Opinión

Los soldados y el no a la guerra

Militares españoles en el pueblo afgano de Abzi - Khuda, cerca de Qala i Naw
Militares españoles en el pueblo afgano de Abzi - Khuda, cerca de Qala i NawJavier Fernández Largo

Las guerras y menos en estos tiempos, no suelen comenzar por voluntad de los militares, las empiezan los políticos.

Los militares se limitan a cumplir las órdenes que estos les dan, vayan a Irak o vuelvan de Irak, vayan o vuelvan de Afganistán, o Serbia, o Libia o Mali, allí donde se considera que son necesarios.

Una vez enviados, son los militares los que asumen el primer y principal riesgo: han muerto soldados nuestros en casi todas las zonas donde ha habido conflictos. Dicho de otra manera, si alguien tiene motivos para no querer una guerra es precisamente un soldado, porque es él quien primero sufre las consecuencias.

Los políticos mientras, tratan de sacar partido de su sacrificio, de adoptar ante una situación conflictiva aquello que mas beneficie a sus posiciones y en eso algunos son maestros en utilizarlo. ¡No a la guerra!

Los soldados lo sufren, otros tratan de sacar partido. El mundo necesita seguridad para funcionar y ahí cada país debe pagar un peaje en forma de hombres y mujeres dispuestos a dejarse la vida por la libertad, hombres y mujeres con valores específicos y una seña absoluta: la disciplina, porque por si no lo sabían los políticos que quieren sacar partido en el Ejército predomina la absoluta igualdad y sólo impera el rango, tres estrellas mandan más que dos y da igual que quien lo lleve sea hombre o mujer, y el capitán (no les gusta lo de capitana) manda más que el teniente (no se usa lo de tenienta) Da igual el género porque son compañeros y cuando uno va a jugarse la vida no se está para sutilezas, no importa el género, ni la ideología, ni las creencias religiosas, ni la condición sexual, ni nada de lo que abanderan los que pretenden utilizar la guerra para sus intereses, para los que se juegan la vida solo hay una Bandera.

De los unos me siento cada vez más alejado, de los otros compañeros de armas cada día me siento más orgulloso de haber vestido, de seguir vistiendo, el uniforme. Siempre con vosotros.