral barcelonés era escasa y pequeños grupos de jóvenes vestidos de negro y la cara tapada, aparentemente organizados, han aprovechado la situación para intimidar y robar al resto de personas. Más tarde se han producido enfrentamientos con la policía y la noche ha acabado con al menos un vehículo calcinado y diversos escaparates de comercios y restaurantes rotos, algunos de los cuales han sufrido también actos de pillaje.

Desde el sindicato CSIF de la Guardia Urbana, se aseguraba que estamos en “una situación de terrorismo urbano” y que podría evitarse “con la apertura del ocio nocturno. Mientras no ocurra eso tendremos esta especie de discoteca al aire libre con alcohol”. El mismo sindicato reconoce que la Guardia Urbana se encuentra hoy “en mitad de una guerra política entre administraciones. Hoy se ha cubierto el expediente en la plaza España, pero así no podemos trabajar. Nos hacen falta unos recursos que no nos quieren dar los políticos”.