Hoja de ruta

Junts da por muerta la mesa de diálogo y exige a ERC otro “procés”

El partido blinda a Laura Borràs y agita un nuevo desafío a partir del 1-O en un congreso ya sin Puigdemont

Junts ha cerrado este fin de semana en L’Hospitalet la segunda parte del congreso de renovación de un partido que apenas acumula dos años de vida (julio de 2020) y ya suma varios liderazgos, numerosas peleas internas entre familias y una nueva hoja de ruta que dilapida la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat y apuesta por una segunda vuelta del «procés» a partir de este mismo otoño, del quinto aniversario del 1-O. Planteamientos radicales que chocan directamente con la estrategia negociadora de ERC, a quien los posconvergentes acusan de querer «anestesiar» al independentismo con la mesa y reclaman «pasar a la acción» cuanto antes.

«Hemos aprobado una gran enmienda a la totalidad a los que dicen que la independencia es imposible, a los que dicen que ya la harán otros en 20 años y a los que nos dicen que la independencia vendrá de Madrid», resumió la presidenta del partido, Laura Borràs, bajo la atenta mirada de la portavoz republicana Marta Vilalta, invitada de piedra al evento.

«No hay que esperar a ser más para hacer, sino empezar a hacer para ser más», dijo poco antes el secretario general Jordi Turull, un aviso a navegantes en contra de la estrategia republicana de «ensanchar» la base, tantas veces repetida por el propio Oriol Junqueras. De hecho, el congreso de Junts también sirve para poner fin a la era Puigdemont e inaugurar el citado tándem entre Borràs y Turull, en esta nueva etapa.

Los posconvergentes han aprovechado esta cumbre para renovar su ideario en cuatro ponencias: la política, la organizativa, municipal y sectorial. En cuanto a la estrategia, Junts llama a reagrupar al movimiento independentista y trazar una nueva hoja de ruta que permita «culminar» la independencia. ¿Cómo? Es la gran incógnita que los posconvergentes no despejan pese a las algaradas en público: su ideario «da por terminada» la mesa de diálogo, hablan de utilzar las instituciones para «preparar la desconexión» y hace varias alusiones a la declaración unilateral de independencia de 2017, aunque sin plazos ni más concreciones.

Eso sí, avisan con una «segunda vuelta» del procés a partir de octubre y mantienen viva la posibilidad de realizar una consulta a la militancia sobre una hipotética salida del Ejecutivo de Pere Aragonès: «Junts per Catalunya presentará dentro del debate de política general de 2022 [en el Parlament] una serie de propuestas destinadas a preparar la culminación del proceso de independencia. En caso de que no se consiga un acuerdo satisfactorio con el resto de partidos independentistas, y teniendo en cuenta el balance del acuerdo de Govern, Junts planteará a sus bases las iniciativas adecuadas a tal situación, entre ellas la continuidad o no en el Govern», señala su hoja de ruta sobre esta posibilidad. Una estrategia basada en la confrontación para resionar directamente a Esquerra y tratar de boicotear su vía negociadora con el Gobierno en pleno deshielo.

A nivel interno, Junts también ha aprovechado su cónclave para blindar políticamente a Laura Borràs, quien se enfrenta a seis años de cárcel por prevaricación y está a la espera de la apertura de juicio oral por parte del TSJC. No deberá dejar el partido ni se la suspenderá de militancia ya que Junts considera que su caso es una «persecución» hacia el independentismo pese a tratarse de una investigación por corrupción.

Y con la vista puesta en las municipales de 2023, Junts ha aprobado dar preferencia absoluta a los pactos independentistas.