Junts golpea sin piedad a Aragonès en el Parlament

Junts se ha salido con la suya y ha propinado un nuevo golpe a Pere Aragonès y a Esquerra, el segundo desde que dejara la Generalitat hace ahora un mes: el Parlament ha constatado la pérdida de confianza en el Govern a través de una moción impulsada por los posconvergentes y secundada por el PSC, los Comunes y la CUP, los tres partidos que los republicanos han incluido en la ronda de contactos para negociar los Presupuestos de 2023.

Un revés cargado de simbolismo con la legislatura en el aire después de que el partido de Laura Borràs decidiera romper y hacer saltar por los aires la unidad independentista en las instituciones.

El Parlament de Cataluña constata «la pérdida de confianza de la mayoría parlamentaria que permitió la investidura del presidente de la Generalitat al inicio de la legislatura» era el escueto texto de una reprobación encubierta impulsada por la posconvergencia.

ERC finalmente se abstuvo junto a Ciudadanos y el PP -estos últimos, en señal de protesta al sostener que no confiaban ni en el Ejecutivo de coalición ni el de ahora-, mientras que los republicanos han evitado votar en contra y quedarse en solitario. De hecho, al término del pleno, fuentes de Junts explicaron a Efe que detrás de esta moción se esconde la voluntad de hacer «una cuestión de confianza encubierta» a Aragonès, y atribuyeron la abstención de ERC a un intento para ocultar su «soledad» en la cámara

El encargado de defender la moción de Junts fue el diputado y portavoz del partido, Josep Rius, que acusó al presidente catalán de haber hecho «fichajes» –en referencia al ex socialista Joaquim Nadal o al ex convergente Carles Campuzano– para «provocar a los partidos» más que «mejorar la vida de la ciudadanía» o «sumar escaños».

«Es el Govern más débil de la historia reciente de la Generalitat, es un Govern débil porque no se sabe con qué mayorías cuenta, es un Govern débil porque se ha quedado solo, no cumple los acuerdos, no es de fiar», lanzó Rius ante el pleno en un duro intercambio de reproches contra los que fueron sus socios hasta hace apenas unas semanas. «Han perdido los apoyos en tiempo récord, porque no son de fiar. No lo decimos solo nosotros, o la CUP, que posibilitamos su investidura, sino también el PSC y los Comunes», hurgó el posconvergente tratando de hacer sangre de la pérdida de apoyos de ERC en la Cámara, al menos para la sesión de ayer.

Por contra, la encargada de fijar el posicionamiento de ERC fue su portavoz en el Parlament, Marta Vilalta, que recordó que los cambios en el Govern responden a la decisión de Junts de salir a la primera del Ejecutivo tras la consulta a la militancia. También criticó que el partido de Laura Borràs haya tomado esta decisión «la primera vez que el espacio de Convergència no tiene la presidencia» de la Generalitat.

Este es el segundo golpe que Junts propina a ERC en la Cámara. El primero fue la votación fallida de una ley catalana que los posconvergentes habían promovido cuando estaban en el Ejecutivo y que acabaron tumbando en el primer pleno tras su salida de la Generalitat. Y ahora, esta reprobación o cuestión de confianza encubierta llega en un momento clave de la legislatura, con Pere Aragonès tratando de negociar los presupuestos catalanes para poder aprobarlos cuando antes con Junts y los Comunes, y con el PSC en la recámara. No obstante, el enfrentamiento abierto en el que ha entrado la relación entre ERC y los posconvergentes aleja la posibilidad de un acuerdo independentista.